El Penacho del México Antiguo , conocido como “ penacho de Moctezuma ”, es un objeto de más de 500 años de antigüedad que está en Austria, y el presidente Andrés Manuel López Obrador ha reclamado que el objeto plumario regrese al país. Sin embargo, su repatriación parece una misión imposible porque especialistas determinaron científicamente que está en un estado frágil y, por otro lado, aunque haya leyes que pudieran sustentar su regreso, “se debe ponderar su estado físico”.
El mes pasado, Beatriz Gutiérrez Müller, presidenta del Consejo Honorario de la coordinación de Memoria Histórica y Cultural y esposa del Presidente, estuvo en Europa, donde se reunió con Alexander Van der Bellen, presidente de Austria.
López Obrador le pidió que “insistiera en el penacho de Moctezuma, aunque se trata de una misión casi imposible, dado que se lo han apropiado por completo”. Sin embargo, el Penacho del México Antiguo no es un objeto común: mide 1.3 metros por 1.78 metros y está conformado por 459 plumas de cuatro especies de aves.
Penacho en el Museo de Etnología, en 1955 o 1956
Las plumas verdes son de quetzal; las azules, de cotinga; las rosadas, del ave espátula rosa; y las cafés, del pájaro vaquero. En conjunto, las plumas tienen forma de abanico gracias a dos redes unidas por 27 varillas de madera.
Hay varias teorías sobre la llegada del penacho a Europa. Una señala que fue un regalo de Moctezuma a Hernán Cortés, y aunque no hay fuentes documentales que lo precisen ni que sustenten que sí fue usado por el emperador Azteca, lo cierto es que fue registrado como “sombrero morisco” en el inventario de 1596 de la famosa Colección de Ambras, propiedad del archiduque Fernando II de Tirol.
Al morir el archiduque, la colección permaneció en el Castillo de Ambras, Innsbruck, Austria, pero fue hasta 1878 cuando Ferdinand von Hochstetter, director del Museo Imperial de Historia Natural, lo halló “doblado en un rincón de la vitrina XVI, colgada en la pared de la sala 5, entre otros objetos etnográficos procedentes de América del Norte, China y las Islas de la Sonda, desapercibido y difícil de apreciar en la vitrina repleta”, según documentó Christian Feest, del Museo de Etnología.
Fue hasta 1928 que se inauguró el Museo Etnológico de Viena y desde entonces que el objeto ha permanecido ahí, con el número de inventario 10402.
Durante todos esos años, el penacho no había sido estudiado ni sometido a un amplio proceso de restauración, e incluso no se tenía claro si era un penacho, una capa o un estandarte, hasta el trabajo que realizaron expertos de Austria y México, entre 2010 y 2012.
Los resultados de la Comisión Académica Binacional fueron publicados en el libro El Penacho del México Antiguo: en él explican que determinaron que la posición horizontal es la mejor.
“Reconozco la posición del Presidente en este sentido de identidad y valor histórico, pero es necesario ver primero por el estado físico del objeto”
Diego Guerrero
Catedrático de la Facultad de Derecho
En esa publicación, las especialistas Melanie Korn y María Olvido Moreno indicaron que “además de las plumas y fragmentos de piel de aves incorporados, se hicieron numerosas adiciones de piezas metálicas, un total de 373 elementos, 33 tienen forma de luna, 151 son redondos en forma de disco, y 189 escamas rectangulares”, y de acuerdo con diferentes estudios se confirmó “que las adiciones metálicas están hechas de latón con chapa de oro”.
Los investigadores señalaron que el objeto estaba en estado frágil. Otra de las expertas, Liliana Rivero Weber, dijo que se trata de un “complicado objeto polimatérico, cuya conservación y salvaguarda necesita un modelo de riesgo basado en datos científicos, dejando de lado cualquier percepción subjetiva”.
Esa fragilidad del penacho fue refrendada por Gerard van Bussel, del Museo de Etnología, quien ha dicho que el objeto no podría ser trasladado porque las vibraciones “en el aire o la carretera lo destruirían”.
Los márgenes legales
La solicitud sobre el penacho del México Antiguo no es nueva, también se ha intentado en otras administraciones, una de ellas se dio en 2012, cuando se buscaba que el objeto viniera en calidad de préstamo.
Ahora, Beatriz Gutiérrez Müller también pidió en préstamo el objeto plumario, así como otras piezas, como el Códice Florentino y el Códice Cospi; sin embargo, Diego Guerrero, catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM, señala que es muy clara la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
La ley señala en su artículo 27 que “son propiedad de la Nación, inalienables e imprescriptibles los monumentos arqueológicos muebles e inmuebles”; y en el 28 dice que “son monumentos arqueológicos los bienes muebles e inmuebles, producto de culturas anteriores al establecimiento de la hispánica en el territorio nacional, así como los restos humanos, de la flora y de la fauna, relacionados con estas culturas”.
“Es decir, si los bienes llegaran a pasar por territorio mexicano, en automático se generaría su repatriación. Pero no sólo eso, en el ámbito internacional, la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural establece que cada uno de los Estados Partes en la Convención reconoce la obligación de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio”, informó Diego Guerrero.
Ante la situación, un préstamo no es posible, porque no se podría regresar un objeto a Austria, y el gobierno tendría la posibilidad de quedarse con un bien, aunque se podría generar un conflicto internacional.
Reunión de la Comisión Binacional, en febrero de 2010, entre ellos los especialistas María Olvido, Gerard van Bussel y Liliana Rivero.
“No habría posibilidad de que regrese a los austriacos de acuerdo a nuestra propia ley. Tampoco se podría hacer un convenio previo en el que ambas partes acuerden que es un préstamo, porque existe una figura de ponderación, es decir, la Ley de Sitios y Monumentos es federal y está por encima, porque hay un tema de jerarquías. No creo que haya elementos suficientes como que un instrumento legal esté por encima de esa ley”, indicó el catedrático.
Diego Guerrero enfatizó que el Presidente tampoco tendría la facultad para firmar un convenio debido a las implicaciones que tiene una ley federal.
459 PLUMAS de cuatro especies de aves conforman el penacho que mide 1.3 metros por 1.78 metros
Sin embargo, el especialista señaló que el escenario de querer mover el penacho “genera una posibilidad de generarle una afectación física” y antes de tomar una decisión se debe garantizar un bien superior “y aquí sería garantizar la pieza”.
“Reconozco la posición del Presidente en este sentido de identidad y valor histórico, pero es necesario ver primero por el estado físico del objeto”.