
El climaterio es una etapa fisiológica en la vida de las mujeres que marca la transición entre la etapa reproductiva y la no reproductiva, comenta el Dr. Mauricio Vasconcelos Allende, ginecobstetra y ginecólogo endocrino del Centro Médico ABC.
Aunque tanto el climaterio como la menopausia suelen estar rodeados de tabúes y desinformación, se trata de un proceso completamente natural que, bien comprendido, no tiene por qué afectar negativamente la calidad de vida de la mujer.
Lo realmente importante es identificar de manera correcta los cambios hormonales que se están desarrollando en estas etapas, los síntomas que pueden aparecer y cómo la atención médica especializada puede mejorar el bienestar físico, emocional y social de las mujeres.
Una etapa de transición más allá de la regla
El climaterio y la menopausia son etapas por las que pasan la mayoría de las mujeres. No todas presentan sintomatología importante, pero sí un alto porcentaje; las que padecen síntomas, en su mayoría, llegan a recorrerla sin suficiente información o con temores infundados en relación a su manejo y sin el acompañamiento adecuado.
Es crucial comprender que el climaterio y la menopausia no son una condición, sino un proceso que puede durar varios años y cuyos efectos no son únicamente ginecológicos, sino también metabólicos, neuropsicológicos y sexuales. Ante lo cual, atender oportunamente los síntomas y seguir un plan personalizado con respaldo médico puede marcar una gran diferencia en esta etapa de la vida.
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El climaterio, en México, suele empezar desde los 45 años y acaba en el momento de la menopausia, que también en este país se establece que sucede entre los 47 y 52 años; aunque es posible que suceda antes o después.
Este periodo se caracteriza por una progresiva disminución en la producción de las principales hormonas sexuales femeninas: estrógenos, progesterona y testosterona. Y aunque se suele asociar de manera directa con el final de los ciclos menstruales, el climaterio inicia mucho antes, en una fase que también se conoce como perimenopausia, que es una etapa de transición que puede durar alrededor de cinco años y que está marcada por irregularidades menstruales, cambios emocionales, alteraciones del sueño y síntomas vasomotores como los famosos bochornos.
En un sentido estricto, la menopausia está definida como la ausencia de menstruación por al menos 12 meses consecutivos, sin que haya otra causa médica que lo origine y es un evento puntual en el proceso de la pérdida de la capacidad reproductiva.

Lo que muchas mujeres desconocen, indica el Dr. Vasconcelos, es que la caída hormonal no ocurre de manera repentina, sino que se va desarrollando de una forma progresiva y los síntomas pueden comenzar incluso una década antes de lo que se considera la menopausia. Durante este periodo de tiempo se producen fluctuaciones hormonales que pueden ser impredecibles y que afectan de forma diversa a todas las esferas de la salud: biológica, psicológica y social.
Con frecuencia, muchas mujeres llegan a consulta médica sin saber que ya están en la etapa del climaterio o cerca de la menopausia; algunas van porque dejaron de menstruar seis meses y luego volvieron a hacerlo, otras porque sus reglas son irregulares, porque no duermen bien o por la presencia de bochornos. La realidad es que las mujeres no deben esperar a que los síntomas se agraven o a que la menstruación desaparezca por completo para buscar atención médica; al contrario, cuanto antes comience la evaluación particularmente después de los 40, más posibilidades tendrán de prevenir complicaciones y mejorar su calidad de vida.
Síntomas invisibles que afectan la calidad de vida
El climaterio no se manifiesta de la misma manera en todas las mujeres; algunas pueden no percibir síntomas, otras pueden presentar molestias que afectan en gran medida su calidad de vida, algunas pueden comenzar antes de los 45 años, otras pueden comenzar después de los 50. Por estos motivos, es importante llevar un seguimiento médico anual.
Lo más importante es no minimizar los síntomas ni normalizarlos, adjudicándolos a cosas que simplemente pasan por la edad. Situaciones como el insomnio crónico, la irritabilidad, la disminución en el deseo sexual, la resequedad vaginal o hasta alteraciones en la pérdida de memoria o la capacidad de concentración pueden estar presentes y esto no se trata de que las mujeres “aguanten”, sino de que comprendan que hay soluciones.
Otro objetivo de la revisión ginecológica anual se relaciona a los múltiples síntomas “invisibles”, como la pérdida progresiva de masa ósea, los cambios en la distribución de la grasa corporal o alteraciones en el metabolismo de la glucosa o el incremento en los riesgos cardiovasculares. Estos síntomas no suelen manifestarse de inmediato, pero pueden tener consecuencias de gravedad a largo plazo si no se abordan a tiempo.
Si bien muchas mujeres acuden a consultas ginecológicas únicamente cuando tienen síntomas, alteraciones menstruales o durante el embarazo, en el climaterio se recomienda un seguimiento más estrecho para monitorear el estado hormonal, la salud cardiovascular, la densidad ósea y la salud cérvico uterina y mamaria. Una intervención oportuna puede prevenir complicaciones en el futuro.
El médico ginecólogo realizará una valoración clínica integral en donde se incluye una exploración física y estudios de rutina, incluyendo los de mama, Papanicolaou, estudios de laboratorio para conocer el estado metabólico del hígado, lípidos, así como el estado hormonal de la paciente, lo que también permite descartar otros padecimientos.
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Al hablar específicamente del climaterio y la menopausia, se requiere de una valoración hormonal completa mediante un estudio conocido como perfil ginecológico hormonal. Este estudio mide los niveles de diversas hormonas en el organismo, entre las que están:
● Hormona folículo estimulante (FSH): encargada de estimular el crecimiento de los folículos en los ovarios.
● Hormona luteinizante (LH): permite estimular la ovulación y producción de progesterona.
● Prolactina: balancea los niveles hormonales y estimula la producción de leche materna.
● Estradiol: esta es la principal hormona estrogénica en la mujer y es de gran importancia tanto para el desarrollo sexual como reproductivo; participa de forma importante en la vitalidad de la piel, el cabello, en el metabolismo de los lípidos y en la distribución de la grasa corporal, entre otras acciones.
● Testosterona: aunque anteriormente se consideraba la “hormona masculina”, la realidad es que en la mujer ayuda a mejorar la energía, el carácter, la salud ósea, la salud mental, el metabolismo de lípidos y el control de peso, también participa de forma definitiva en el deseo y respuesta sexual.
En la actualidad, se sabe que la testosterona es fundamental para las mujeres, pero a partir de los 35 años sus niveles comienzan a disminuir, lo cual puede afectar el estado de ánimo, la energía vital y la libido.
El Dr. Vasconcelos comenta que evaluar los niveles de andrógenos, junto con las hormonas femeninas clásicas, permitirá ofrecer un tratamiento más completo y personalizado.
Mitos y realidades de la terapia hormonal
Uno de los temas que genera más controversia al día de hoy es la terapia de reemplazo hormonal. Erróneamente ha existido, durante años, la creencia de que esta terapia aumenta el riesgo de cáncer de mama; sin embargo, la evidencia actual ha demostrado que, si la terapia hormonal se indica de manera correcta y se aplica con seguimiento médico, no presenta mayor riesgo para la salud de la mujer y sí ofrece beneficios significativos.
La terapia de reemplazo hormonal no es una receta única, esto debido a que cada mujer tiene una historia clínica concreta, antecedentes familiares particulares, niveles hormonales variables y síntomas específicos.
Así que el objetivo de esta terapia es buscar un equilibrio que permita reponer las hormonas faltantes en la cantidad justa o equilibrar las hormonas excesivas.

Entre los beneficios que brinda este tipo de terapia está el alivio a los síntomas vasomotores como los bochornos o sudoración nocturna, mejora en el estado de ánimo y en la calidad de sueño, prevención de la pérdida de masa ósea, mejoría en la lubricación vaginal, mejora el deseo y respuesta sexual. Adicionalmente, puede ayudar a mejorar el tono muscular, estabilizar el metabolismo y mejorar la función cognitiva.
Pero para llegar a estos beneficios, es crucial la supervisión por parte de un especialista con formación en ginecología o endocrinología ginecológica, así como que la paciente siga las indicaciones pertinentes.

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Para concluir, el Dr. Vasconcelos señala que tanto el climaterio como la menopausia son etapas inevitables, pero no por ello deben vivirse con resignación o sufrimiento. Una adecuada información, el acompañamiento médico oportuno y una visión integral del bienestar femenino permitirán a las mujeres cruzar esta etapa de la vida con autonomía, salud y confianza.
En el Centro de la Mujer del Centro Médico ABC, contamos con ginecólogos altamente capacitados y el equipo necesario para brindar atención a las mujeres antes, durante y después de la menopausia.
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