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Santo Tomé y Príncipe Santo es un país insular africano situado en el golfo de Guinea. Es el segundo país más pequeño de África, pero uno de los más grandes en bondades naturales, caracterizadas por su biodiversidad endémica. Es el primer país cuyo territorio completo ha sido declarado reserva de la biosfera.
El 3 de noviembre se celebra el Día Internacional de las Reservas de la Biosfera. La UNESCO los define como “lugares de aprendizaje para el desarrollo sostenible, sitios donde se intentan aplicar enfoques interdisciplinarios que permitan entender y gestionar los cambios e interacciones que se producen entre los sistemas sociales y ecológicos, entre los cuales se encuentran la prevención de conflictos y la gestión de la biodiversidad”.
A diferencia de otras áreas protegidas, las reservas de la biosfera no son exclusivas para la conservación natural, sino que también incluyen zonas donde las comunidades humanas pueden vivir y desarrollar actividades económicas sostenibles. La idea es que haya una sana interacción entre los ecosistemas naturales y sociales y que los programas que se apliquen a nivel local, tengan un impacto mundial.
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Las reservas de biosfera cuentan con ecosistemas terrestres, marinos y costeros. Cada sitio propone distintas soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con un uso sostenible. Son espacios propuestos por los gobiernos nacionales y están bajo la jurisdicción soberana de los Estados en los que se sitúan, pero la designación como reservas de biosfera queda a cargo de la UNESCO a través del Programa Intergubernamental sobre el Hombre y la Biosfera (MAB).
Retos y ritos
El MAB ha registrado una gran expansión en siete años. Desde 2021 suma 145 nuevas reservas que representan más de un millón de kilómetros cuadrados adicionales de áreas naturales protegidas. En la actualidad existen 785 reservas de biosfera situadas en 142 países.
Las reservas de la biosfera en todo el mundo cubren 8 millones de kilómetros cuadrados, una superficie similar a la superficie de Australia. Según datos de la UNESCO, estos espacios benefician a 300 millones de personas que viven en estas zonas y cubren más del 5% de la superficie terrestre, 25 de las reservas mundiales son sitios transfronterizos.
Los retos son múltiples, el nombramiento impone una gestión y financiamiento adecuado para proteger el área y a las comunidades mediantes lazos sostenibles. La reserva más grande del mundo es la Reserva de Biosfera del Bosque Atlántico en Brasil, según la Red Brasileña de Reservas de Biosfera (RBRB). Abarca casi 90 millones de hectáreas en 17 estados brasileños.
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La UNESCO ha establecido lazos con la iniciativa privada para obtener recursos de apoyo a las reservas. Justo en la Amazonia se encuentra un proyecto en ocho reservas de la biosfera apoyado por el corporativo de marcas de moda LVMH que busca combinar el conocimiento indígena con la ciencia. El proyecto ha apoyado más de 40 iniciativas locales y ha creado empleos verdes en agrosilvicultura y agricultura regenerativa.
Varias marcas de ese grupo comercial han realizado contribuciones concretas, como Guerlain, que en colaboración con la UNESCO, impulsa la iniciativa “Women for Bees” (Mujeres por las Abejas) destinada a formar y prestar apoyo a más de 120 apicultoras en ocho países y a preservar estos territorios. En México, Christian Dior Couture se ha asociado con la UNESCO para apoyar las iniciativas comunitarias de conservación y restauración de la biodiversidad en la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca en México.
Este año, seis países experimentan la designación de su primera reserva de biosfera: Angola, Djibouti, Guinea Ecuatorial, Omán, Tayikistán e Islandia. En este último país fue reconocida un área en la costa oeste que abarca mil 460 km² de picos volcánicos, glaciares y humedales. La reserva de biosfera de Snaefellsnes en Islandia a menudo es descrita como “la pequeña Islandia” porque concentra una gran diversidad de paisajes islandeses, un mosaico de montañas, volcanes activos e inactivos, glaciares, campos de lava, humedales y costas.
En 2025 se designaron nuevas reservas en Albania, Arabia Saudita, China, Etiopía, Francia, Grecia, India, Indonesia, Jordania, Madagascar, Malasia, Mongolia, Portugal y Suecia. Algunas de las reservas más destacadas en México son la Reserva de la Biosfera de Pantanos de Centla, Montes Azules y Sierra de Manantlán. También figuran El Vizcaíno y Sian Ka'an, que además son sitios Patrimonio de la Humanidad.
Las reservas protegen algunos de los ecosistemas más ricos y frágiles del mundo. Representan una parte considerable de la biodiversidad mundial al incluir más del 60% de las especies de vertebrados terrestres. Estos paisajes protegidos en todo el mundo también representan 12% de los manglares cartografiados, 10% de las marismas salinas y 8% de las praderas marinas de la Tierra.
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El futuro de las reservas de la biosfera
Hace un par de años se presentó el primer análisis cuantitativo de los impactos y riesgos asociados al cambio climático en 15 áreas protegidas de América Latina y el Caribe. El estudio advirtió cambios climáticos en ascenso en varias reservas de la biosfera de la UNESCO en la región. Se detectaron sequías, inundaciones, incendios forestales y deslizamiento de tierras, debido a las temperaturas más altas y un cambio en los patrones de precipitación.
Las áreas escogidas para este análisis integraron más de un millón de kilómetros en países como México, Guatemala, Honduras, Ecuador, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil. En ellas habitan más de 100 millones de personas y funcionan como observatorios del cambio climático, pero también son un ejemplo de los triunfos y fracasos de la política climática nacional e internacional.
Precisamente, una de las alarmas que reportó el estudio es que los responsables de las políticas establecidas en estos sitios subestimaron los riesgos de amenaza. Es decir, bajo el supuesto de que en estos lugares se está realizando un trabajo especial de protección ambiental y social, las otras áreas territoriales, sin lupa de por medio, multiplican su exposición a los riesgos.
Cada uno de los 15 sitios estudiados, asegura el informe, se encuentra expuesto y puede ser impactado por una serie de riesgos climáticos: desde la pérdida de cobertura vegetal por el incremento de las temperaturas hasta la pérdida de vidas por inundaciones provocadas por el aumento de precipitaciones extremas sobre todo en poblaciones rurales.
Sin embargo, la misión de las declaratorias es subrayar la problemática. Los principales retos de las reservas de la biosfera son mantener el manejo de actividades socioeconómicas y ambientales, como la deforestación, la contaminación y la sobreexplotación de recursos, a menudo exacerbadas por la falta de oportunidades económicas para las comunidades locales.
Un ejemplo de buena gestión de las reservas a nivel globalm es la Reserva de la Biosfera de Wando (República de Corea). Esta reserva conserva con éxito prácticas tradicionales de gestión de la tierra, como el llamado Maeulsup (bosques comunales) y el Gudeuljangnon (arrozales en terrazas), que protegen la zona de los fuertes vientos y favorecen un entorno saludable para la producción de mariscos y el turismo con programas muy benéficos para los pobladores locales.
Otro ejemplo es la Reserva de la Biosfera de Kristianstad en Suecia. Esta zona funciona como región modelo para las transiciones hacia la sostenibilidad mediante un modelo de cogestión adaptativa. Ha logrado crear coaliciones y fortalecer las redes locales, demostrando cómo una reserva de la biosfera puede funcionar como un “laboratorio viviente” para la experimentación e innovación en materia de sostenibilidad.
Este lugar se ubica en el punto más bajo de Suecia, a 2.41 metros bajo el nivel del mar y está conformado por humedales, depósitos de la Edad de Hielo y los bosques de la bahía de Hanöbukten. Proporciona un hábitat para una gran cantidad de especies en peligro, especialmente aves y peces; pero al estar por debajo del nivel del mar, se requieren sistemas de diques y bombas para protegerla de las inundaciones. Su sofisticada ingeniería ha logrado, literalmente, mantener el lugar a flote.
Su gestión ha logrado superar el problema de las inundaciones, y de hecho, sus humedales se han convertido en un activo que ayuda a gestionar los riesgos. Se ha transformado en un paraíso para observadores de aves y senderistas con un centro de visitantes que ofrece información y actividades interactivas para aprender sobre la naturaleza de la reserva, incluyendo un simulador.
Hay muchos ejemplos de reservas que mantienen la esperanza en estos programas que miran al horizonte marítimo. Con la reciente entrada en vigor del Tratado sobre el Derecho del Mar relativo a la Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica Marina de las Zonas Situadas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ) que se realizará en enero de 2026, las naciones ahora podrán proponer y gestionar áreas protegidas en altamar apoyadas por la ciencia y planes de gestión más sólidos.
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