Entrevista con Alejandro González Iñárritu,  Director y guionista de cine. Foto: Clasos
Entrevista con Alejandro González Iñárritu, Director y guionista de cine. Foto: Clasos

El ingreso de (Ciudad de México, 1963) a es una distinción que ahora traslada al cine, por primera vez, a una serie de disciplinas artísticas y científicas que tienen un fin simple en la institución: transmitir conocimiento a la sociedad.

González Iñárritu ha sido reconocido por la crítica cinematográfica por retratar la condición humana, mostrar la violencia en la sociedad y construir personajes marcados por la complejidad y la profundidad de escenarios como la Ciudad de México, Marruecos o Nueva York.

 Su ópera prima y ganadora del Oscar, "(2000), es el equivalente a su primer amor y representa a un González Iñárritu que ya no existe, pero que, dice, transmutó a alguien más.

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En entrevista con , el cineasta da más detalles de su entrada a El Colegio Nacional y habla de su preocupación por la generación de imágenes cinematográficas con Inteligencia Artificial, tema que abordará el año siguiente, cuando se incorpore a las actividades de esta institución.

También reflexiona sobre la crisis migratoria entre México y Estados Unidos, la violencia creciente en el país y la polarización en el mundo. Recuerda su filmografía y da detalles de su próximo filme, todavía sin nombre.

¿Cómo te sientes de ingresar a El Colegio Nacional?

Muy honrado, muy asombrado, muy agradecido, es una institución con un fin hermoso: transmitir el conocimiento. Hay y ha habido gente brillante, con un gran conocimiento. Haré lo posible por transmitir lo que pueda de mi experiencia y servir, creo que esa es la parte fundamental de saber algo, no acumularlo, sino compartirlo.

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¿Qué temas llevarás a la institución, qué cine te interesa divulgar?

Creo que estamos en una situación bastante única, me parece que la cantidad de imágenes generadas hoy por diferentes tecnologías, y la cantidad de elementos y vehículos que tenemos para poder absorberlas y mirarlas, ha generado una sobreestimulación que me parece interesante, y es que uno de los riesgos y situaciones que yo veo es que se está banalizando la imagen, la imagen está dejando de tener sentido, y no sólo es la cantidad, sino en la veracidad y el agente generador de esa imagen, ahora la Inteligencia Artificial está generando esa sobrestimulación y esa imposibilidad de poder observar y atender el significado de una imagen.

¿Cómo defender al cine frente a estos nuevos dilemas?

Inevitablemente el cine, que es la traducción de la experiencia o conflicto humano en imágenes, se verá afectada, se está viendo afectada ya, es el consumo sin ninguna posibilidad de reflexión o de impacto cultural, y eso me parece un tema importante para explorar porque creo que va a generar un vacío existencial en donde estamos empezando a ver una deficiencia de identificación, sobre todo en los jóvenes, porque hay una duda ya, en primer plano, de quién hizo esto.

Cristina Rivera Garza dijo que es necesaria tu experiencia binacional. ¿Qué película ves ahora entre Estados Unidos y México y los discursos migratorios y racistas?

Soy un migrante también, hace 23 años salí de mi país y vivo en Estados Unidos, es un tema que en lo personal me toca, a nivel personal lo he tocado desde Babel, en el papel de Adriana Barraza, como una inmigrante que se ve evidentemente víctima del prejuicio y de la violencia de los oficiales en migración, lo toqué más profundamente en Biutiful, a través de la integración china y africana en Europa, que es un hecho hoy más radical, que recuerdo que en aquella época los españoles me decían que era una exageración, que Europa nunca llegaría a eso y ahora ya viste el discurso allá. Lo toqué más personalmente en Bardo, porque toqué esa sensación de inmigrante, de que eres apátrida, estás flotando sin raíz, me parece que lo que está sucediendo ahora es preocupante porque se está repitiendo el discurso. Esa película ya la sabemos, ya está filmada, ya la vivió la humanidad del siglo pasado a la mitad y terminó trágicamente, y son las mismas palabras que se están utilizando ahorita, pero hay algo que yo quisiera hacer notar, que es que todos estos migrantes mexicanos que han ido a Estados Unidos, por experiencia, sé que son increíbles individuos y personas con resiliencia y con fuerza y con disciplina; para mí el migrante es una oportunidad, no es una maldición como quieren hacernos ver. A la gente que vaya a regresar a México tenemos que recibirla con las manos abiertas; sé que van a ser los mejores individuos y vamos a capitalizar lo que Estados Unidos está desechando ignorantemente. Bienvenidos los paisanos, van a ser gente vital y van a fortalecer muchísimo México, esa es la noticia buena que yo quiero ver.

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Hace 25 años con Amores Perros hubo una mirada a la violencia. ¿Crees que hoy se ha normalizado?

Sí, pero con una mayor sombra, es decir, la sombra es más oscura, acapara más, se traduce a todas las comunidades, a todas las poblaciones, no hay nadie que escape de ella, es un árbol que ha crecido y que se ha introducido en la política, en la cultura, en todas las ramas privadas, políticas; y la impunidad y el nivel de violencia al que hemos llegado... sí, hemos normalizado lo que nunca se debío haber normalizado y estamos pagando las consecuencias, es una tragedia.

¿Qué nuevas facetas de la humanidad te inquietan?

Todos los artistas tenemos una sensibilidad que nos hace poder observar síntomas de cosas que vienen, el arte de alguna forma es capaz de anunciar una palpitación, una pulsación humana, por eso muchas veces las películas o novelas de ficción se han adelantado a su tiempo, porque como artistas nuestra función es esa, es la percepción de lo que vemos y cómo podemos verterlo, en ocasiones le atinamos, y muchas veces también la vida empieza a imitar el arte y el arte empieza a imitar la vida, es una cosa simbiótica, es terrible entonces, por eso creo que muchas de las películas que vemos ahora retratan esa angustia, esa distopía, ese fin del mundo, se retrata mucho el sentimiento de la gente. Estamos entreteniendo a la gente, se está hundiendo el Titanic, esa es la sensación que tengo, estamos tocando el violín, estamos temiendo muchas cosas, pero creo que también no se puede vivir sin esperanza, yo sí tengo esperanza que esta cantidad de dolor que ha habido se podrá revertir a través de un hasta aquí, cuál será el costo del hasta aquí, no lo sabemos.

¿Qué hay de tu nueva película?

Es sobre lo que hoy percibo, es una película que me causó una gran satisfacción por muchos motivos, porque llevo siete años intentando levantarla, la escribimos hace siete años y ha venido evolucionando y me divertí muchísimo, fue muy complicada en términos narrativos, técnicos, pero es una comedia salvaje, fue realmente un acto colectivo de locura y de belleza.

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¿Has pensado en el tema de tu charla inaugural?

Será en el primer semestre del año que entra, porque tengo que concentrarme en terminar mi película, pero no. Lo voy a ir gestando de todo lo que te he contado, tengo que estar presente, no estar en otro mundo.

González Iñárritu cierra con una reflexión sobre la búsqueda de la verdad: “Deseo que se haga buen periodismo, es un reto para los periodistas, como para los cineastas, luchar contra la supuesta verdad, así es que a luchar con mucha integridad y valor”.

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