El trata sobre una pareja, Luis y María, que viaja en el tiempo, como parte de una misión para salvar al mundo de una conspiración internacional: "En ese regreso al pasado se encuentran con el dilema de salvar el mundo y dejar de estar juntos. El dilema que se plantea el espectador es: si me eligen para salvar al mundo y pierdo al amor de mi vida, ¿salvo al mundo o salvo el amor que le tengo a esta persona? En medio de esta anécdota, para llegar a esa misión de viaje en el tiempo, hay una serie de sucesos", explica el actor, director y dramaturgo Luis Eduardo Yee y enlista sucesos como la muerte de Jorge Ibargüengoitia en el accidente el Vuelo 11 de Avianca en 1983, el momento en que Georgia O’Keeffe se encontraba pintando "Carretera de invierno" o la irrupción de un pato en un restaurante oriental; sucesos que tejar distintos momentos en el espacio y tiempo, y tienen un papel crucial en el desarrollo de la trama.

La anécdota, continúa Yee, no es económica en sus elementos; al contrario, es profusa. Y todo partió de una pregunta que fue más allá de la carga de emociones y la nostalgia que posee la historia: ¿Cómo es la ciencia ficción hecha por mexicanos, cuando los referentes —películas, novelas, series y cómics— son extranjeros?, ¿cómo es hacer ciencia ficción a la mexicana? "Irremediablemente, caímos en una idiosincrasia que ronda el humor, que ronda nuestros referentes. Toda la historia tiene mayoritariamente tintes cómicos, y claro, va hacia la nostalgia porque hay muchos elementos con los cuales es fácil identificarse".

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Pero hubo más preguntas cruciales que surgieron conforme la trama se desarrollaba, ¿qué hacer si, por ejemplo, uno está en el tiempo en el que mamá es una niña y se sienten deseos de conocerla y verla crecer? Si uno ya se encuentra en el pasado, ¿qué toca hacer?, ¿de verdad es tan fácil regresar al futuro o es posible quedarse en otro sitio y ser feliz un rato más?.

"Nosotros íbamos a cambiar el mundo”, monólogo.
Foto: Teatro UNAM / PiIi Pala
"Nosotros íbamos a cambiar el mundo”, monólogo. Foto: Teatro UNAM / PiIi Pala

"En ningún momento nuestra ambición fue inventar algo nuevo a la ciencia ficción, sino jugar con lo que ya se reconoce del género: misiones, conspiraciones internacionales, amenazas mundiales, misiones secretas, viajes en el tiempo y un amor que todo lo pone en crisis. Y eso genera un aterrizaje suave para quienes ven la obra. No tienen que hacer un esfuerzo intelectual por entender lo que está pasando, no es un rompecabezas difícil de armar. Frente a los ojos del público se va armando toda una trama que básicamente termina siendo una historia de amor dentro de un escenario con elementos de la ciencia ficción", abunda Yee.

La reflexión final tiene que ver con asumir la propia vida, dice: "No tengo otra vida más que ésta y eso está bien. Todo puede cambiar, excepto quien soy yo".El universo sonoro de la obra Joaquín Martínez Terrón y Emiliano López, quienes también trabajaron en "Toto y Pez", obra escrita y dirigida por Yee. El autor de “Nosotros íbamos a cambiar el mundo”, obra de las compañías Los Bocanegra y 8m3, es José Emilio Hernández. A cargo de la dirección está David Jiménez Sánchez. Se puede ver hasta el 8 de junio en el Teatro Santa Catarina (Jardín Santa Catarina 10, Coyoacán), los jueves y viernes a las 20:00; sábados, a las 19:00 y domingos, a las 18:00 horas (sin funciones el 15 de mayo).

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melc