AREQUIPA, PERÚ.— recibe con emoción a los visitantes que llegan a su . Ese holograma grabado por el propio Nobel de Literatura, en el que se le ve aún fuerte, enérgico, vital, vestido de saco azul y con su característico gesto y sus dos manos a la espalda, es una de las varias imágenes 3D, videos y otras tecnologías que nutren el recorrido por la casa donde nació y vivió su primer año en Arequipa, y se ha enriquecido con nuevos elementos audiovisuales e interactivos, así como con una nueva sala: “El inmortal”, habilitada como el salón donde el escritor latinoamericano dictó su discurso de ingreso a la Academia Francesa de la Lengua, en 2023.

“Recorriendo estos cuartos, descubrirán cómo nació mi vocación, cómo se gestaron algunos de mis libros, las experiencias que me hicieron gozar o sufrir, las ciudades en que viví, los trabajos con los que me he ganado la vida, las cosas y las personas que me ayudaron a fantasear historias; mis ilusiones, mis aventuras, mis fracasos y también los aciertos de que está constelada toda biografía. Espero que esta visita sirva para que me conozcan mejor y nos hagamos amigos”, afirma el holograma de Vargas Llosa al entrar a ese museo que es único en el mundo. No es que sea el primero dedicado a un escritor o escritora, es que es el único creado en vida del autor.

El propio Mario estaba impresionado, cuenta en entrevista Luis “Lucho” Llosa. “Mario me dijo: ‘He recorrido casi todas las casas de los autores que yo más admiro y puedo decir, con conocimiento de causa, que esta propuesta es muy original y distinta,’”. Recuerda además que cuando Mario vio la “reproducción”, en otro holograma, de su nacimiento en el cuarto real donde su madre dio a luz, los ojos se le llenaron de lágrimas porque recuperaron la cuna, la cama y muchos objetos de la recámara donde pasó sus primeros meses de vida.

Una de la 15 salas de la Casa Museo está dedicada a su vida política, contiene fotos de su campaña por la presidencia de Perú. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL
Una de la 15 salas de la Casa Museo está dedicada a su vida política, contiene fotos de su campaña por la presidencia de Perú. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL

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“Adaptamos la casa a un recorrido museográfico y a su vez diseñamos el recorrido en función de los espacios. Creamos alrededor de 15 salas que cuentan aspectos biográficos de la vida de Vargas Llosa y también cosas que tienen que ver con su obra. Está acá el dormitorio donde auténticamente él nació en el año 1936. Nosotros reproducimos el momento del parto, como a mí me lo contaron en la familia. La idea es hacer una cosa, digamos, obviamente auténtica, fidedigna, pero al mismo tiempo entretenida. Esa fue la tónica”, cuenta Lucho, quien celebró la reinauguración de la Casa Museo Mario Vargas Llosa, en días pasados, en el marco del X Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Arequipa a iniciativa del propio escritor.

La idea de esa casona ubicada en el distrito de Cercado, todavía dentro del centro histórico y cultural de la ciudad de Arequipa, fue crear un museo vivencial en torno a la figura de Vargas Llosa, “queremos que el público se transporte al momento, no solo porque vea un video, sino porque el ambiente de la sala, el ambiente del lugar donde estamos está acondicionado tal cual era y como Mario lo vivió”, afirma Lucho, quien reconoce que esa casa resguarda la historia de Mario, pero también la de su familia. Él es primo hermano y a la vez cuñado del Nobel.

Entre cientos de fotografías, diplomas, doctorados, medallas, el Premio Nobel, objetos personales, vestuario, cartas, manuscritos, libretas y pasaportes; allí entre su máquina de escribir, su mítico escritorio de Barranco, las primeras ediciones de sus libros y decenas de carteles sobre su obra literaria, sus conferencias y participaciones en programas literarios, los visitantes descubren el universo literario y personal del autor de La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral, La fiesta del chivo y La Casa verde.

Hay una sala exclusiva al Premio Nobel de Literatura que recibió en 2010. Se exhibe el discurso que dictó, escrito de puño y letra. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL
Hay una sala exclusiva al Premio Nobel de Literatura que recibió en 2010. Se exhibe el discurso que dictó, escrito de puño y letra. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL

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Entre las 15 salas que integran la Casa Museo, hay una dedicada enteramente a La casa verde, ese bar y prostíbulo que estaba a las afueras de Piura y que inspiró una de las obras maestras del Nobel. En esa sala ambientada con mesas con lamparitas de luz tenue, zapatillas de baile, collares de perlas y lentejuelas, se encuentra el manuscrito de La casa verde. Hay otra sala dedicada a Conversación en La Catedral, con las primeras ediciones de esas obras enmarcadas por varios gabinetes que tenían ese restaurante que avivó la literatura del escritor.

Allí está también el manuscrito de La ciudad y los perros junto con un ejemplar de la primera edición con la que obtuvo el Premio Biblioteca Breve en 1962. “Aquí hay algunos cuantos libros, hay primeras ediciones, hay pues diplomas, medallas… ya nos falta espacio para poder poner todo lo que tenía él, todo lo que tuvo de galardones, por ejemplo”, dice Lucho, quien también guio la visita del rey de España, Felipe VI, por la casona.

Está también una habitación dedicada a la reproducción de un bar en Barcelona donde, alrededor de la cantina, las paredes están cubiertas de fotografías de Vargas Llosa con los escritores del Boom latinoamericano. En una gran caricatura que sirve de marquesina de una sala de cine, se ven a Juan Carlos Onetti, Augusto Roa Bastos, José Lezama Lima, Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Ernesto Sábato, Julio Cortázar, Jorge Amado y José Donoso.

Entre los papeles, fotografías, papeles y premios que se exhiben, destaca su escritorio. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL
Entre los papeles, fotografías, papeles y premios que se exhiben, destaca su escritorio. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL

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En esa sala, otro holograma deja ver a Vargas Llosa rodeado de sus personajes: El escribidor, Lituma, la Tía Julia, la Niña mala, y todos ellos le dicen: “Nosotros somos más inmortales que tú, porque tú vas a morir y nosotros nunca vamos a morir”. Zelma Fernández, directora de la Casa Museo, muestra orgullosa la sala “Temas vargallosianos” dice que están aquí los escritores que más admiraba: Faulkner “que era su máxima inspiración, Flaubert, el gran Víctor Hugo”. Luego pasa a la sala política, “mira tú, aquí está cuando él se lanza en su campaña política”. “Este es su escritorio de Barranco. Ahí ves una pequeña colección de sus hipopótamos”, dice.

Y es verdad, como lo enfatiza Raúl Tola, director de la Cátedra Vargas Llosa, “Mario asociaba al hipopótamo con la condición del escritor me parecía una metáfora de lo que era el escritor con sus propias contradicciones, con el fuego que lleva dentro de la creación, con la violencia y con la propia voracidad de la literatura”.

Lucho sabía que la memoria de Mario iba a quedar en su obra. “Mario además fue una especie de faro moral, no solo en este país, sino en todas partes. Podría uno estar de acuerdo o no con sus opiniones, pero en esencia era una persona que a uno lo obligaba a reflexionar sobre lo que estaba pasando en el mundo”, un faro moral de una manera muy honesta y consecuente, agrega.

Una de las piezas emblemáticas de la colección es la máquina Remington de Mario Vargas Llosa. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL
Una de las piezas emblemáticas de la colección es la máquina Remington de Mario Vargas Llosa. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL

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“Tuve la suerte de que a la hora de diseñar e implementar el museo Mario estaba vivo. Y entonces él colaboró para corroborar ciertos datos biográficos, momentos de su obra; yo le pedí que pusiera su voz para que fuera testimonial. Lo grabamos, por eso quien da la bienvenida al museo es un holograma de Mario Vargas Llosa”. También reconoce que gracias a la Inteligencia Artificial tienen el video de un Mario jovencísimo que escribe en la máquina La ciudad y los perros.

La Casa Museo Vargas Llosa depende del gobierno Regional de Arequipa, quien acaba de ratificar su compromiso con el Nobel: “Desde el gobierno regional generaremos los instrumentos normativos correspondientes para que la casa permanezca en el tiempo”.

Su presencia es fuerte en la casa. “Antes de morir dijo: ‘Hay muchos premios Nobel de literatura, muchos Nobel a nivel Latinoamérica, incluido yo, de Perú, lo que no hay es otro inmortal. Yo soy el único inmortal en Latinoamérica. Cuando yo muera me vas a hacer una sala de El Inmortal’, cuenta Zelma Fernández que le pidió a Lucho, “Y por eso Lucho ha venido cumplir el sueño de que se haga la sala de El inmortal”.

Lucho Llosa impuls esta casa no solo como homenaje a Mario, “es un homenaje a mi familia, aquí vivieron mis abuelos, vivieron mis padres. Cuando vengo escucho las voces de toda mi familia. Es difícil no conmoverme, sobre todo ahora que Mario no está. Verlo tan vivo, ver su presencia tan fuerte, es bastante duro”.

La Casa Museo Mario Vargas Llosa fue reabierta en el marco del X Congreso de la Lengua Española. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL
La Casa Museo Mario Vargas Llosa fue reabierta en el marco del X Congreso de la Lengua Española. Foto: Yanet Aguilar Sosa / EL UNIVERSAL
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