Lanzan historias dirigidas a niños para enfrentar los desafíos de las emociones

Para la psicoterapeuta Claudia Gendrop, la caverna es una metáfora del duelo y del camino de adaptación emocional a la nueva vida, en el caso del libro ilustrado “Rocky y Nina en la caverna” el tema es como enfrentar la vida ante el divorcio de los padres. “Está dirigido y dedicado a todos los pequeños que han atravesado o están atravesando este proceso, y sobre cómo, todos los cambios en la vida hay que soltar los formatos, las creencias, los modelos y perspectivas que tenemos para adoptar una nueva versión y eso es lo complicado, porque para un niño, pues su familia es su universo”, asegura la autora.

A partir de asumir que el divorcio es una de las opciones que existen y que ante ella los niños deben emprender una nueva forma de vida y de relación con sus padres, la directora fundadora de Inpsiquis, un espacio para el desarrollo psicológico integral centrado en los niños, ha trabajado sus terapias desde hace 30 años apoyadas por cuentos escritos por ella misma para complementar su trabajo con los pequeños.

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“No son temas fáciles, pero siempre tener un material que triangule o sirva como intermedio es un apoyo tanto para los adultos que hablemos de este tema con los niños, como para el niño en sí, porque muchas veces ese apoyo y ese sostén es lo que nos da el equilibrio”, señala Gendrop, quien reconoce que lo que más duele a la hora de enfrentar cambios en la vida es la resistencia a las situaciones que suceden.

“Aquí es el duelo por la familia como la conocían los niños, incluso es un duelo para los papás, para todos. Este libro se llama ‘Rocky Nina en la caverna’ no quise poner el título de divorcio, pero claramente se habla de esto. Es una caverna oscura, incluso los tonos que elegí para la ilustración son un poquito más oscuros porque no se trata este cuento de minimizar el dolor y todas las emociones que una persona atraviesa, al contrario, se trata de abrazarlas desde la salud emocional, lo que yo llamo tener un corazón emocionalmente sano, hablar con las palabras precisas y claras con los niños y no es para evitar el conflicto o para evitar que sufran, sino para atravesar el proceso de una manera saludable, que eso es la caverna”, señala Gendrop.

Rock y Nina, que son los osos protagonistas de esta historia, atraviesan la caverna, pero ante ellos siempre tienen la opción porque hay dos maneras de vivir la caverna, nunca entrar o atravesarla, y cada una tiene una consecuencia distinta. “Si la cruzo logró aprendizajes, si la evito pues me quedo con la carga y no la trabajo y la proceso, pero al final de cuentas siempre es una opción y todos somos libres de decidir con conciencia cuál queremos tomar”, afirma la psicoterapeuta.

Sin embargo, asegura, que solo quienes la logran atravesarla obtienen el aprendizaje y logran superar los efectos de la musaraña. “La musaraña es el elemento de interés, es el elemento misterioso que engancha a los niños, la musaraña hace alusión a que no hay un solo sentimiento, es un cúmulo de sentimientos que a veces están enredados y no sabes exactamente de qué está hecha tu musaraña y se trata de conocerla. Rocky y Nina la ubican, la identifican, la desmenuzan, la entienden y en el proceso de atravesarla la aceptan y trabajan de una manera emocionalmente saludable para acomodar esas emociones”.

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La caverna los transforma, pero no es por el efecto de la caverna, agrega Claudia Gendrop, sino por el esfuerzo y la valentía de Rocky Nina que se atreven a atravesar esta caverna y puedan salir transformados. “Rocky y Nina representan los estereotipos más comunes, pero justo al ser dos da la idea de que cada uno gestiona el proceso de manera distinta, y que está bien, es ese ser único, es nuestra propia identidad que nos hace tener procesos distintos a cualquier otra persona de este planeta”.

En todo proceso lo que se maneja y lo que aprenden los niños, los osos, aprendemos los seres humanos es a manejar, a maniobrar, a procesar nuestras emociones.

Gendrop dice que cuando encontramos en el interior, nuestra esencia, seamos niños, adolescentes o adultos, e independientemente de la circunstancia, etapa o era en la que estamos viviendo, encontramos la fortaleza verdadera.

Es un cuento para que los niños puedan conectar con su interior y enfrentarse al proceso emocional de una manera sana, valiente y sensible. También es un recurso de apoyo para los papás y mamás que quieran saber cómo manejar el tema de forma adecuada para el crecimiento y desarrollo de toda la familia.

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Claudia Gendrop ya ha puesto a circular otras historias como “La brujita y el conejo del corazón”, donde habla de las emociones; está “La misión de Agu, un desafío para valientes”, que es sobre superar el miedo a las agujas; y “Pipópolis. Guía emocional para dejar el pañal”; pero vendrán otros tantos como “Primeros auxilios emocionales”, que es un libro cuaderno de trabajo también para acompañar procesos, ya sea de tratamientos o procedimientos médicos u hospitalización para los niños para poder atravesarlo y gestionarlo; y “El dulce engaño de Sucrel”, que es para fomentar la alimentación consciente en los más pequeños.

“La mayoría de las historias vienen acompañadas de pequeños y breves ejercicios, pero muy puntuales y útiles. No pretenden sustituir un proceso terapéutico, pero sí darle, además de la historia, actividades, sugerencias y trabajo a los papás para que estos libros no solo sean una historia sino de verdad un recurso que sume a la salud emocional de la familia”, concluye Claudia Gendrop.

melc