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Llegó el momento de la verdad. Un simple titubeo y el gran torneo puede quedar en simple anécdota. Seis partidos separan al Cruz Azul de materializar lo que —parece— se ha ganado en la cancha, pero así es la Liguilla. Lo más importante es lo que sucederá a partir de esta noche.
El primer rival en este camino son los Xolos de Tijuana, un equipo que ha crecido de forma silenciosa, pero constante, y que llega con la firme intención de arruinar la fiesta que sueña La Máquina.
Para Martín Anselmi, este no es sólo un desafío deportivo... Es la oportunidad de consolidar su proyecto y demostrar que el relevo en el timón azul fue la decisión correcta.
Enfrente tendrá a unos Xolos hambrientos, comandados por Juan Carlos Osorio, que no sólo saben cómo aprovechar la fortaleza del estadio Caliente, sino que también han encontrado un equilibrio entre juventud y experiencia.
Fue un semestre histórico para el Cruz Azul, que cerró como líder (42 puntos), superando su propia marca de 41, en torneos con 17 jornadas. Trece partidos ganados, tres empatados y una sola derrota.
Su consistencia lo coloca como el principal candidato al título, pero es el momento de demostrarlo cuando más importa: La fase final.
El sueño de la décima está más vivo que nunca, pero este camino comienza con un duelo que pondrá a prueba tanto la táctica como el carácter del Cruz Azul. Es ahora o nunca para los Cementeros.