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Calakmul fue una de las ciudades más extensas del área maya no sólo porque abarcó más de 70 kilómetros cuadrados, también porque en ella vivieron más de 60 mil personas que, de manera continua, habitaron la urbe hasta el año 1550. Algunas evidencias de esa larga ocupación son los vestigios de vecindarios y de, al menos, una decena de mercados. Así lo revelan las nuevas exploraciones hechas por el Proyecto Bajo el Laberinto, un equipo transdisciplinario de investigadores que estudia la zona arqueológica enclavada en la Reserva de la Biósfera de Calakmul, Campeche.
“Nuestro trabajo se concentra en la periferia, podemos estar a unos 200 metros o hasta cinco kilómetros de distancia del área central de Calakmul. Estamos haciendo trabajos tanto en las aguadas como en los campos de cultivo y en algunas unidades domésticas no pertenecientes a la élite”, explica Armando Anaya Hernández, arqueólogo de la Universidad de Campeche.
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El área central de Calakmul lo conforman edificaciones monumentales en las que vivieron los gobernantes y donde se practicaban rituales ceremoniales —todas abiertas a la visita pública—, es el caso de la Gran Acrópolis, el conjunto Chi’k Naahb y la Estructura II. Parte de esa arquitectura demuestra el poder de la dinastía Kanu’l que gobernó el sitio y que, hasta el momento, se pensaba como responsable del auge de la ciudad. No obstante, los nuevos datos indican que antes de la llegada de ese linaje, Calakmul ya era una gran urbe.
“Pensamos que el crecimiento urbano de Calakmul se había dado durante el Clásico Tardío, cuando llegó la dinastía de los Kanu’l, creíamos que el apogeo había sucedido entre el siglo VI y el siglo VIII, pero hemos encontrado que gran parte del crecimiento se dio previo a la llegada de los Kanu’l, durante el Clásico Temprano, del 220 d.C. al 600 d.C. Descubrir esto fue sorprendente”, añade.
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Felix Kupprat, arqueólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica que lo que se puede visitar hoy en la zona arqueológica es una muy pequeña parte de lo que fue toda la ciudad. “Es como si fuera el Zócalo de la Ciudad de México y tres calles alrededor lo que hoy vemos expuesto en Calakmul”.
¿Existieron barrios?
“La ciudad era enorme y se extendía por muchos kilómetros en todas las direcciones, entonces hubo una organización interna bastante compleja. Pudieron haber existido barrios, pero arqueológicamente es muy difícil verlos todavía, ese es el problema que tenemos: poder decir dónde terminaba un barrio y dónde empezaba otro. También vemos grandes calzadas que conectan partes de la ciudad. “
Después del abandono de Calakmul, en el año 909 d.C., los investigadores creían que algunos grupos de personas llegaron, en una especie de peregrinaje, a la antigua ciudad a hacer algún ritual ceremonial y recordar así sus lugares sagrados. Sin embargo, Felix Kupprat excavó un conjunto habitacional en la periferia que data del Postclásico y que contiene enterramientos y fragmentos de cerámica, materiales que se encuentran en proceso de análisis para definir si fue una población migrante o si los mayas permanecieron en Calakmul.
“Cuando hablamos de Postclásico comprehendemos del 900 o 1000 d.C. hasta básicamente el establecimiento del sistema colonial, es decir, de 1521 a 1550, pero en algunas regiones como en la que trabajamos puede extenderse hasta el siglo XVII. La conquista en el área maya fue un proceso muy prolongado y muy difícil para los conquistadores. No sabemos muy bien de qué temporalidad específica estamos hablando en Calakmul, es una de las preguntas por resolver, si hubo gente que nunca se fue o si alrededor del 900 o 1000 d.C. Calakmul fue abandonado y luego regresó una población a habitar la zona”, comenta.
La arqueóloga de la Universidad de Calgary, Canadá, Kathryn Reese-Taylor, agrega que en los próximos años el Proyecto Bajo el Laberinto se enfocará en dos grandes ejes: conocer la diversidad poblacional y su cronología de ocupación.

Mercados
En los años 80, la Universidad Autónoma de Campeche realizó trabajos de prospección arqueológica en Calakmul, fue un proyecto bajo la dirección del antropólogo William Folan quien registró la existencia de calzadas, estelas, plazas, templos y varias aguadas (fosas para la colección de agua de lluvia que sirvieron para abastecer de agua a la población ya que en el sur de Campeche no hay agua superficial). Ahora, a esa información se añaden más estructuras detectadas por el Proyecto Bajo el Laberinto con LiDAR.
“La cancha de juego de pelota que está en la zona arqueológica es la única que hemos visto en muchos kilómetros. Alejándose bastante del centro hay otras, por ejemplo, en sitios como Yaxnohcah, pero nos sorprende que no haya más alrededor del centro urbano”, indica Kupprat.
Otros registros obtenidos con LiDAR son tanques de agua, terrazas de cultivo, represas en canales y cañadas que tuvieron agua de manera temporal, lugares subterráneos de almacenamiento (chultunes), templos pequeños con plazas que pudieron ser centros de barrio y un gran número de posibles mercados.
“Uno de los tipos de estructuras que hemos identificado son concentrados o conglomerados de diferentes patios que hemos llamado Grupo Laberinto o estilo Laberinto y que nos sugiere la presencia de barrios o vecindarios, yo usaría más el término vecindario. Asociados a estos conjuntos hemos identificado los posibles mercados cuya distribución arquitectónica difiere de lo que sería una plaza cívico-ceremonial, pero que a la vez es más grande que un grupo de patio. Estos posibles mercados tienen accesos rápidos y están rodeados de plataformas bajas”, detalla Armando Anaya Hernández.
El Proyecto Bajo el Laberinto ha identificado poco más de una decena de mercados, de los cuales excavaron un par y tomaron muestras de suelos para realizar análisis geoquímicos que ayudaran a identificar áreas de actividad, por ejemplo, si se procesaron carnes o hubo nixtamalización. Los expertos han hallado cerámica utilitaria, aquella para almacenar granos, pero también lítica, ya sea desperdicio de talla para la preparación de herramientas o preparación de núcleos para intercambio.
Otro ejemplo de mercado maya se ubica dentro del área central de Calakmul, en el complejo llamado Chi’k Naahb, y existe otro en la zona arqueológica de Tikal.
“Esto nos habla de la manera tan precisa en que aprovecharon los recursos sin depredarlos. Sabemos que el lugar estuvo ocupado por más de mil años y, si comparamos la actual población de todo el municipio de Calakmul, es irrisorio en comparación con la época antigua. Unas estimaciones tempranas indican que la población oscilaba entre las 40 mil y 60 mil personas, pero hoy sabemos que fueron más. Mantener estable un sistema económico y social en este tipo de entornos requirió de una ingeniería bastante sofisticada”, señala el arqueólogo.
¿Cómo administraron los mayas sus mercados y vecindarios?
Hay indicios de que los mercados estaban controlados no por la élite gobernante sino por una élite administrativa. En Yaxnohcah y ahora en Calakmul realizamos excavaciones identificando estructuras asociadas a uno de los mercados donde habitó una élite que era la que administraba el flujo de bienes y servicios al mercado y del mercado.
Si existen mercados, Calakmul debió ser una ciudad productora de alimentos y materias primas. En las terrazas de cultivo los mayas sembraban principalmente maíz y hoy los investigadores analizan polen para identificar qué otros cultivos existieron.
“Cabe la posibilidad de que el algodón hubiese sido un cultivo comercial importante, quizá parte de la base económica de Calakmul. Otro fue la yuca, y había mucho aprovechamiento de árboles frutales, de hecho, aunque abrían los campos para el cultivo de granos, guardaban parches de selva donde crecían árboles que ellos aprovechaban: huaya, zapote, chicozapote y caimito”, explica.
Ciudad de estelas
“A la fecha, Calakmul sigue siendo el sitio maya con más estelas, aunque algunas están muy deterioradas”, comenta Adriana Velázquez Morlet, directora del Centro INAH Campeche. Al caminar por los principales edificios de la zona arqueológica se miran esos grandes monumentos de piedra que también asombraron a dos estadounidenses: el botánico Cyrus Longworth Lundell y el arqueólogo Sylvanus Morley. El primero llegó al sitio de la mano de los chicleros de la región, y el segundo, avisado por Cyrus, realizó un acertado mapa de la zona arqueológica en la década de 1930. Después, en los 40 y 50 la antigua ciudad maya fue objeto de saqueo, lo que provocó que muchas estelas terminaran en Alemania y Estados Unidos.
¿El sitio ya estaba saqueado cuando iniciaron excavaciones?, se le pregunta a la arqueóloga. “Sí, entre que lo visitó Morley e iniciaron las excavaciones de Folan en los 80, pasó mucho tiempo, entonces la gente hizo de las suyas”, responde.
Las estelas representaban árboles y retrataban personajes, ya fueran gobernantes, hombres o mujeres, parados sobre un ser sobrenatural o cautivos. Estaban acompañadas de textos. Velázquez Morlet indica que, al igual que en las sociedades medievales de Europa, la mayoría de la gente no sabía leer jeroglíficos, entonces se usaba el tallado de alguna imagen para enviar mensajes políticos.
¿Hubo estelas sobre mujeres?
No todo el poder político recaía en los hombres, conforme ha avanzado la investigación, sabemos que las mujeres no sólo fueron esposas, también fueron gobernantes. En Calakmul hay ocho monumentos que muestran a mujeres paradas sobre cautivos, realizando rituales de esparcimiento de incienso o portando insignias de poder.
Se sabe que Calakmul mandaba princesas a casarse con gobernantes lejanos. Hay una mujer gobernante en Edzná que seguramente era de Calakmul. Fue enviada a casarse con un gobernante, pero fue tan importante que acabó gobernando y obtuvo el título de Kalo'mte', el nivel máximo en los sistemas políticos mayas que indica victorias militares.

El Proyecto Bajo el Laberinto ha identificado estelas fuera del área central. “No sabemos si son originalmente de otro lugar ya que algunas parecen improvisadas o si las usaron como material de construcción y lo reutilizaron porque a veces no están grabadas”, expresa Kupprat.
Otros hallazgos son unos grandes tableros esculpidos que fueron colocados en el muro de una aguada y que, al parecer, provienen del centro de la ciudad. Tienen representaciones de cautivos de guerra. “No se conocían tantos monumentos en Calakmul con esa temática y éstos sólo muestran a los cautivos, no hay gobernantes. Quizá fueron reutilizados como material constructivo en esta aguada ubicada más o menos cerca del centro”, añade.
¿Seguirán explorando Calakmul?
Somos un equipo transdisciplinario, hay desde arqueólogos hasta biólogos, edafólogos, geógrafos... Las preguntas de investigación las planteamos de tal suerte que lo que haga cada uno nos sirva a todos y no sólo para dar respuestas sino para que surjan nuevas preguntas. Tenemos muchos frentes abiertos y todos están coordinados para dar explicación a un gran embrollo: ¿cómo fue la organización urbana, el crecimiento urbano y la organización social en Calakmul?