En la , el rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza cortó dos orejas y los toreros a pie mexicanos, Ernesto Javier 'El Calita' y Arturo Gilio, recibieron un apéndice cada uno.

Por su parte, los toros de 'Los Encinos' fueron escasos de trapío y descastados en general, con un público de 42.000 espectadores, quienes llenaron la Monumental de la Ciudad de México.

Pobre encierro de 'Los Encinos' en cuanto a presentación y juego. En el caballo solo recibieron picazos en vez de puyazos.

El jinete español Pablo Hermoso de Mendoza obtuvo por su despedida una puerta grande, tras haber ofrecido unos pocos detalles del rejoneador que fue y aplicar una gran estocada como únicos argumentos.

Sucedió con un buriel postrero, al que el navarro dejó llegar con resultado dispar. Las banderrilas erráticas y los lentos quiebros se mezclaron con instantes de riesgo.

Sonó la pieza 'Las Golondrinas', melodía de la Plaza México para decir adiós, acompañando el lleno rotundo en el coloso taurino de la capital de México y honrando al rejoneador.

Con su primero del sorteo, Hermoso de Mendoza, no ajustó nunca grupa y astas.

Toreó de lejos y adornó desacertadamente, recibiendo tibios aplausos al desmontarse.

Los pasajes hondos llegaron de la mano de Ernesto Javier 'El Calita' en sus dos faenas.

La oreja que cortó pertenecía al segundo del festejo, un toro pasado de kilos que emplazó con una puerta gayola. Nervioso, como todo su pasaje de capote.

A pesar de ello, con las chicuelinas fijó al manso que luego rehuyó notoriamente del castigo.

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