La comercialización de productos chinos que imitan artesanías y que se venden en plataformas como Temu, así como en puestos ambulantes en diferentes plazas históricas y mercados del país, es un problema que debe ser atendido —en primera instancia— por las autoridades aduanales, señala el especialista en derechos culturales Carlos Lara.
Para el analista, la primera estrategia que debe llevar a cabo el gobierno es una “condena moral” hacia la sociedad civil y las empresas, que consumen y fabrican estos productos, tal y como se realizó en el sexenio pasado con la campaña “#Mipatrimonionosevende” y con los señalamientos a las subastadoras que tenían a la venta piezas mexicanas.
Sin embargo, agrega, el problema de la venta de productos chinos que copian artesanías es complejo porque involucra a diferentes instancias de gobierno, además de que el ecommerce que proviene de China no está regulado.
Lee también: Defienden la artesanía de la violencia y “lo chino”

“Este nuevo fenómeno debe ser atacado como lo que es, una apropiación indebida, está en el Código Penal y puede ser sancionado, porque debemos tomar en cuenta que estas copias son apropiación indebida, no es apropiación cultural, tampoco plagio, es más complejo, es apropiación indebida”, subraya.
Y agrega: “Es sumamente complicado porque hablamos de un comercio en línea que llega a tu domicilio, por eso sería difícil de regular, pero todos estos productos pasan por la aduana, y sí se pueden hacer operativos para parar su paso por el país, el gobierno ya ha implementado operativos en sitios como Tepito para combatir la piratería”.
Lara apunta que empresas como Temu deben regular los productos que venden, porque la ley es clara y productos que se venden en la plataforma —como Nacimientos navideños, decoraciones de Día de Muertos y textiles con diseños artesanales— inciden en apropiación indebida y eso puede ser castigado con la ley. “Las aduanas deben establecer un plan con las secretarías de Cultura, Gobernación, Hacienda y con los institutos de Pueblos Originarios y de la Propiedad Industrial para atacar el problema, porque debido a estos productos chinos, la calidad de la artesanía está decayendo, está perdiendo valor al no ser pagada con precios justos”, insiste.
Si no se atiende el problema, advierte, la cadena económica que sostiene al turismo cultural puede dañarse, ya que gran parte del PIB proveniente del sector cultural recae en las artesanías.

Lee también: Hasta el molcajete ya es chino; invaden a México los productos orientales que imitan artesanías
“Es alarmante porque artesanías como los Nacimientos y hasta el papel picado para adornar el 15 de septiembre son creaciones que se hacen en ciertas regiones de México, repito, no es apropiación cultural porque eso sólo se refiere a términos antropológicos, aquí tenemos apropiación indebida y eso tiene consecuencias jurídicas”, abunda.
“Los productos chinos sí pueden acabar con industrias, ya sucedió en León, Guanajuato, con la industria del zapato, en donde imitaciones entraron bajo la categoría de muestra y no pagaron aranceles, debido a eso se vendieron a precios bajos, y le dieron en la torre a los productores locales”, detalla.
El 12 de marzo pasado, la presidenta Claudia Sheinbaum señaló en conferencia que el programa de Apoyo a Artesanas es un proyecto ambicioso que buscará dignificar la venta de artesanías, por lo que se realizarán más ediciones de Original, y se buscará que las empresas que utilicen diseños mexicanos hagan el pago correspondiente.
