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Recientemente, nos han llegado muchos comentarios y felicitaciones por la nueva postura del Gobierno Federal. El organismo que debió proteger nuestro medioambiente y recursos naturales finalmente acepta los impactos y daños de esta obra. No es que la gente que estaba a cargo de estas Secretarías haya cambiado de opinión, por muchas pruebas que nosotros les hayamos presentado, probablemente continúen hoy en el mismo talante.

Lo que sucedió es que los actuales funcionarios a cargo de estas Secretarías sí atendieron al llamado: vieron la belleza extraordinaria con sus propios ojos, olieron la contaminación en el acuífero, calaron el precio ambiental de la obra y sintieron la devastación, presente y en ciernes.

Escucharon lo que siempre estuvo a disposición del triunfo del proyecto: las advertencias que hoy son consecuencias y marcan un camino claro para cualquiera con sana intención de proteger el medioambiente. Por eso coincidimos, y esta nueva postura halla en nosotros aliados.

 Lo que los colectivos, comunidades, académicos, buzos y ciudadanos que conforman SELVAME buscamos con todas nuestras fuerzas los últimos tres años era evitar este estropicio de una zona tan frágil, con una de nuestras últimas selvas y acuífero saludables, extraordinarias cavernas y vestigios importantísimos para la humanidad.

Sin embargo, la ignorancia venció. El sueño del progreso, con el que el proselitismo se aprovecha de la gente, obnubiló la mente de muchas personas y tuvimos que librar una épica batalla ante insultos, amenazas, ilegalidad, corrupción y mucho más. Por parte, no sólo de la gente de a pie, sino desde la más alta tribuna del país, donde se nos injurió, amenazó y se burló de nosotros mientras condenaban a millones de seres vivos de la selva Maya.

Pero no nos amilanamos. Y con los hechos de nuestro lado, aquí seguimos, aquí estamos después del desastre. Con voluntad, fuertes, valientes y con esperanza escuchamos que se ha reconocido el daño. Reconocemos en estas palabras un gran paso hacia el rescate y protección del medioambiente de la Península de Yucatán, pero en orden de proteger lo que nos queda, no hemos de olvidar lo sucedido. Aquí algunos de los crímenes cometidos:

-Se hizo una herida en una de las últimas selvas saludables que nos quedan en México.

-Se fragmentó la selva de manera lineal, lo cual es muy grave porque produce algo que se llama efecto de borde, donde cambia la temperatura y la humedad a lo largo de toda la vía, y esa afectación se puede sentir a decenas de metros.

-Se confinó a los animales a un fragmento de selva que ahora quedó entre una carretera, sin ningún paso de fauna, y el Tren Maya. Los animales deben desplazarse para buscar comida, pareja, etcétera, y han sido atropellados porque no tienen otra opción de movilidad.

-Calculamos que se tiraron 10 millones de árboles tan solo en el Tramo 5, pero la cuenta no contempla todas las minas a cielo abierto que se abrieron con explosivos, ni los talleres y áreas que también fueron deforestadas. Si pensamos en el total de la deforestación con los proyectos asociados como el aeropuerto y los hoteles, la cuenta fácilmente puede doblarse hasta 20 millones, considerando el área afectada.

- Tirar árboles en una selva saludable es alterar el complejo ecosistema que existe y aún nos sobrevive: lianas, plantas epífitas, insectos, reptiles, anfibios, aves, mamíferos, hongos y toda la rica biodiversidad de uno de los ecosistemas más diversos del mundo.

-Se aislaron más de 125 cuevas, más incontables dolinas y aguadas, cerrando así la llave del vital líquido a muchas especies que dependían de estos sistemas, condenándolas a movilizarse hasta la siguiente fuente de agua, a la que probablemente no llegarán ya que se exponen a deshidratación, depredación, competencia, atropellamiento, encuentros con personas, etcétera.

-Aislar las cuevas y quitarles su vegetación cambia sus condiciones internas, como temperatura y humedad, afectando a las especies que anidan dentro, como el pájaro toh y murciélagos, fundamentales para la salud de la selva.

-Cuando entendieron que era imposible pasar el tren a ras del suelo impusieron, nuevamente sin Manifestaciones de Impacto Ambiental, los pilotes. Si algunas cuevas se pudieron haber salvado del embate del monstruo, ahora todas las cuevas presentes en el Tramo 5 fueron afectadas, puesto que pusieron alrededor de 15,000 pilotes.

-Perforaron con taladros gigantes rompiendo formaciones milenarias que son fuente importante de información paleoclimática, es decir, del clima pasado.

-Al ser imposible haber registrado en tan poco tiempo cada uno de estos sistemas -en los que sabemos habitaron los primeros humanos del continente, animales extintos y comunidades Mayas- vulneraron y sepultaron vestigios arqueológicos y paleontológicos.

-Los agujeros que quedaron abiertos durante muchos meses permitieron que entrara a las cuevas todo tipo de basura, desde derrames de combustible, basura plástica e incluso grandes estructuras viales, contaminando su agua.

-Después, al introducir los pilotes, hubo muchos derrames de concreto en cuevas secas e inundadas. El concreto en contacto con el agua tiene una alta temperatura por lo cual fueron afectadas muchas especies de camarones ciegos y los derrames taparon cuevas enteras. Todo este concreto, junto con el polvo de las perforaciones, es transportado con la corriente a lo largo de los ríos subterráneos, recorriendo kilómetros y depositándose a lo largo del sistema.

-Posterior a los derrames de concreto, encontramos algunos derrames de combustible dentro de las cuevas afectando a especies terrestres.

-El agua está siendo contaminada por los materiales de los pilotes; corre hacia el manglar y el arrecife de coral afectando la belleza y salud del Caribe Mexicano.

-Pusieron cercas de metal en grandes extensiones del territorio, evitando activamente que los animales puedan cruzar el trazo.

-No se hizo ningún paso de fauna de verdad. Se utilizaron drenajes del Tren Maya y se les nombró “pasos de fauna”; se recortaron unos pedazos de la malla sin abrirla. No hay ningun paso para monos a lo largo del Tramo 5.

-Colocaron vidrio cerca de las estaciones en la parte alta. Ahora las aves están colisionando y muriendo.

-Todo eso tan solo en el Tramo 5, falta mencionar las afectaciones de inundaciones provocadas por el tren en el Tramo 6, por ejemplo, las minas gigantes a cielo abierto donde tiraron montañas completas, el ataque al estero Chack donde (de no ser por la población) se hubiera tapado una de las venas de la laguna de Bacalar. Y las graves afectaciones en la Reserva de la Biosfera de Calakmul, donde se construyó un hotel en la zona núcleo.

 -Tampoco estamos mencionando las afectaciones de los proyectos colaterales del tren como el aeropuerto de Tulum, el parque Jaguar la Puerta al Mar, que amenaza la reserva de Sian Ka'an, y muchos otros que también tuvieron afectaciones ecológicas graves.

-Todo eso se hizo también en completa ilegalidad, donde se violaron todas las leyes medioambientales aplicables, bajo el visto bueno de las dependencias que debieron haber preservado la integridad del ecosistema. Sin respetar las suspensiones aún vigentes hoy.

-Por supuesto que nunca se plantaron millones de árboles, pero la mera declaración demagoga era una confesión de que no entendían la Selva.

El tren en la selva Maya es un monstruo enorme que sepultó todo a su paso, y hoy extiende explotación y destrucción. HAY MUCHAS MÁS AFECTACIONES, ESTE ES TAN SOLO UN RESUMEN…culpables hay muchos, pero responsables somos todos.

Nuestras denuncias siempre fueron defendiendo nuestros hogares, la fauna, el agua y la naturaleza de la cual somos parte. Tenemos una misión fundamental frente a nosotros. La tarea no será fácil, los intereses se retuercen y estrangulan muchas buenas intenciones. Por ello, reconocemos el valor de quienes escucharon y cambiaron de postura para plantear soluciones. Gracias por contar con nuestros conocimientos y voluntad al servicio de un México sano.

Redoblamos nuestros esfuerzos, contamos con la ciencia y la ley, contamos con quienes extienden sus felicitaciones e invitamos a más gente a escuchar y sumarse a la protección de la Selva Maya, origen del Caribe Mexicano.

 

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