A propósito de Semana Santa, el Museo Nacional de San Carlos presenta una exposición en la que se analiza la iconografía de la Pasión de Cristo en la historia del arte. Se trata de “Ritos y símbolos de la Pascua Cristiana” y está compuestas por obras de la colección del recinto.
“Escogimos obra relacionada con este periodo que llamamos Pascua cristiana. El recorrido, está relacionado con los episodios, desde lo que podría ser la parte que coincide con la Pascua judía, que es La última cena, hasta que María Magdalena llega al sepulcro”, explica Jorge Reynoso Pohlenz, director del museo.
El especialista en curaduría y museografía explica que en los cuadros y la gráfica que alberga el museo se puede ver una variedad de estilos y representaciones iconográficas alrededor de este tema.

Por ejemplo, los acercamientos y claroscuros que manejó Caravaggio para innovar la forma en la que se representaban estas imágenes religiosas fue influyente no sólo en Europa, sino también en los estudiantes de esta antigua academia de arte. Esto se puede ver en el ejemplo más obvio, que es “El entierro de Cristo”, una copia de un Caravaggio hecho por un artista no identificado, pero también se ve en “Jesús en Emaús”, que el artista Ignacio Rosas hizo en 1909.
“Vemos una copia de Caravaggio y es que la intención de la colección en su origen fue tener un acervo que contribuyera a generar una sensibilidad tanto en los pintores mexicanos como en su clientela con respecto a los estilos que en ese momento se valoraban más.
Influyó mucho Caravaggio en pintores en España, en Francia, mantiene ese mismo elemento de acercamiento, close-up. La idea también de que los personajes no son idealizados, como por ejemplo en la pintura florentina, sino que iban al mercado y contrataban modelos que eran figuras populares, porque lo que estaban buscando como programa de la contrarreforma, para confrontar al calvinismo y al luteranismo”, detalla Reynoso Pohlenz.
En la muestra se pueden encontrar ejemplos del manierismo de los Países Bajos, como “La última cena”, de Pieter Jansz Pourbus, el estilo veneciano está presente en “Cristo lavando los pies a los Apóstoles”, de Francisco Camilo; el renacentismo es visible en la composición piramidal del cuadro “La Piedad”, o el estilo gótico tardío del cuadro “La crucifixión”, del artista Marcellius Coffermans.
“Este, por ejemplo, es más tardogótico, pintura más propia de las regiones flamencas, que también tuvo influencia en México. Eso hay que mencionarlo: hay una influencia de estos pintores, incluso antes de que pudieran conocerse obras aquí, en Mesoamérica y luego en Nueva España, porque se traían grabado. Pero este tipo de pintura relacionada a estos temas, por ejemplo, de la Pascua, genera una sensibilidad que incluso subsiste en las estampas, las estampitas en la idea que se tiene de arte católico en México”, agrega el director.
El recorrido concluye con fotografías de representaciones donde el estilo prehispánico llega a asomarse, como en el mural “Calvario”, ubicado en el convento de Acolman, que es una réplica hecha por tlacuilos, o un Ecce Homo con una planta de maíz.
La exposición no sólo apela a la vista del visitante, sino también al sentido del olfato a través de los aromas de nardo, mirra y sándalo que están en la sala, como una colaboración con el Museo del Perfume.
“Ritos y símbolos de la Pascua Cristiana” estará abierta hasta el 25 de abril.
