“Vivimos en un país podrido hasta sus raíces, un país lleno de feminicidios y de impunidad, y esa impunidad es la que permite que sigan pasando los feminicidios”, asegura Mariana Morfín, una joven de 23 años que acaba de publicar Ya no quiero ser valiente (Tusquets, 2024), un libro brutal, conmovedor y honesto que reúne los testimonios de los feminicidios de Fátima, Mariana, Renata, Mäìchä Pamela, Jalix y Ana, seis mujeres que fueron asesinadas en México en los últimos años.
Se trata de un retrato doloroso de lo que sucede día a día en nuestro país, contado desde una joven escritora que a los 14 años leyó una nota periodística que daba cuenta de un feminicidio, ahí descubrió el término y comenzó a escribir esta historia. “Tenía 14 años cuando alcancé a leer en el periódico un fragmento de un feminicidio y me descolocó mucho. Años después, cuando empezaron a haber más manifestaciones y más cobertura de las marchas feministas y denunciaban lo que estaba pasando en el país, me volví a encontrar la misma noticia, y me acordaba mucho porque me recordaba mucho el rostro de la niña y fue entonces cuando me cayó un poco el veinte y dije ‘¿cómo me puedo sentar aquí con mi enojo o puedo intentar hacer algo?’”, cuenta Mariana, quien decidió que quería darles voz a las mujeres asesinadas en un libro.
Fue así como inició su pesquisa. Pensó en que lo que ella en realidad quería era contar su feminicidio a partir de contar la vida que se cortó. Comenzó por contactar a Lorena, la mamá de Fátima y fue, de la mano de Lorena, que entró a esta pesadilla, “fue Lorena quien me presentó con el resto de las mamás. Fue todo muy orgánico porque yo acababa una historia y le escribía, y Lorena me decía, ‘pues mira, fíjate, que acabo de conocer a la mamá de tal chica’, y entonces me ponía en contacto con ella”, dice Mariana, quien reconoce que le pegó muy fuerte conocer estas historias y más aún conocer a sus mamás, conocer las luchas interminables de todas las familias.
Pero también fue muy duro, dice, reconocer la impunidad, “yo sabía que México no es perfecto, pero no sabía que llegaba a estos niveles la impunidad. Creo que tendríamos que salir todas del túnel juntas porque a la fecha siguen pasando feminicidios”, dice la narradora quien ante el reconocimiento de que los feminicidios ocurren en toda Latinoamérica, ella pensó buscar una forma de concientizar a la sociedad, a través de escribir sus historias, contando sus vidas y darles voz.