“Este no es mi proyecto para Danza UNAM, sino el proyecto de un equipo de trabajo que, desde hace tres meses, cuando yo asumí esta responsabilidad, hemos estado desarrollando juntas y juntos”, afirmó la bailarina y coreógrafa Claudia Lavista, quien ayer presentó ante medios de comunicación su plan de trabajo al frente de Danza UNAM.
Para ello se sirvió de una metáfora en la que presentó el trabajo de la institución como un prisma: “La danza está todo el tiempo rotando, en constante movimiento, es prismática por naturaleza. Queremos que Danza UNAM sea un epicentro de ideas y acciones plurales e incluyentes. Y cuando digo plurales e incluyentes me refiero a que queremos estar en conversación con todas las danzas, no sólo con un tipo de danza y que queremos dialogar con todas las comunidades”.
Su objetivo es, en otras palabras, impulsar propuestas en las que el cuerpo en movimiento, la danza y la expresión estén al centro y en contacto con los contextos y todas las comunidades. El resultado de las reuniones y mesas de diálogo, entre el equipo de trabajo que hace posible Danza UNAM, fueron los cincos ejes que Lavista presentó para su gestión: el primero, la Programación de la Sala Miguel Covarrubias y el Salón de la Danza; el segundo, el Taller Coreográfico de la UNAM (TCUNAM); el tercero, la Compañía Juvenil de Danza Contemporánea de la UNAM (DAJU); el cuarto, los Talleres de Danza UNAM; y el quinto, la Cátedra Extraordinaria Gloria Contreras.
En todo este abanico que —parafraseando a Lavista— debe leerse como un proyecto integral que atraviesa varias secciones, se pueden citar, para dar una pequeña muestra en desorden, la presencia de la Compañía Cuerpo de Indias, de Álvaro Restrepo (Colombia) y Luz Arca (España), así como el homenaje del TCUNAM a Gloria Contreras por su onomástico 90 y la digitalización de acervos como el del maestro Alberto Dallal.