“¿Qué impacto tienen las ?”, se pregunta en una encuesta de un canal de noticias. Ante el panorama actual, parece difícil dar una respuesta que va más allá de “visibilidad”. Sin embargo hay un campo donde el impacto sí ha sido perceptible: en la fotografía, en particular en el fotoperiodismo.

Muestra de ello es la exposición titulada "Fotógrafas de la vida cotidiana", en el Museo de la Ciudad de México, donde se exhiben fotografías de calle hechas por 84 fotógrafas de toda el país.

La exposición es organizada por Mexican Women Photographers, un proyecto que surgió después de la pandemia con el fin de difundir el trabajo de mujeres mexicanas en el género de street photography —uno donde dominaban los hombres— y crear comunidad entre las colegas.

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Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.
Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.

Su creadora es Sunny Quintero (Ciudad de México, 1985), fotoperiodista con 15 años de experiencia y ahora fotógrafa independiente. Ella abrió esta cuenta de Instagram ignorando que se convertiría en una exposición anual (esta es su tercera edición). La motivación para crear el proyecto viene de su propia experiencia como fotoperiodista: “En mi paso por los medios, me di cuenta que hacía mucha falta espacios para las mujeres, porque de alguna manera nos apartaban un poco de los eventos importantes o asignaciones relevantes, se las daban en su mayoría a hombres”. Y también viene también de su experiencia como público, al notar que había pocas exposiciones de mujeres fotógrafas.

Sin embargo, en los últimos años Quintero ha comenzado a notar una mayor presencia de mujeres fotoperiodistas y considera que se debe a las marchas feministas.

“Muchas veces son separatistas. Al principio mandaban a los compañeros, que salían agredidos, entonces en los medios de comunicación se tuvo que dar más espacio a las chavas. Gracias a las protestas, sí se ha abierto más el espacio porque ya comienzan a contratar a más fotógrafas y videógrafas para las coberturas de marzo. No está tan padre porque nunca se nos debió excluir, pero finalmente estamos ganando un poco de terreno”, dice.

El lugar de la mujer ha sido una lucha que ha atravesado varias generaciones. Lourdes Almeida, fotógrafa ganadora de premios Ariel, afirma que no hay la menor duda de que hay más espacios para mujeres. Al hablar sobre cómo era en el pasado, le cuesta trabajo porque dice que no había la consciencia de ahora, pero destaca que en la historia las mexicanas se hicieron presentes en el género de foto callejera. Lourdes Grobet, Yolanda Andrade y Graciela Iturbide son muestra de ello.

Lourdes Almeida, fotógrafa ganadora de premios Ariel. Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.
Lourdes Almeida, fotógrafa ganadora de premios Ariel. Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.


“Siguen predominando los hombres. Pero creo que las mujeres hacemos mucho ruido y parece que somos más, tenemos muchos espacios, pero equidad no. En todo el año, si vas a una exposición cuenta cuántos hombres y mujeres participan, es una majadería”, dice Almeida luego de recorrer "Fotógrafas de la vida cotidiana".

Almeida destaca la organización que hay en la generación joven de fotógrafas, ya sea desde la realización de exposiciones hasta talleres de defensa personal. Esa creación de comunidad ha sido importante para ella, pues aunque haya una diferencia generacional, la fotógrafa dice encontrar apoyo y ayuda en las nuevas generaciones.

Participantes de la exposición "Fotógrafas de la vida cotidiana" comparten en entrevista sus reflexiones sobre el lugar de la mujer en la fotografía, donde el aumento de presencia y las malas condiciones son un hilo en común en sus perspectivas sobre el panorama actual.

Berenice Fregoso, ganadora del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter 2024 y fotoperiodista de EL UNIVERSAL, considera que las “imágenes poderosas” que dejaron las marchas feministas desde 2018 y 2019 hicieron ver a las mujeres que había una oportunidad de documentarlas a través de la fotografía. En sus 15 años de trayectoria, Fregoso identifica que sí ha aumentado la presencia de mujeres, pero que aún no se logra equidad, pues se siguen contratando a más hombres. Aunque se siente apoyada por su medio, la fotógrafa considera que el gremio está precarizado:

“A muchas chavas no les dan seguro social y es un trabajo de riesgo o no les dan equipo y ellas tienen que aportar. Ahorita es más abierto porque por la profesión muchas chicas han decidido no ser madres; si así lo decidiera, sí está bien castigado el maternar haciendo fotoperiodismo. Es un medio en el que a veces no se ve a una como trabajadora lo suficientemente seria”.

Obra de la fotógrafa Berenice Fregoso, colaboradora de esta casa editorial.  Foto: Yaretzy Osnaya/ EL UNIVERSAL.
Obra de la fotógrafa Berenice Fregoso, colaboradora de esta casa editorial. Foto: Yaretzy Osnaya/ EL UNIVERSAL.

“El número de fotoperiodistas ha ido aumentando y lo puedes ver cuando vas a trabajar. Antes había eventos en los que era la única mujer y en provincia se notaba más. A las mujeres las relegaban a los temas de cultura y educación”, agrega Elizabeth Velázquez, fotoperiodista desde hace 17 años y quien señala que ya hay más mujeres cubriendo temas de seguridad y política.

Aurea Itandehui del Rosario Ramírez lleva cuatro años haciendo fotoperiodismo, su ingreso al mundo profesional coincidió con lo que llama “boom de fotoperiodistas”:

“Muchos medios no podían mandar a los hombres (a cubrir las marchas feministas) y aunque era muy novata tanto en medios como en foto, afortunadamente me jalaron para empezar a estar en espacios donde sólo había hombres. A partir de ahí hice una red de amigas fotógrafas”.

Las fotoperiodistas Elizabeth Velázquez y a Aurea Itandehui. Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.
Las fotoperiodistas Elizabeth Velázquez y a Aurea Itandehui. Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.

Elivet Aguilar, fotógrafa artística desde hace 22 años, coincide en que sí hay más espacios para mujeres fotógrafas, pero señala que a nivel educativo falta más orientación para ellas, pues identifica a muchas autodidactas sin asesoría, lo cual termina afectando para conseguir becas o exposiciones.

Aunque comparte la idea de que las marchas feministas “visibilizaron un problema en los medios de comunicación” por tener a pocas mujeres en su personal, para Silvana Flores Sánchez, colega generacional de Del Rosario, la reducción de espacios de fotoperiodistas va más allá del género, pues explica que con el uso de redes sociales y la tecnología, han sido relegados: “En general hay muy pocas plazas para los fotógrafos y está muy mal pagado, entonces hay poca oportunidad para dedicarse a la fotografía”.

Elivet Aguilar y Silvana Flores Sánchez. Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.
Elivet Aguilar y Silvana Flores Sánchez. Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.

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Lucha por mantener el espacio

Las participantes celebran contar con una plataforma de exposición como la que les ha dado Mexican Women Photographers. Consciente de ello, Quintero lucha por continuar el proyecto.

Para poder costear la muestra, la participación en la convocatoria tuvo una cuota de recuperación de 500 pesos. Lo recaudado se usa para la exposición:

“No contamos con ningún patrocinio para impresiones, marcos, viniles, pinturas, todo lo que se usa a la hora de armar una exposición, pues no es fácil que tenga una calidad de museo. También está el costo de la inauguración, incluso el catering sale de la recaudación. El único apoyo que tuvimos fue por parte del museo, que es el espacio y la gente para el montaje”.

Quintero explica que cada año va creciendo más la muestra, por lo que aumentan los costos y las complicaciones, además dice que le gustaría contar con patrocinios para que la cuota de participación sea más accesible.

Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.
Foto: Yaretzy Osnaya/EL UNIVERSAL.

“Estos espacios son necesarios, soltarlo no es una opción, si ya se está abriendo el espacio para que muchas chicas tengan una oportunidad, entonces se le tiene que dar continuidad”, afirma Quintero.

“Esta exposición es un ‘hitazo’, ya van tres ediciones y siempre está lleno. Acérquense a ver con nuevos ojos lo que están haciendo las mujeres fotógrafas, ya sea de calle u otros géneros, hay fotógrafas deportiva, fotógrafas de guerra, fotógrafas de problemas sociales como la migración, hay a muchas que vale la pena seguir”, concluye Fregoso.

Fotógrafas de la vida cotidiana estará abierta al público hasta junio, en José María Pino Suárez #30, Centro Histórico.

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