Una sonrisa iluminó el rostro de Brenda Osnaya cuando cruzó la meta en los Juegos Paralímpicos de París. La postal que dejó su propuesta de matrimonio a su entrenadora, Jessica González, fue más que un gesto romántico: representó un acto de visibilidad en un contexto que, históricamente, ha creado espacios hostiles para la diversidad sexual.
La paratleta olímpica sabe que, como figura deportiva, su influencia va más allá de las competencias: “Es nuestra responsabilidad como deportistas que tienen cierta voz o relevancia, ser un agente de cambio”, aseveró en entrevista para EL UNIVERSAL Deportes.
“Siento que podemos abrirle el camino a más atletas y entrenadores. Para decir: quiero ser yo y puedo ser yo mismo. La verdad no esperaba que fuera algo viral. Sin embargo, al momento que sucedió, recibimos muchos mensajes de mucho amor. Pero también hubo mensajes discriminatorios y de odio”, confesó Osnaya respecto a la propuesta.
A propósito, este año ha sido especialmente significativo para Brenda Osnaya. No solamente por los logros deportivos que ha cosechado, sino también porque ha formado parte de foros dedicados a la comunidad LGBT+, así como de mujeres con discapacidad. Esto después de que, en la pasada justa veraniega de París, quedara descalificada en la prueba de paratriatlón por amonestaciones técnicas. “Por un lado, es muy bonito. Por otro lado, es un camino nuevo en el que nos estamos abriendo y conociendo. Si unes esfuerzos, puedes llegar más lejos”, concluyó la paratleta olímpica.
La cuenta regresiva no solamente marca los días para su próxima participación en el Mundial de Paratriatlón que se celebrará en Australia, sino también para uno de los momentos más personales de su vida: su boda.