Para el arquitecto mexicano Alejandro Arredondo, ver de forma directa los daños ocasionados por el incendio que destruyó en 2019 la Catedral de Notre Dame, en Francia, fue una experiencia que lo marcó.
Y es que el oriundo de Coacalco, Estado de México, fue de las primeras personas que tuvo acceso al edificio histórico de estilo gótico una vez que la situación lo permitió, ya que formó parte del equipo que hizo posible su reconstrucción.
Su trabajo, que consistió en modelar la maqueta tridimensional de todo el conjunto, permitió que los demás especialistas fueran precisos en la reconstrucción de techos, muros y otras partes del edificio. Los resultados hablan por sí mismos: después de cinco años de intensos trabajos, el 7 de diciembre pasado Notre Dame abrió de nuevo.
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Alejandro Arredondo es arquitecto por el Tecnológico de Monterrey y tomó la decisión de irse a Francia para buscar mejores oportunidades laborales. Llegó al país europeo dos años antes del incendio de Notre Dame, tiempo en el que pasó por un par de agencias antes de llegar a Art Graphique et Patrimoine, una agencia de ingeniería especializada en monumentos históricos y patrimoniales que ha participado en intervenciones a recintos como el Arco del Triunfo o el Museo de Louvre, entre otros.
Arredondo coordinó al equipo que uso escáneres y drones de alta precisión para reunir toda la información posible de las áreas afectadas por el incendio, incluyendo partes inaccesibles por la altura y los daños; y es el único latinoamericano que participó en los trabajos de reconstrucción de Notre Dame.
En entrevista vía remota desde Francia, Arredondo da detalles sobre su formación como arquitecto, su participación en la reconstrucción de Notre Dame y de la importancia de trabajar para conservar los edificios históricos, no sólo en Francia, sino en todo el mundo.
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“Esta aventura comienza en 2017, cuando decido, junto a mi esposa, mudarnos a Francia. Nos instalamos en París porque vimos que había más oportunidades de trabajo. De 2017 a 2019 estuve en algunas agencias y participé en distintos proyectos”, narra el arquitecto.
Sin embargo, cuenta Arredondo, pronto vinieron las dificultades, ya que la profesión de arquitecto en Francia está reglamentada, por lo que no cualquiera puede tener título de la carrera de Arquitectura.
“Me pedían dos años más de estudios, yo no tenía los recursos para eso, tenía que generar dinero, pagar la renta, seguir mi vida, por lo que no podía construir ni firmar planos. En ese momento reflexioné sobre mi futuro y mi carrera. Después de pensarlo profundamente, decidí que, si no podía construir, me iría sobre lo que ya estaba hecho”, cuenta.
Al decidir qué tipo de construcciones serían con las que podría trabajar, Arredondo observó potencial en los monumentos históricos, los cuales tienen gran importancia para la sociedad francesa.
El arquitecto explica que llegó a Art Graphique et Patrimoine cuatro meses antes del incendio, y que no imaginó que su futuro estaría marcado por liderar parte de la reconstrucción. “Recuerdo bien esa tarde. Mi jefe llegó y nos comentó que Notre Dame estaba en llamas. Nadie creía que algo así podría pasar. Al día siguiente nos dijeron que íbamos a participar en la reconstrucción debido a que la empresa ya contaba con datos sobre el edificio, datos que le sirvieron al gobierno para reconstruir, fue ahí también que me dijeron que se necesitaban planos y maquetas 3D”. Y agrega: “Fue un impacto, un momento impresionante, no lo creía, pero a la vez me di cuenta de que estaba en el lugar correcto y en el tiempo indicado”.
Modelos digitales y el gran reto
Arredondo detalla que su especialidad es el Modelado de Información de Construcción o BIM, por sus siglas en inglés, un trabajo que permite la unificación de un mismo tipo de maquetas y planos para que todos los equipos de intervención “hablen un mismo idioma, tengan la misma información y se trabaje de manera coordinada”, apunta.
“Para que todos los equipos hablasen el mismo lenguaje arquitectónico, nos dimos a la tarea de crear los planos y maquetas con escáneres y drones. Ese trabajo permitió que los planos correspondan con la realidad, sobre todo en Notre Dame, que por sus características propias es un edificio complejo”, detalla.
Ante la magnitud de los daños, recuerda el arquitecto, no se desmotivó, sino que la urgencia del momento fue encontrar las mejores soluciones para restaurar Notre Dame. “Hasta la fecha no se sabe qué pasó o por qué se dio el incendio, pero en el momento pensamos que no se trataba de buscar culpables, sino de reconstruir un edificio que une a las personas, que es parte de la historia de la humanidad, los equipos trabajamos con eso en mente”, narra.
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Agrega que siguió el proceso de reconstrucción de cerca. “Lo fuerte de la actividad de mi equipo se dio en 2020 y 2021, después seguimos trabajando por cuestiones complementarias. Lo agradezco porque estos cinco años pude ver cómo avanzaba la reconstrucción paso a paso, a la par que comencé a avanzar en la empresa”, cuenta.
Para Arredondo, el mayor reto fue crear un enlace entre las innovaciones digitales y los procesos tradicionales de construcción, algo que se refleja en Notre Dame y su arquitectura de estilo gótico. “En Notre Dame hay muchos elementos que no son totalmente horizontales o verticales, las bóvedas son elementos que van cambiando, para tomar medidas precisas tuvimos que adaptarnos a la forma y hacer mucha investigación, entender cómo está hecha una catedral gótica. Los softwares actuales se enfocan en la obra nueva, donde todo es derecho y los elementos son ortogonales, ese fue el reto, unir esos dos mundos”.
El objetivo de la restauración, apunta el arquitecto, es que el edificio se mantenga en pie durante otros 850 años, tiempo que el edificio histórico tiene de existencia. “Miramos al futuro con esa perspectiva del pasado. Después del incendio hubo un reboot del patrimonio histórico, se volteó a ver a estos edificios tan antiguos, museos, ruinas, los monumentos históricos están en la discusión del futuro”, señala.
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Sobre la situación laboral de los especialistas dedicados a restaurar patrimonio en México, el arquitecto apunta que hay una gran cantidad de investigadores y profesionistas dedicados a poner en valor los monumentos históricos. “En México contamos con una rica historia marcada por lo prehispánico y colonial, hay mucha gente que está trabajando para conservar el patrimonio, faltarán manos para todo lo que está pendiente”.
Arredondo concluye con un mensaje para los jóvenes interesados en trabajar en la restauración de patrimonio: “Le digo a los jóvenes arquitectos que se interesen en la conservación del patrimonio, que aporten nuevas ideas, se trata de innovar, les digo que se conozcan bien para que logren aportar, se requiere mucha preparación, no es de la noche a la mañana. Y también mantengan a su familia cerca”.
El arquitecto seguirá trabajando en la conservación de monumentos históricos, así como dando clases en la Universidad de La Sorbona.