Tras la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de protegerse del Covid-19 con estampitas religiosas, era imposible imaginar otra confrontación institucional a la evidencia científica, como ocurrió el pasado 12 de septiembre, cuando el conductor de televisión Jaime Maussan presentó dos cuerpos “no humanos” que reposaban en dos pequeñas cajas de madera, como evidencia de que hay vida más allá de la Tierra, en la Asamblea Pública para la Regulación de Fenómenos Aéreos Anómalos No Identificados, organizada por el diputado de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, en la Cámara de Diputados.
El suceso resonó en medios internacionales, como el canal catarí Al Jazeera; los memes trascendieron idiomas –la plantilla se usó en español, inglés, francés, italiano– y llevó a científicos del mundo a pegar el grito en el cielo (como la UNAM, que se deslindó de la presentación de Maussan) y a otros, un poco más mesurados, a llamar a la investigación, como lo hizo la NASA, cuando presentó su informe sobre los Fenómenos Aéreos No Identificados, donde dijo que, de ser cierto, el gobierno de México tendría que compartir la información con científicos del mundo para hacer investigación. Pero más allá de estas reacciones, el asunto tiene implicaciones arqueológicas y antropológicas.
“Nos parece una broma y nos sorprende que una cámara de Diputados pueda ser partícipe de una humorada como esta, de una burla”. Así recibió la noticia de la presentación de Jaime Maussan el gremio arqueológico peruano, explica en entrevista Luis Jaime Castillo Butters, arqueólogo y exministro de Cultura de Perú.
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Castillo Butters, quien también ha sido investigador de la región de Palpa y Nazca, explica que hace unos años (para ser exactos, en 2016) aparecieron en Perú unas momias muy parecidas a las que presentó el conductor de televisión, y que fueron llamadas “momias de los tridáctilos”, por sus tres dedos largos. “Aquí hubo todo un debate sensacionalista y se llegó a la conclusión de que eran artesanías, fabricadas por una persona de Nazca o Palpa; creo que el Ministerio de Cultura de allá hasta tiene identificadas a las personas”, detalla el profesor de arqueología de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
El exministro asegura que las presuntas momias son en realidad cuerpos armados, algunos con huesos de animales y huesos humanos de tumbas saqueadas –violando leyes de protección patrimonial–, por lo que si se llegan a examinar, sí podrían datarse con mil años de antigüedad. De ser así, la presentación de esos cuerpos implicaría que se extrajeron restos arqueológicos de Perú de manera ilegal.
“Si es verdad que tienen mil años de antigüedad, entonces ¿por qué sacaron las momias de Perú? En el Perú, como en México, hay leyes muy claras que prohíben la exportación de cualquier resto arqueológico. Si hubiera un atisbo de verdad en lo que dice (Maussan), entonces estos objetos son patrimonio y no debió haberlos sacado; el señor u otra persona violaron varias leyes”, señala Castillo Butters.
En la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación (Ley Nº 28296) –que recién fue actualizada en junio de 2023– se señala que está “prohibida la salida del país de todo bien mueble integrante del Patrimonio Cultural de la Nación” –incluso los “no descubiertos”, que son “de exclusiva propiedad del Estado”– salvo excepciones, y que en ese caso, el traslado “obligatoriamente debe ser puesto en conocimiento previamente al Ministerio de Cultura”.
El 14 de septiembre, Leslie Urteaga, ministra de Cultura de Perú, dijo a medios de comunicación locales que creía que hay una denuncia penal, por parte del Ministerio de Cultura, contra las personas que sacaron de Perú las momias de Nazca. “Creo que, en este momento sólo puedo decir lo que recuerdo, creo que existe una denuncia penal desde el Ministerio de Cultura (contra) algunas personas que tuvieron relación contra estos señores sobre el retiro de bienes prehispánicos” y agregó que ninguna entidad científica en Perú ha señalado que se tratan de restos no humanos, como afirmó Jaime Maussan.
Sobre la presunta denuncia, EL UNIVERSAL solicitó a la Secretaría de Cultura información al respecto y quedaron de “buscar”; la misma solicitud se hizo a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), pero no hubo respuesta. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que no ha recibido información al respecto, pero que de hacerlo, estaría dispuesto a cooperar.
Esta polémica se da en un contexto en el que las relaciones políticas entre México y Perú están tensas. También como contexto está la campaña #MiPatrimonioNoSeVende, que lidera la Secretaría de Cultura con participación de la SRE, con la que han reclamado a nivel internacional la devolución de bienes arqueológicos mexicanos que se encuentran en el extranjero.
Luis Jaime Castillo Butters no cree que la denuncia vaya a prosperar, pues duda que el gobierno de Perú quiera iniciar una disputa “para recuperar artesanías”.
Maussan dijo en un canal de televisión que demandará al Ministerio de Cultura de Perú por la suma de 5 millones (no aclaró la denominación de la moneda) por decir que los cuerpos son armados y por ocultar información a los ciudadanos de Perú y afirmó que él no sustrajo las momias de ese país y que entiende que los encargados del traslado sí cumplieron con “toda la documentación legal, a lo mejor lo ignora la gente de Perú”.
Morbo y racismo
Castillo Butters plantea dos formas de leer la exhibición de las presuntas momias de Nazca en el Congreso de México. La primera lectura tiene que ver con el espectáculo, algo que ya ha vivido el gremio arqueológico con unas rocas con falsos jeroglíficos de humanos cazando dinosaurios en Nazca y con las propias momias de Nazca. Fueron llevadas a medios de comunicación con la condición de recibir un pago a cambio de fotografías y entrevistas.
“Detrás de este tipo de cosas hay un interés económico, está el morbo, el freak show. La gente quiere ver algo que le divierta. Hay gente que explota esto y cobra por ver estas curiosidades. Luego las veremos en una exhibición o en la televisión que han ganado con la publicidad gratuita y el aval que ha dado un cuerpo político del nivel de la Cámara de Diputados de México. Lograron su objetivo de crear un freak show”, dice el arqueólogo.
La segunda lectura, que inquieta todavía más al especialista, es el discurso racista detrás de este tipo de especulaciones. “La lógica dice que ‘los indios no pudieron haber hecho estas cosas, tuvieron que ser seres de otra galaxia’. Este discurso reitera la incapacidad que habrían tenido las poblaciones antiguas de poder realizar las cosas que evidentemente hicieron. Es un discurso que se genera entre el Norte y el Sur (del mundo), porque (se dice que) las pirámides de Egipto y México no las pudieron hacer sus habitantes, pero nadie duda que el Coliseo Romano lo hicieron los romanos o la Gran Muralla China la hicieron los chinos”.
El exministro agrega: “Nosotros en Perú tenemos un Congreso que es desastroso, pero pensábamos que México, un país más instituido que el nuestro, podría tener representantes políticos con un poco más de nivel, pero no, parece que es una cofradía internacional. Latinoamérica lamentablemente todavía es continente de lo real maravilloso. Imagínese, usted puede llegar al congreso de un país como México con una cosa como esta”.
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