En septiembre de 1966, cuatro meses después de la inauguración del entonces llamado Estadio Azteca, miles de habitantes de las colonias Santa Úrsula Coapa y Ajusco fueron desalojados con violencia, y cerca de 400 casas fueron destruidas por máquinas bulldozer, grupos de granaderos y policiacos.
¿El motivo? Apropiarse de los terrenos aledaños al Coloso, para construir el estacionamiento del inmueble. Casi 60 años después, las heridas no sanan; al contrario, parecen abrirse, ahora que el recinto vive una remodelación.
Juan prefiere no decir su apellido y pidió omitir su edad y oficio; sin embargo, es hijo de aquellos desalojados. Hoy, vive a unos metros del Banorte.
“Un día, llegaron personas y querían hacerme firmar unos papeles. Nos inventaron algunos pagos que supuestamente debíamos hacer, pero me negué, dije que no era el dueño... Después, nos enteramos que eran de una inmobiliaria que quería quedarse con nuestro terreno”, recuerda, en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
De eso, no ha pasado mucho tiempo. Desconoce si era un tema relacionado a la remodelación, pero lo que sí sabe es que la zona ha buscado modernización y han querido comprar predios o casas a menor precio para hacerlos departamentos.
“Nos hemos negado, ya somos gente de toda la vida aquí. La zona se ha encarecido y, ahora con el Mundial, muchos quieren construir lugares para vivir. Ojalá se preocupen por la seguridad”, sentencia.
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