
Entre aranceles, amenazas, incumplimientos, así como aumento de conflictos entre inversionistas y el Estado, este 1 de julio se celebra el quinto año de vigencia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Asimismo, en medio de dicho escenario se realizará la revisión de la implementación del T-MEC, tal y como se acordó realizarlo para el sexto año del acuerdo, aunque para la Casa Blanca esto puede llevar a una renegociación del convenio comercial.
Lo que se firmó como un acuerdo de libre comercio, dejó serlo con la entrada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el 20 de enero de 2025, quien anunció que se impondrían el pago de aranceles desde el 4 de febrero de este año, aunque difirió la fecha hasta el 4 de marzo y solamente se grava a los productos que no entren bajo las reglas del T-MEC.
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Pero, sin importar la existencia del tratado, desde el 12 de marzo se cobra un arancel de 25% al acero y aluminio, el cual puede escalar hasta 50%, si se le suma el 25% que se impone por temas de seguridad, drogas y migración.
A las latas de cerveza, es decir, al envase, pero no al líquido se le cobran aranceles de 25%, así como 15% a automóviles y autopartes, ya que este arancel se cobra sobre la parte del vehículo que no se fabricó en Estados Unidos.
Además, están latentes varias amenazas contra México y Canadá, por ejemplo, hace unos días Trump advirtió a Canadá que tenía siete días para quitar el impuesto digital que afecta a empresas estadounidenses o no habrá ningún tipo de negociación comercial con ellos, lo que llevó al gobierno canadiense a eliminar dicho cobro.
También, el 18 de junio dio a conocer que se reactiva una investigación por dumping contra el jitomate mexicano, es decir, por supuestamente venderlo por debajo del precio de mercado, lo que podría terminar en un arancel de más de 20.9%.
A las amenazas arancelarias y a las posibles cuotas al jitomate, se le suman “los problemas laborales y ambientales contra empresas y productos mexicanos”, así como la revisión o renegociación anticipada del T-MEC, dijo el director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya.
Está también el cierre de las exportaciones de ganado en pie y equinos, desde el pasado 11 de mayo, aunque se espera la apertura escalonada a partir del 7 de julio próximo, añadió.
Para el experto en comercio exterior, Jorge Molina, hay que recordar que hay temas que causan molestia en Estados Unidos como la reforma energética, la prohibición al maíz transgénico para consumo humano, la insuficiente protección al pez totoaba y a la vaquita marina.
Lo que llevó a la apertura de conflictos entre empresas y el Estado mexicano, lo que hace que México encabece la lista de países con más controversias, al haber seis litigios activos en minería, dos en el sector financiero, dos en el energético, uno en el fiscal y uno más en telecomunicaciones, según la ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Molina afirmó que en 26 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) solamente hubo tres casos de solución de controversias y bajo el T-MEC van más de cinco conflictos en cinco años.
Refirió que empresas de Canadá y Estados Unidos abrieron quejas por las modificaciones que se hicieron a la Ley Minera en el sexenio pasado; están también los casos que surgieron tras la reforma energética en donde Estados Unidos, no “jaló el gatillo para conformar un panel de controversia” en la administración de Biden, pero el caso sigue activo en el Congreso estadounidense.
Por otra parte, Molina recordó que está el tema del conflicto de lácteos entre Estados Unidos y Canadá.
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México ganó el panel de solución de controversias sobre las reglas de origen del sector automotriz en los primeros años de vida del T-MEC, un fallo que nunca hizo efectivo.
Para la International Chamber of Commerce (ICC) en México los cambios en la legislación y regulación en materia fiscal, energética y judicial en el país provocaron una escalada en los arbitrajes internacionales y una transformación legal que genera incertidumbre.
sg/mcc