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Desde muy temprana edad, Verónica Charlyn Corral Ang mostró tener un don nato para el futbol. El balón y sobre todo la educación que recibió en casa y la escuela generaron en ella un ojo crítico tanto para la vida como para el deporte.
Charlyn Corral, la Niña prodigio, como era calificada por la misma FIFA, comenzó a notar las situaciones poco comunes que sólo se vivían en su localidad.
Oriunda de Ecatepec de Morelos, Estado de México, Corral se cuestionaba el por qué de las cosas que le tocaba atestiguar a sus alrededores. “Recuerdo que cuando era chiquita había momentos en donde me ponía muy triste porque me cuestionaba: ¿por qué las cosas son así? Quisiera que fueran diferentes”, rememora la delantera del Pachuca con EL UNIVERSAL Deportes.
Aquella niña que podía dominar el balón ocho mil 672 veces en una hora y 40 minutos hoy, a sus 33 años, es una leyenda viviente del futbol femenil mexicano.
Luego de su travesía por Estados Unidos, Finlandia y España, hoy despliega su talento en las canchas mexicanas como referente de ataque de las hidalguenses.
En un ejercicio de introspectiva y semblanza, Corral se sinceró con su joven versión: “Yo le diría a esa pequeña Charlyn que disfrute su niñez, que está en la mejor etapa de su vida, que no tenga duda de lo que es; que si sigue trabajando y creyendo en su talento tarde o temprano llegarán las oportunidades que busca”.
Y a la Charlyn Corral adulta, la que fue seleccionada mexicana, mundialista, “a esa Charlyn de adulta, la verdad es que lo puedo comprobar: Soy feliz y el futbol me ha dado lo que nunca imaginé”, concluyó.
