Selma Ancira (Ciudad de México, 1956) es la más importante traductora literaria del ruso y del griego moderno; es, sin duda, la más destacada traductora mexicana que le ha traído al mundo de habla hispana la obra de autores como Marina Tsvietáieva, de Nikos Kazantzakis, Antón Chéjov, Lev Tolstói, Yannis Ritsos, María Iordanidu, Alexander Pushkin y Theodor Kallifatides; es una traductora singular: para traducir una obra se adentra en el universo del autor, investiga su contexto, todos sus libros, sus traducciones, de haberlas hecho, sus diarios y correspondencia, visita los lugares donde vivió y los lugares de los que habla en sus historias.

La traductora que recibió el Premio Nacional de Artes y Literatura 2022, que por primera vez se le concedió a una traductora, habla en entrevista de los proyectos de traducción en los que trabaja: terminar los 17 monólogos poéticos de Jannis Ritsos que publica Acantilado (ha terminado 12, le faltan cinco); dos novelas de María Iordanidu (ha traducido tres); y está por terminar un libro de Lev Tolstói, tras el cual traducirá el libro inédito recientemente aparecido de Nikos Kazantzakis.

“Ya tengo muchos años, daré prioridad a mis proyectos y si la vida conmigo es generosa y si sigo teniendo la posibilidad de traducir y si sigo tan incansable como hasta este momento, pues a lo mejor incursiono en alguien más, pero por lo pronto quiero concentrarme en lo que ya tengo empezado”, afirma Ancira (hija del actor Carlos Ancira y sobrina de José Emilio Pacheco), quien reconoce que en los últimos años a los traductores se les ha comenzado a dar su lugar, “antes no aparecían ni en las portadas ni en nada”.

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Esta traductora, que lleva 45 años en la profesión, ha puesto en su libro "El tiempo de la mariposa", coeditado por Gris Tormenta y la Universidad Veracruzana, su modo de operar en la traducción, si acaso su método, a partir del relato sobre la relación personal y literaria que ella como traductora ha tenido con la obra de Nikos Kazantzakis y la lengua griega.

El libro se presenta hoy en la librería El Desastre (San Francisco 233. Del Valle), a las 19 horas, en una lectura alternada de "Zorba el griego" y "El tiempo de la mariposa", con la participación de Selma Ancira y Juan Carlos Franco.

La escritora Selma Ancira. Foto: Lena Prieto.
La escritora Selma Ancira. Foto: Lena Prieto.

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¿Descubrió que la traducción era su vocación, pero no había escrito un libro sobre eso?

Estudié filología rusa y luego filología griega, pero nunca traducción, yo me hice traductora traduciendo, con el paso de los libros vas aprendiendo. Cuando los chicos de Gris Tormenta empezaron a coquetearme para hacer este libro, no me convencía, luego trajeron su tambachito de libros de esta Colección Editor y dije, “bueno, voy a probar”. Nunca he probado la escritura sin partitura, cuando traduces tienes la partitura detrás, te sientes seguro y nada más tienes que hacerla sonar; para este libro me puse a escribir y me encantó la experiencia de poner en orden todo aquello que había ido aprendiendo y que estaba como desbalagado en mi cabeza, que lo sé aplicar, pero no lo sabía nombrar.

¿Fue poner en palabras su método?

Todos hablan del método y eso fue en lo último que pensé, en el libro comparto lo que he hecho a estas alturas de mi vida, durante más de cuatro décadas. Empecé a traducir en 1979. Con el libro entendí todo lo que ya intuía, lo que tenía en el cuerpo, lo que me funciona, esos resortes que se activan cuando empiezas a traducir cobraron no sé si definiciones, pero sí adoptaron su forma para ser compartidos.

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¿Cómo decide a quién traducir?

Tengo mucho cuidado en elegir a los autores que traduzco porque soy muy aprensiva, muy sensible y todos mis autores me dejan una huella profunda. Cuando empiezo un libro, yo no sé a dónde me va a llevar, a qué viajes, a qué búsquedas, qué hallazgos voy a tener. Cada autor es una aventura distinta.

¿Qué significa la traducción para usted?

La traducción es todo un universo. Mis viajes giran en torno a mis libros, mis lecturas giran en torno a mis libros y a mis autores, mis descubrimientos tienen que ver con los autores que leían mis autores, es toda una manera de estar en el mundo. Hay que buscar también la melodía, la armonía en la sintaxis. Siempre pienso en la traducción como un tejido, hay la urdimbre, hay los nudos, entonces tú vas haciendo el dibujo con todos esos elementos que tienes.

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¿Para traducir entra a toda la obra de un autor?

No se puede escribir de lo que no se conoce y traducir es escribir. Si yo conozco bien el ambiente de mi autor en diarios, tienes que conocer bien a toda la familia, el momento histórico, las revistas literarias, los periódicos, las corrientes filosóficas, porque si no son palabras carentes de sonido, son palabras que tú traduces, un sonido en ruso por otro en español, pero no tienen contenido. Hay que conocerlo todo.

¿Es verdad, todos sus autores están conectados?

Todos comparten una sensibilidad e intereses semejantes, todos le han cantado a la vida, todos disfrutan el prodigio que es estar vivos. Todos son unos humanistas enormes. Ahora me doy cuenta de que ellos están unidos y mi sensibilidad a ellos es afín a todos. Porque entre ellos son como los árboles que abrazan sus raíces debajo de la tierra; y mi propio jardín es el jardín de los autores que yo he trasplantado de sus tierras natales y los he traído a nuestra tierra de la lengua española.

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¿Qué significa ser la primera traductora en recibir el Premio Nacional de Artes y Literatura?

Es uno de los momentos más importantes de mi vida y sobre todo para todo mi gremio porque sí, me lo dan a mí como traductora, por una trayectoria, por cómo he llevado mi vida profesional; lo han tenido muchos escritores que además son traductores, pero el hecho de que sea a una solo traductora abre la puerta para que los traductores mexicanos puedan aspirar a ese premio. Es ir abriendo puertas, ir luchando por el gremio.

¿Y que sea la traductora mexicana más notable?

Me he entregado en cuerpo y alma a la traducción, sin escatimar un instante en cada obra que he traducido. Y eso tiene sus frutos. He hecho de la traducción literaria mi manera de estar en el mundo, cada libro es el eje alrededor del cual gira mi vida durante el tiempo que estoy traduciendo el libro.

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