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“Penderecki es, para mí, uno de los grandes compositores del siglo XX, definitivamente el más grande de Polonia y justo por ello este proyecto era un gran reto”, afirma el director de orquesta Felipe Tristán, a quien le hace sentir contento y sorprendido ser el primer mexicano que gana el premio polaco Muzyczne Orly 2024 (Águilas de la Música, en español), el pasado 2 de septiembre, en la categoría de “Mejor Grabación Discográfica” por el álbum Flute Concertos, con obras de Carl Reinecke y Krzysztof Penderecki, “que es un héroe nacional en Polonia”.
Debido a sus dificultades técnicas e interpretativas, Tristán dudó de abordar este repertorio: “Afortunadamente es gratificante, obtuvimos un buen resultado. La crítica está contenta con el trabajo que hicimos. Estoy sorprendido y feliz por el reconocimiento en Polonia”.
El álbum, grabado por el sello alemán Hänssler Classic, tiene a Tristán en la dirección de la Filarmónica Janáček. “Por un lado, la obra de Penderecki es densa, de una profundidad emocional y narrativa densa. Por otro, el Concierto para flauta y orquesta de Reinecke es muchísimo más accesible y digerible. Hay una melodía, un desarrollo, la estructura es mucho más tradicional en cuanto al canon clásico. Y el contraste total con Penderecki era escoger estas dos piezas para que tuviera sentido empatarlas en un mismo disco”.
Una obra pesada y otra más ligera, en otras palabras.
A pesar de que la complejidad de Penderecki podría desanimar a muchos artistas —inclusive, el uso de instrumentos poco comunes para percusionistas experimentados, como el rototom—, en el caso de Tristán sucedió lo contrario: el reto lo motivó, fue un estímulo.
Un proyecto de grabación así, obviamente, dice, toma años. “Uno tiene que estar al 200% porque se está preparando un concierto. Cada minuto de grabación, sobre todo con orquesta sinfónica, cuesta muchísimo. Hay que ser muy eficientes en la planeación de una grabación”, cuenta y no descarta que a diferencia de un repertorio muy accesible, “que casi desde el inicio empieza a sonar bien”, a él le inquietó la forma en la que escribe Penderecki, su diseño ecléctico y distorsionado al mismo tiempo.
La de Penderecki es una música poética y subraya que: “su narrativa es muy elocuente, pero oscura a nivel emocional, su estilo es tétrico. Vivió muchas crisis en la Polonia afectada por la Segunda Guerra Mundial, su infancia fue tormentosa y eso se refleja en su obra. Hay una estructura formal, pero no es para todos, no es para quienes buscan una satisfacción estética”.