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El sufrido pase de la Selección Mexicana al Final Four de la Nations League de la Concacaf cimbró el proyecto de Jaime Lozano al frente del Tricolor. Su lugar en el banquillo estuvo en peligro, luego de la estrepitosa caída en Honduras en la ida de los cuartos de final.
Hoy, la historia es distinta. El turbulento 2023 quedó atrás y el Jimmy tiene en 2024 dos oportunidades de consolidar su gestión; sin embargo, los retos son mayúsculos.
En marzo, en el AT&T Stadium, el combinado nacional disputará la semifinal de la Nations League frente a Panamá y, en caso de avanzar, se medirá al ganador del duelo entre Estados Unidos y Jamaica.
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México nunca ha ganado la Liga de Naciones, por lo que acabar con el dominio del conjunto estadounidense es un reto importante, sin dejar de lado las formas dentro del campo.
Pero el verdadero reto será entre junio y julio, con su participación en la Copa América que se jugará en Estados Unidos. Compartir grupo con Venezuela, Ecuador y Jamaica parecería en los papeles un torneo accesible para el combinado tricolor.
No avanzar a ronda de cuartos de final o sufrir una eliminación de escándalo volvería a significar otro golpe a la credibilidad de Jaime Lozano y su trabajo al frente de la Selección Mexicana. Hoy, tiene al grupo y a la opinión pública de su lado; sin embargo, ya vienen las verdaderas pruebas a superar.
Con tres derrotas en su gestión, Lozano Espín tiene en 2024 una misión importante.
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