Lo que no está definido, no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, siempre se degrada
Lord William Thomson Kelvin
La más importante evaluación educativa a nivel internacional, la prueba PISA, está en riesgo de desaparecer en nuestro país. Diversas notas publicadas en este diario así lo ponen en evidencia.
El 27 de abril se reproduce una carta enviada por el director de Educación y Competencias y asesor especial sobre Política Educativa del secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Andreas Schleicher, a la comisionada presidenta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Silvia Valle Tépatl.
En su misiva, Schleicher señala que “La participación de México en la próxima ronda PISA 2025 está actualmente en riesgo, ya que tengo entendido que los preparativos necesarios para implementar el estudio se han suspendido”.
Los resultados de México en 2022 no son nada alentadores: en matemáticas, 16% por debajo del promedio de países de la OCDE y 31% por debajo del país más alto; en comprensión lectora, 13% por debajo del promedio y 24% por debajo del país más alto; y en ciencias, 15% por debajo del promedio y 27% por debajo del país más alto.
En México, únicamente 0.7% de los alumnos evaluados salieron en los rangos más altos, contra el 14% del promedio y el 45% del país más alto; mientras que 38% de los alumnos salieron peor evaluados, contra el 16% del promedio y el 4% del país más alto.
En un mundo cada vez más globalizado, estos son resultados verdaderamente trágicos, pues nuestros niños y jóvenes ya no están compitiendo por los mejores puestos de trabajo con sus compañeros en México, sino con otros jóvenes de todo el mundo, que nos llevan una enorme ventaja en términos de conocimientos y preparación académica.
En una nota del 28 de abril, el expresidente de la Junta de Gobierno del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y presidente de Métrica Educativa, Eduardo Backhoff Escudero, comenta que esta administración ha dejado de aplicar evaluaciones diagnósticas “por ignorancia, por no saber que la evaluación es un instrumento indispensable para mejorar el sistema educativo nacional. El dejar de hacer pruebas no son más que ocurrencias. Este es un gobierno que se basa en improvisaciones y ocurrencias”.
¿Pero, qué es la prueba PISA? PISA es el mayor y más importante esfuerzo internacional para la evaluación educativa. La relevancia de evaluaciones educativas estandarizadas y adecuadas, es que permiten establecer políticas públicas pertinentes en torno a la educación. Sin evaluaciones apropiadas, no hay manera de mejorar; es como ir navegando a la deriva, sin brújula que nos indique el camino.
Sin evaluaciones adecuadas, sin brújula, por más que nos esforcemos en llegar a la meta, lo más probable es que terminemos en un sitio totalmente diferente al esperado.
PISA es una encuesta trienal desarrollada por los mejores especialistas educativos de varios países. Se realiza a estudiantes de 15 años de 81 países de todo el mundo, y evalúa en qué medida han adquirido conocimientos y habilidades clave esenciales para la plena participación en la vida social y económica. Las evaluaciones PISA no sólo determinan si los estudiantes que se acercan al final de su educación obligatoria pueden reproducir lo que han aprendido; también examinan qué tan bien los estudiantes pueden extrapolar lo que han aprendido y aplicar sus conocimientos en entornos desconocidos, tanto dentro como fuera de la escuela.
Por ello es descorazonador que nuestros funcionarios públicos descalifiquen la validez de este importante instrumento y declaren, desde una profunda ignorancia, que PISA es una prueba hecha por europeos para europeos, por lo que no tiene valor para México.
De manera lamentable, el rechazo a la evaluación lo único que pone de manifiesto es una actitud de avestruz, de esconder la cabeza frente a los problemas.
El astrofísico, escritor y divulgador científico estadunidense, Neil deGrasse Tyson, dice que “Lo bueno de la ciencia es que es cierta, independientemente de si crees o no en ella”. Tristemente, de la misma forma, el mundo seguirá avanzando sin nosotros, independientemente de que realicemos la prueba PISA o no.
Nuestro gravísimo rezago educativo no mejorará al pretender ignorarlo. En un mundo cada vez más globalizado, instrumentos de evaluación como la prueba PISA no son un lujo, sino una necesidad imperiosa, si es que queremos mejorar nuestros niveles educativos.
Se lo debemos a nuestros hijos. Sin una educación de primer mundo, nuestros niños y jóvenes seguirán condenados a la marginación y la desesperanza, engrosando las filas del narcotráfico. La economía del Siglo XXI está sin duda basada en el conocimiento. Los países de todo el mundo hace mucho dejaron de construir prosperidad en torno a sus recursos naturales, sino que su desarrollo se basa en las capacidades y el talento de sus ciudadanos.
Toda una generación de nuestros niños y jóvenes corre hoy el riesgo de quedar excluida de un mundo más moderno, justo, próspero y democrático. Estamos apenas a tiempo de corregir el rumbo.