A más de 30 años de su debut internacional, presentarse en grandes escenarios como el Teatro alla Scala (Milán), Metropolitan Opera House (Nueva York) y ser profesor en la Universidad Nacional de Seúl, el tenor Ramón Vargas (Ciudad de México, 1960) aún siente nervios instantes previos a pararse ante el público:
“Tú puedes estar muy tranquilo en tu camerino, vocalizando, cantando, sintiendo la voz, pero la realidad no es esa. La realidad es cuando sales y abres la boca en el escenario y sientes que tu voz está funcionando. Sí hay un momento bastante estresante, siempre pesa. A pesar de mi experiencia ya de más de 40 años, siempre hay esa parte del nerviosito ahí para ver cómo está mi voz, cómo está el público, qué percepción tiene el público”, cuenta Vargas en entrevista con EL UNIVERSAL.
Luego de siete años de ausencia, el tenor volverá a la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, como parte del Festival Cultura UNAM. Su recital es uno de los estelares del programa, se realizará el próximo 5 de octubre, a las 18 horas.
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Para esta ocasión, Vargas interpretará desde Franz Liszt hasta música mexicana, un repertorio muy ecléctico, como le gustaba a la soprano Lourdes Ambriz, a quien le dedicará su recital.
“Su partida fue muy sentida para todo el gremio musical, porque era una persona muy buena, muy trabajadora, muy honesta, muy buena colega. La verdad que me sale muy fácil hacer un homenaje, nos admirábamos mutuamente, así que yo sé que lo que le cante a Lourdes, ella va a estar feliz si me está escuchando”, dice.
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El cantante dice sentir mucha alegría de volver a presentarse en México, esta vez acompañado del pianista cubano-mexicano Ángel Rodríguez, aunque aún con esta compañía, Vargas se siente expuesto al público cuando hace recitales: “es una de las formas musicales más complicadas que existen, porque no estoy arropado por una orquesta y ya te sientes protegido, vamos a decir de alguna manera. En cambio, el recital es desnudarte frente al público y tienes tres o cuatro minutos para contar la historia completa y atraer la atención del público (...) Es un reto muy grande, lo que a mí me gusta porque siempre he sido una persona de retos”.
Sobre cómo se prepara para recitales, el tenor revela que la clave de su estrategia consiste en analizar y conocer los gustos del público. Por ejemplo, sabe que cantar en coreano logrará ganarse al público en Corea del Sur, pues apreciarán el reto que implica esta hazaña. En el caso de México, el tenor apuesta por un repertorio versátil como lo es la vasta música nacional.