Tal como en el siglo XX, los escritores europeos James Joyce, Thomas Mann y Rainer Maria Rilke tuvieron una fuerte atracción por las ciudades italianas, hace casi 400 años el inglés viajó por Roma y Florencia y se sintió seducido por una cultura y una literatura no siempre acentuadas a la hora de rastrear sus influencias y, particularmente, las del poema épico "El paraíso perdido", una de las obras capitales de la literatura occidental.

"Es muy interesante que Milton haya decidido escribir estos primeros sonetos, salvo el número uno, en italiano. Tenía relaciones inmediatas con Italia: su mejor amigo era italiano, realizó el típico viaje que hacían los ingleses cultos y con intereses poéticos por Italia, en la primavera de 1638, y se adentró en esa cultura, en su lengua y en su literatura", explica el poeta y traductor Mario Murgia, quien la semana pasada fue anunciado como el ganador del Premio Bellas Artes de Traducción Literaria Margarita Michelena 2023 por su versión de "Sonetos y una canción", de Milton, publicado por Ediciones Aquelarre.

Milton escribió pocos sonetos, continúa Murgia: "El primero lo escribió en inglés. Lo interesante es que los siguientes cinco poemas incluidos, entre ellos una balada breve, los hizo en italiano. A pesar de que Milton era anticatólico y antipapista era un admirador ferviente de la cultura y la poesía italianas. Es curioso que esos primeros sonetos los haya escrito en italiano y, sobre todo, que sean tan italianos, no sólo en el sentido lingüístico, sino en el referencial".

Murgia ganó recientemente el Premio Bellas Artes de Traducción Literaria Margarita Michelena 2023 por Sonetos y una canción. Foto: Fernanda Rojas / EL UNIVERSAL
Murgia ganó recientemente el Premio Bellas Artes de Traducción Literaria Margarita Michelena 2023 por Sonetos y una canción. Foto: Fernanda Rojas / EL UNIVERSAL

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En este sentido, Milton abreva no sólo de los sonetistas más famosos, sino de los más influyentes: Dante Alighieri, Francesco Petrarca y otros autores menos conocidos hoy, como Pietro Bembo y Guido Cavalcanti, "a quien quizá Milton leyó, pero su presencia es tangencial, puesto que está a través de Petrarca".

También es interesante —señala— el hecho de que estos poemas datan de un momento en el que para los ingleses había pasado de moda la escritura de sonetos. Milton, entonces, no pone manos a la obra desde la forma inglesa, consolidada por William Shakespeare, sino que se centra en la manera italiana: “Los otros sonetos, por supuesto, los escribe en su propia lengua, el inglés; pero los primeros están hechos en italiano, con toda la intención de escribir poesía italianizante. Quiero decir que tenemos a un Milton italófilo".

Sobre la luz que dichos sonetos arrojan en El paraíso perdido, Murgia precisa que los sonetos, sobre todo aquellos escritos en inglés, son los de un poeta maduro: "Muchos dicen que en ellos se prefigura el verso blanco y el encabalgamiento tan notorio de El paraíso perdido; o que ciertas figuras como sus amigos, así como el político y militar, Oliver Cromwell, quien aparece en uno de los poemas, sirven para crear una especie de plano caracterizador de ciertos personajes; figuras que pueden detectarse de manera sutil en Satanás, como antihéroe, o las presencias angélicas de Rafael, Uriel y Miguel en el famoso poema épico.

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