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La sesión vespertina de ayer de la subasta Modern Day de Sotheby’s comenzó con una serie de avisos, entre ellos que el lote 517 era retirado. Se trata de Caballo en el circo, de María Izquierdo, del que el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) pidió posponer su venta, en lo que se revisa la salida legal del país.
Días antes, la subasta causó expectativa porque nuevamente puso bajo el reflector a la colección Gelman, una de las más importantes de arte moderno mexicano y que mantuvo perfil bajo desde 2005 por cuestiones testamentarias. Sin embargo, las irregularidades en torno a la venta de obras con Declaratoria de monumento artístico desalentó a los compradores y su venta pasó sin pena ni gloria.
Comparado al ritmo que había en colecciones previas, cuando se llegó a la Gelman el ritmo bajó, las peleas de ofertas no fueron reñidas. “Muy tranquilo el ritmo de este lote”, exclamó Phyllis Kao, subastadora de Sotheby’s famosa por su carisma, mientras trataba de vender una de las pinturas.
Muchas obras se fueron al precio de una ganga. El ejemplo más claro fue Siqueiros por Siqueiros, de David Alfaro Siqueiros. Esta pintura, al igual que el Izquierdo ya mencionado, forma parte de la colección semilla de los Gelman y tiene Declaratoria, por lo que su salida permanente de México es ilegal. Si bien inicialmente la casa de subastas no advirtió este hecho, la semana pasada agregó el aviso de que el cuadro se vendería en Nueva York, pero no podría ser inspeccionado antes y se entregará en México, lugar donde debe permanecer.
Tantas restricciones desanimaron a los compradores, por lo que la pintura de uno de los artistas mexicanos más importantes se vendió a la primera y única oferta de 60 mil dólares, 10 mil menos que su precio mínimo de salida de 70 mil dólares. Ya sumando cargos extra (como comisiones e impuestos), el precio final fue de 72 mil dólares.
Otra pintura que tuvo un bajo rendimiento fue El Comensal, de Rufino Tamayo, uno de los lotes más valiosos. Su precio de salida se estimó entre 400 y 600 mil dólares, pero en el primer minuto nadie ofertó, por lo que tras poner a prueba la paciencia de la subastadora, el Tamayo se fue a la segunda oferta de 250 mil dólares, a precio de martillo.
Fue la pintura Escena de circo con gitana, muy similar a la obra retirada de la subasta, otra que no tuvo un buen desempeño. Ya con cargos extra, se vendió en 48 mil dólares, cuando su precio de salida mínimo era de 40 mil.
Teniendo en cuenta que en el mercado del arte ya no abundan las obras de Frida Kahlo —artista que también tiene declaratoria de Monumento artístico—, los dibujos Carma III, The Miscarriage, Máscaras, Dibujo con pie y Collage con dos moscas, sus precios finales no se alejaron tanto del precio de salida que se había estimado.
La obra más costosa en subastarse de la colección Gelman fue Paisaje arcáico, de Gunther Gerzso, que se vendió por 900 mil dólares, cuando su máximo de salida estimado era de 600 mil dólares. En segundo lugar fue el de Leonora Carrington, Phoenix Rides Beetle, que a precio final se fue en 516 mil dólares, aunque su precio de salida estaba entre 300 y 400 mil dólares.
La pintura que superó en mayor medida las expectativas fue Retrato de Nazario Chimez Barket, del artista Emilio Baz Viaud, pues salió a la venta en 10 mil dólares y se vendió en 204 mil dólares. A quien también le fue bien fue a Diego Rivera con su dibujo Retrato de Cristina Kahlo, pues su máximo precio de salida era de 80 mil dólares, pero se vendió en 180 mil dólares.