A cinco días del 28 de agosto, fecha en la que los estudiantes de todo el país regresan a clases, matemáticos de gran trayectoria encuentran aún más errores e inconsistencias en los nuevos Libros de Texto Gratuitos de la Secretaría de Educación Pública (SEP): desde etiquetar todas las ciencias como matemáticas, tal como consta en los índices de los libros de primaria, hasta el planteamiento erróneo de ciertos problemas y la inclusión de temas descontextualizados, y no acordes a su respectivo grado.
Para el expresidente de la junta directiva de la Sociedad Matemática Mexicana de 2020 a 2022, Renato Iturriaga, quien revisó a fondo los libros de 1o. y 2o. de primaria, estos errores son producto de “una falta de tolerancia a la crítica”.
El especialista cuestiona cómo es que todo un equipo de maestros no pudo detectar tales errores, “sólo me lo explico con el hecho de que el proyecto se coordinó, se cuajó, en un lugar en el que la crítica y la autocrítica no florecían mucho. Y eso es visible, ya que hoy uno no puede decir que algo no está bien porque en seguida será tachado de fascista. Hay un ostracismo terrible, las opciones son callarse, cambiar de opinión o irse. Así no florecen los buenos proyectos”.
Leer también: “Es como si se repitiera la historia”: AMLO por campaña contra libros de texto; pide esperar fallo de la Corte
Las declaraciones de Iturriaga confrontan lo dicho por el asesor de la SEP e investigador emérito del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ángel Díaz Barriga, quien declaró desde Palacio Nacional, durante la conferencia vespertina del 14 de agosto: “No es que no existan las matemáticas, es que las matemáticas están presentadas en torno a la vida del niño y esto es lo importante atender (...) Le dimos vuelta al plan de estudios. En vez de que la disciplina sea lo que aparece, lo que aparece es el problema de la vida y desde el problema de la vida cotidiana se trata de ver cómo la disciplina se vincula”.
La investigadora del Instituto de Matemáticas de la UNAM y expresidenta de la Sociedad Matemática Mexicana, Luz de Teresa, no niega que en los libros haya material atractivo, pero resalta la ausencia de conceptos básicos, lo cual tendrá un efecto contraproducente en la enseñanza y en la vida cotidiana de quienes se formen con dicho material. Sus palabras también contrastan con las de Díaz Barriga: “Como material complementario está bien. Lo que no está bien es vaciar de contenido la enseñanza”.
Rogelio Valdez, presidente nacional de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas, coincide en el hecho de que hay pocas matemáticas —algo ya puesto en el reflector por varios especialistas— y en que debería ser fundamental centrar el esfuerzo en que los alumnos aprendan cabalmente a sumar y multiplicar. “No veo mucho de eso”, dice y enfatiza la incongruencia de enseñar el conjunto decimal, por ejemplo, en 5o., sin trabajar a fondo las operaciones básicas en los grados anteriores.
No todas las ciencias son matemáticas
De los errores enlistados, el que más le molesta a Iturriaga es justo uno de los que más difusión tuvo: el de los mangos al cuadrado. “Va contra lo que están diciendo: que las matemáticas tienen que ser significativas y tener una relación con su vida. Es el punto de partida de una larga cadena de errores”.
Luz de Teresa enfatiza que el gran problema es que hay pocas matemáticas y muchas cosas están mal dentro de esas pocas matemáticas. “Además de las erratas claras y lo que tiene que corregirse en clases, hay problemas a nivel conceptual". Uno de los errores más notorios se encuentra en el índice de Múltiples lenguajes, en 5o., donde se identifican otras ciencias con el denominador común de matemáticas, y se destacan con rosa mexicano.
En la página 61 de Múltiples lenguajes, 4o. grado, también hay errores de forma: un problema ilustrado con un reloj analógico, que se le presentó a niños participantes en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas y que no pudieron responder, puesto que en ninguno de los libros se explica cómo leer la hora en un reloj de agujas.
Uno puede tener una idea brillante y malograrla, complementa Iturriaga. Si alguien pensara en una fotografía genial —ejemplifica— y para tomarla subiera a la punta de una montaña, a las 6:00 am, frente a la toma perfecta, la imagen sería mala si estuviera desenfocada o sobreexpuesta. “Algo así pasó con los Libros de Texto”, señala. “Fueron fallidas las intenciones declaradas de que las matemáticas sean significativas al ambiente del alumno. A lo mejor se hizo mucho esfuerzo, pero salió mal; pudo ser de una buena manera y no lo fue”.
Otro ejemplo está en la página 116 de Nuestros saberes, 5o., donde se enlistan conceptos como “desarrollo tecnológico, tiempo, media, área, la cara de un prisma y un prisma rectangular, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra?”, se pregunta Luz de Teresa.
La lista continúa: Múltiples lenguajes, 4o., página 62, presenta un puente que mide 340 metros, pero se incluye un tren que vuelve ilógica la operación. En la página 113 de Nuestros saberes, del mismo grado, “se habla de longitud, pero el concepto no es claro y terminan explicando sólo la distancia entre dos puntos”, detalla la investigadora.
En las páginas 14 y 15 de Múltiples lenguajes, 6o., hay un texto, a la manera de los artículos de divulgación, sobre los fractales: “Yo me dedico a los fractales. Sé que son atractivos visualmente, pero no sé qué le puedan aportar a la formación del alumno en 6o. grado; en la forma en la que los definen también hay errores”, cuenta Valdez y también menciona que la definición de figura geométrica en 1o. es incorrecta porque deja fuera al círculo; y en 3o. se introduce el número Pi sin ninguna referencia al círculo, aunque en 4o. éste ya es definido.
El modelo interdisciplinario es loable —abunda Valdez— pero se debieron hacer muestras piloto para saber cuál sería el resultado. Luz de Teresa ve una causa concreta respecto a los errores: la ausencia de supervisión técnica, una labor que, en realidad, no implicaba dificultades y, al contrario, era viable: “Se pudieron haber mandado, para revisión gratuita, las primeras versiones de estos libros al Instituto de Matemáticas de la UNAM, al Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias. Para nosotros un certificado de revisión era más que suficiente. También lo pudieron mandar a la Universidad de Durango, o muchas escuelas donde hay expertos y esto aplica a las otras disciplinas (pienso en la Escuela Nacional de Música). Incluir a la comunidad, a los expertos, no es algo que nunca se haya hecho o que suponga un costo para la SEP, y sólo requería a un coordinador que buscara a las personas dispuestas a hacer la revisión”.
Iturriaga cita uno de los errores que más comprueba lo anterior: en el libro para padres y maestros de 1o. se habla de un concepto de geometría diferencial que se enseña al final de la licenciatura en Matemáticas: las variedades de dimensión 2. “Estoy de acuerdo en que la participación del alumno se vuelva más activa y crítica; que le haga sentido con el mundo que lo rodea. Pero justo en eso fracasan rotundamente”, dice.
Para De Teresa, no todo es un descubrimiento y no todo puede pasar a través de esa forma de enseñanza. Para Iturriaga, los libros van a ser distribuidos, sólo espera que este año los errores sean corregidos, pero además, insiste en la explicación a los docentes del nuevo modelo educativo, “si no se hace habrá un doble fracaso: el de los libros y el de los maestros”.
EL DATO
Para el expresidente de la junta directiva de la Sociedad Matemática Mexicana de 2020 a 2022, Renato Iturriaga, quien revisó los libros de 1o. y 2o. de primaria, los errores son producto de “una falta de tolerancia a la crítica”.
Leer también: Libros de texto de la SEP: Coahuila presenta controversia constitucional ante la SCJN