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Ante las alusiones que “algunos funcionarios públicos” han hecho, otra vez, su labor en la elaboración de los libros de texto, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), precisa que “ninguna editorial privada participa en la elaboración de los libros de texto gratuitos para los grados de primaria. Tampoco participa ninguna de nuestras empresas en los procesos de impresión y distribución de estos libros”, contrario a lo que algunos funcionarios han expresado.
El pasado martes, durante la primera conferencia vespertina donde se presentaron los nuevos libros de texto, el director general de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, volvió a apuntar que el libro era un negocio que se había diseñado para beneficiar a algunas editoriales, en el caso de secundaria, y en el caso de primaria, para beneficiar a las imprentas que lo desarrollaban, para eso servía el libro de texto.
"Hoy, le damos ese giro de tuerca al libro de texto, lo regresamos a los años dorados donde ya no es un negocio, ya no, ya no está en las manos de cuatro editoriales, ya no es la presa de la Caniem, sino ahora es el tesoro de la Secretaría de Educación Pública", afirmó en la conferencia, Marx Arriaga.
Ayer, a través de un comunicado, la Caniem puntualiza que, desde hace más de 25 años, trabajan con el Estado mexicano quien contrata a editoriales agremiadas a la Cámara para crear contenidos de calidad para la elaboración de libros de texto gratuitos para los grados de secundaria, y afirma que, hasta el año pasado, participaban 32 editoriales que editaban libros “conforme a programas académicos desarrollados por la Secretaría de Educación Pública, conforme lo exige la Ley”.
Señalan que este esquema garantizaba la bibliodiversidad y la libre selección de los libros por parte de más de 314 mil maestros en el país, con base en las particularidades de cada materia y de los entornos de alumnos y profesores. “Los libros de texto creados por las editoriales afiliadas a la CANIEM se distribuían en más de 30 mil escuelas secundarias y beneficiaban a más de 5.5 millones de alumnos en las escuelas secundarias públicas de todo el país, con ediciones reconocidas a nivel nacional e internacional por su rigor pedagógico y científico, así como por su actualización constante y alta calidad gráfica”.
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También reiteran que la experiencia y conocimiento del oficio de las 32 editoriales contratadas por el Gobierno, aunados a las economías de escala, permitían ofrecer al Estado mexicano libros de texto a precios significativamente más bajos de su valor en el mercado: “hasta 10 veces menores al precio de venta al público”.
La Caniem también apunta que agrupan a más de 220 empresas –todas mexicanas, independientemente de donde está su casa matriz– dedicadas al desarrollo de contenidos, la edición, producción, distribución de libros y revistas, y que sólo en el programa de libros de texto de secundaria, las editoriales responsables generan empleo para más de seis mil especialistas, que incluyen a autores, editores, investigadores, ilustradores, iconógrafos, fotógrafos, correctores y diseñadores.
El comunicado, dicen, lo emiten, a raíz del debate suscitado por la publicación de los nuevos libros de texto gratuitos y las alusiones que han surgido sobre el papel de la Caniem. Y allí, también aprovechan para señalar que hoy, como hace 60 años, están en la mejor disposición de seguir trabajando con las autoridades educativas para impulsar la educación y el aprendizaje en México.
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