El futbol sudamericano volvió a mancharse de sangre con una cruenta batalla entre las barras de Independiente de Avellaneda y la Universidad de Chile.
Ayer, en el encuentro de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana, el duelo entre argentinos y chilenos fue suspendido y cancelado por sangrientos desmanes en el estadio Libertadores de América.
Todo comenzó cuando un grupo de chilenos arrojó palos, botellas y butacas, desde las tribunas, a la parte inferior donde había seguidores de Independiente, según un periodista de la AFP en el lugar.
Se desató entonces una feroz pelea en las tribunas. Semidesnudos, hinchas corrían despavoridos por las gradas. Puños y palos, a diestra y siniestra.
Las imágenes virales de un rostro ensangrentado o de un aficionado lanzándose al vacío para evitar que lo lincharan dejaron constancia de la barbarie. Un techo amortiguó su caída y lo salvó de morir, según una autoridad chilena.
"Nos dejaron abandonados, de hecho ellos mismos abrieron las puertas para que la barra de Independiente se metiera al túnel, para que llegara a golpearnos. La gente que ya iba ensangrentada, (...) la policía los pescaba y los tomaba detenidos. Fue algo desesperante y terrible", declaró un aficionado andino en su regreso a Santiago.




"Fue un verdadero linchamiento lo que ocurrió allá. Muchos muchachos volvieron a buscar lienzos; volvieron a buscar bombos. Y ahí es donde quedó el caos. Ahí es donde lamentablemente estos parecían perros salvajes de verdad, los hinchas de Independiente", sostuvo otro fanático chileno.
"Lo peor de todo es que lo que se muestra es lo que pasó adentro (...) Lo terrible pasó afuera, donde la policía hizo la vista gorda, donde la policía dejó pasar todo. (...) Ayer nos dejaron a la deriva", resumió para AFP




Con información de AFP