Cuando el escenario queda a oscuras, suena el requinteo inconfundible de los corridos tumbados, ese que se produce con la docerola o guitarra de doce cuerdas. Para la versión de Bodas de sangre, de Federico García Lorca, que se presentó en mayo en el Foro Shakespeare de Ciudad de México, la directora Angélica Rogel decidió cambiar la ubicación en la Andalucía rural de principios del siglo XX por el noreste de México e incluir canciones a ritmo de corrido tumbado para remarcar la vigencia de la obra.
Los corridos tumbados son un subgénero que desde 2023 tuvo un ascenso vertiginoso, al punto de que hoy se escucha por todos lados en crossovers antes impensables. En lo que va de 2025, Luminate –la plataforma de medición de la industria que rastrea ventas, reproducciones, descargas y emisiones–, identificó la música latina en el quinto lugar de streaming durante el primer semestre de este año en Estados Unidos, con casi 60 mil millones de streamings, representando el segundo mayor crecimiento en audio on-demand a pesar de las prohibiciones de corridos en México y la represión contra los inmigrantes en Estados Unidos.
Lee también: En defensa de Andréi Platónov

Además, identificó al regional mexicano como el segundo subgénero de mayor tendencia en el mismo país. Es precisamente en este rubro donde se ubican los corridos tumbados.
Los corridos tumbados se diferencian de los corridos tradicionales en su lírica, instrumentación y moda, explica el productor y multiinstrumentista Chucho Tormenta, quien produjo a un artista ecuatoriano de corridos tumbados y se encargó de la producción del álbum El cantante, de Walter Esaú, para Universal. Mientras los corridos clásicos, como los que hacía Chalino Sánchez a finales de los ochenta y principios de los noventa en Los Ángeles, se centraban en la narcocultura y lo bélico exaltando las proezas de sus personajes, los corridos tumbados abordan temas más variados.
“El corrido tumbado es un derivado del corrido tradicional. Se expresa diferente en lo musical, instrumental, lírico y métrico. Empezaron a hablar sobre cosas de amor, sobre la naturaleza, sobre un estilo de vida disipado: le quitaron lo bélico y le abrieron otros panoramas. Empezaron a hablarlo en inglés y eso abrió otros horizontes. En cuestiones de moda, el corrido tumbado se ha llevado a otro nivel. O sea, tú veías a Chalino o a otros exponentes del género y vestían botines, pantalón Wrangler, camisa vaquera, corbatín, sombrero, y pues los corridos tumbados cambiaron los Wrangler a Louis Vuitton y a sneakers de alta gama. Esto es fundamental porque su cultura también es moda”, dice.
***
Lee también: Darle el avión al Dr. Atl, por Christopher Domínguez Michael

A Natanael Cano se le atribuye el término de corrido tumbado, pues así tituló su segundo álbum de estudio en 2019. También parte del éxito de este subgénero se le atribuye al productor del álbum, Jimmy Humilde, quien a través de su sello Rancho Humilde ha contribuido al éxito masivo de personalidades como Cano y Junior H. Y aunque se le buscó afanosamente para este reportaje, se manifestó, a través de una agencia de relaciones públicas, diciendo que no le interesaba hablar.
El corrido tumbado sigue evocando a figuras criminales. A principios de 2025, se implementó una ola de prohibiciones estatales en México (no hay una Ley Federal que los prohíba). En Jalisco, la Fiscalía de Justicia vinculó a proceso a Los Alegres del Barranco por apología del delito a partir de que presentaron imágenes del “Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, en uno de sus conciertos masivos (en junio obtuvieron la suspensión provisional del proceso por seis meses).
***
“Los Farmerz, boletos aquí”. La manta, con ese anuncio crudo y visible, estaba sobre los barrotes rojos de la entrada del Deportivo Francisco Goyta, en Xochimilco. Llegamos pero la expectativa pronto se desinfló.
“Se canceló”, nos informó una policía con tono de no admitir réplica. Sacamos el teléfono y revisamos las redes sociales de la banda; sí, el mensaje era claro: “cancelado”.
Volví con la policía. “¿Dónde se haría el concierto si de verdad ocurriera?”, le pregunté, buscando cualquier rastro de lógica en el caos. “Ahí, en el estacionamiento ponen las bocinas”, me contestó, señalando un espacio vacío.
El evento ya aparecía pospuesto en la página de Ticketon. Llamé para solicitar la devolución del costo de mis boletos. Inicialmente, la solicitud fue rechazada por teléfono. Una segunda llamada logró la promesa de la devolución en tres o cinco días. Esperé, pero ese reembolso nunca llegó. En ese mes de mayo, todos los conciertos de corridos tumbados se cancelaban uno tras otro, de sopetón.
***
Luis Alvarado, representante legal de la banda Los Alegres del Barranco, defendió a sus representados y declaró a este suplemento que el grupo ejerció su derecho a la libertad de expresión. “Contaron historias como los corridos lo han hecho desde los tiempos de la Revolución mexicana. Simple y sencillamente están dando un reportaje de los eventos sociales y culturales del país. La única diferencia es que en vez de utilizar una pluma o un micrófono, utilizan el acordeón. Están hablando de los hechos, están dando una ilustración. En ningún momento solicitan algún acto de los miembros de la audiencia, no piden que se junten, no piden que les den seguimiento. Ellos simple y sencillamente están diciendo ‘así se comporta esta gente, estos son ellos según los miramos nosotros’”.
Agregó tajante: “No se puede legislar la moralidad. Puedes controlar actos que dañen a otra persona o dañen propiedad, pero si el acto es supuestamente moral o inmoral tendría que tener un gran peso para demostrar que es dañino para la sociedad. Y no creo que la música en sí llegue a ese nivel”.
Chucho Tormenta comparte la idea de que es un atentado contra la libertad de expresión, porque la música, dice, “es un sentimiento que nosotros expresamos de esa manera”. Al gobierno, sostiene, le incomoda que los corridos expongan la realidad del narcotráfico. “Yo no lo digo con orgullo, sinceramente, porque a mí no me representa eso, pero sí creo que le están cerrando las puertas a algo que va más allá de lo que dice líricamente”. Y expone un punto del cual no se habla: esta censura cierra puertas a un movimiento cultural que ha impulsado la venta de instrumentos musicales y el aprendizaje de tocar la guitarra, el trombón y el contrabajo, este último, presente en géneros censurados en el pasado. “También están censurando instrumentos que han dado pie a revoluciones musicales. Lo pongo claramente: están censurando y callando la libertad de expresión no solo de un sentimiento, sino de la cultura en general a nivel mundial”.
Ramón Ruiz, fundador de la banda Legado 7 y del sello discográfico Lumbre Music, considerados revolucionarios del corrido, comparte esa visión: “Vimos un gran cambio en Estados Unidos. Antes nos daba vergüenza decir que éramos músicos de este género. Ahora, los niños llevan su guitarra a la escuela y todos quieren cantar corridos. Es importante que a través de nuestra música podamos enseñar nuestra cultura mexicana y nuestras raíces a la gente, especialmente a los que no la conocen”.
***
Danny Félix es un afamado productor de corridos y, también, cantautor del género, aunque no planeó su incursión en esta música. Su nombre resonó en 2019, cuando apareció en “Soy el diablo” junto a Natanael Cano y Bad Bunny. Con esta canción, de su autoría y producción, el superastro puertorriqueño hizo su inmersión en el regional mexicano.
“Lo de los corridos tumbados no fue planeado”, dice en entrevista. Él conoció a Natanael Cano cuando el célebre artista llegó a los 14 años a Phoenix, Arizona, y le pidió que le produjera su música. Danny le ayudó con tres temas y “aunque nos seguimos en Insta y todo, ya no supe de él hasta que empezó a pegar con ‘El de la codeina’, como en el 20, y empezamos a hablar otra vez”. Entonces Cano necesitaba un guitarrista, un requintero, para unos videos en vivo que haría en Los Ángeles y lo invitó. “Ahí empezó todo, ahí se grabó la de ‘Soy el diablo’, y un mes después se hizo la colaboración con Bad Bunny. Pero que yo dijera ‘quiero hacer corridos tumbados’, la verdad que no. En ese entonces no tenía ni nombre lo de corridos tumbados, era totalmente nuevo”.
Pero Danny ya se ganó el mote de “arquitecto de los corridos tumbados” por sus aportaciones al género, principalmente en el uso del requinto. Ha producido repetidamente a Natanael, así como a Luis R Conríquez, Luis Coronel, Fuerza Regida, entre otros.
“Yo pienso que los tiempos han cambiado mucho. El talento no nomás tiene que ver con lo musical, es decir, cómo cantan, tocan o escriben. Lo que ahorita pega es lo original y el que tiene la voz diferente. Los artistas son como actores, o sea ya tienen su personalidad y siento que eso es lo que ahorita está haciendo a los artistas”.
¿Tienen que construir su imagen para destacar?, se le pregunta. “Yo digo que sí, cien por ciento. Ahorita los grupos son imagen. Siento que la imagen impacta mucho en el artista, o sea, lo vemos con Peso Pluma, cuando traía el cortecito ese que impactó a tanta gente y puso una moda con eso”, responde.
Alexander Guerra y Ramón Ruiz fundaron juntos Legado 7, banda que renovó los temas de los corridos con sus “corridos verdes” alusivos a la cultura cannábica, y juntos también abrieron el sello Lumbre Music, donde bajo “el oído perrón” de Ramón, impulsaron a bandas como Fuerza Regida, Herencia de Patrones y al trío Yahritza y Su Esencia. “Cuando encontré a Yahritza (Martínez), puedo decir que nunca había escuchado una voz así, ¿por qué no está esta niña en los oídos de todo mundo? Igual con Fuerza Regida, que tiene una voz muy especial el muchacho. Nos gusta trabajar con artistas que traen algo auténtico. En realidad, no buscamos copiar fórmulas, es más que nada descubrir algo nuevo”.
***
Si en algo coinciden los productores, es que no existen fórmulas para construir el éxito. “No hay una fórmula para las letras –dice Danny Félix–. Los corridos tumbados empezaron hablando de drogas y ropa de marca, luego se movieron a temas más de narcotráfico (como Luis R) y ahora hay una tendencia a letras más sexosas, como Tito WP y Fuerza Regida. Lo que impacta es el tipo de lenguaje y las tonadas, y la producción es lo que rifa”.
Para Chucho Tormenta, “más allá de lo que yo pueda hacer solo, busco que el proyecto sea un verdadero trabajo en equipo y una expresión artística auténtica. Para mí, lo importante es la música y lo que transmite, no solo vender”.
Alex, de Legado 7, sostiene: “Todo empieza con la música, pero la imagen tiene que reflejar el sonido que están vendiendo. Si cantan del barrio, que se vistan del barrio. La gente quiere ver una personalidad, que sientan que eres su amigo. No hay que tratar de aparentar algo que no eres, porque la gente siente y conecta con lo real”.
***
“Ser independiente es algo muy chingón, pero lo más importante es tener un buen equipo detrás de nosotros. Ya no somos solo yo y Alex, somos una empresa con gente que nos ayuda en los videos, estudios, lo legal, etcétera. A los artistas que producimos, les ayudamos a formar sus equipos”, cuenta Ramón Ruiz, de Legado 7.
La popularidad masiva de artistas de corridos tumbados, como Natanael Cano o Peso Pluma, no es un fenómeno puramente orgánico. Detrás de su éxito global existe un engranaje que combina talento artístico, producción profesional y estrategias de marketing digital.
El proceso de creación comienza con el artista y los sellos actúan como amplificadores del talento. Dice Ramón: “La mayoría del tiempo es apoyar lo que ellos ya traen, solamente reforzarlo un poquito... Darle un buen sonido, una buena imagen, pero la verdad es que casi siempre viene de ellos”.
En esta época, el éxito global se debe en gran parte al uso estratégico de la tecnología, donde plataformas de redes sociales como TikTok, YouTube y Spotify son la pantalla principal de comunicación entre los artistas y su público. Los equipos de marketing se enfocan en la viralidad, utilizando algoritmos para conectar el contenido con el público juvenil.
El productor Danny Felix sostiene que “TikTok es actualmente la plataforma número uno; sin operar en ella, un artista difícilmente logrará sobresalir y alcanzar el éxito”.
“Ahorita hay tanta competencia, tanta música nueva cada día... Tienes que estar activo todo el tiempo. Las redes sociales son súper importantes... El trabajo siempre da resultados, pues. Así que es no parar de darle, no parar de buscar canciones, no parar de escribir y darle”, explica Ramón, de Legado 7, banda que prepara un nuevo álbum para abril próximo.
Para la creación de sus videos, los artistas deben recurrir a especialistas que se encargan de llevar la producción a las locaciones elegidas. “El director del video es el que se encarga de esas cosas –explica Danny–. Uno como artista siempre tiene una visión de qué es lo que quiere, o sea, qué, a dónde, qué tipo de video quiere, qué tanto quiere que le metan y así, pero al final el director es el bueno, el que se va aventar el tiro para que el video sea llamativo para la gente”.
Lo importante, coinciden también, es no limitarse en el sonido. Legado 7 pone como ejemplo su instrumentación: Es igual a la de Ramón Ayala pero no suena como él. Danny Felix sostiene que no lo limitan ni el tipo de letra ni la tonada ni la instrumentación. “Yo me di a conocer con la guitarra, y ahorita, pues mi lado artístico es con acordeón, y acordeón sierreño tumbado. Jamás hubiera pensado que ese iba a ser mi estilo, y los mismos fans me lo están pidiendo”.
Chucho Tormenta quería limpiar el corrido porque lo escuchaba igual desde los setentas y ochentas. “La misma progresión de acordes, la misma métrica para letras, la misma temática sobre esto de lo bélico, el narco y esas ondas. Uno de mis propósitos por los cuales estoy haciendo corridos es porque quería llevar el corrido a otro nivel, tanto musical como líricamente. Y no a otro nivel para nadie más que para mí”.
Noticias según tus intereses
[Publicidad]
[Publicidad]














