La inflación, conocida como el impuesto de los pobres por dañar principalmente a quienes menos tienen, llegó a más de 4% en cinco estados del país.
Al vigilar las 32 entidades federativas, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) encontró que la inflación promedio fue de 3.5% durante la primera mitad de agosto y estuvo por debajo de la tasa de 3.6% que esperaban los analistas consultados por el grupo estadounidense Citi.
Sin embargo, los precios de los bienes y servicios subieron más de 4% para 2.3 millones de personas en pobreza multidimensional que viven en Durango, Nayarit, San Luis Potosí, Quintana Roo y Aguascalientes. Los ingresos de estas personas son insuficientes para cubrir el costo de una canasta alimentaria y además padecen una carencia social, ya sea en educación, salud, seguridad social, calidad, servicios básicos de vivienda o alimentación, según la medición del Inegi.
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De las 2.3 millones de personas, 333 mil están en pobreza extrema, al padecer tres o más carencias e ingresos que tampoco cubren el costo de una canasta alimentaria.
Durango, que gobierna el priista Esteban Villegas Villarreal, enfrentó una inflación de 4.5% y fue la más alta del país, la cual tuvieron que soportar 529 mil pobres. Le siguió San Luis Potosí, que encabeza el ecologista Ricardo Gallardo Cardona, donde los precios se elevaron 4.3% para 875 mil personas en situación de pobreza.
La inflación, conocida también como el enemigo público número uno de la economía, fue de 4.3% en Nayarit, del morenista Miguel Ángel Navarro Quintero, y donde residen 292 mil pobres.
La misma inflación fue en Aguascalientes, que administra la panista María Teresa Jiménez Esquivel y en donde 255 mil personas sufren de pobreza.
Alimentos lideran alzas
La inflación limita el poder adquisitivo de las familias y es el principal factor que condiciona su situación económica, además del empleo, coinciden expertos.
Los alimentos encabezaron los aumentos en Durango, donde la sandía se encareció 33% durante la primera mitad de agosto, y el chile serrano, 32.2%; mientras que en San Luis Potosí el durazno se elevó 45.7%, y el chile serrano, 27%.

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A lo largo y ancho del país, la inflación de los alimentos del campo que están procesados alcanzó una tasa de 5.2% y se aceleró por sexta quincena consecutiva, sin enviar señales de que pueda estabilizarse, lo que es preocupante, mencionó Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de grupo Base.
El economista en jefe del grupo financiero Ve por Más, Alejandro Saldaña, estimó que la inflación nacional puede mantenerse por debajo de 4% ante el bajo dinamismo económico. No obstante, indicó, el panorama todavía es complejo y, por lo tanto, la política monetaria del Banco de México (Banxico) debe ser más cuidadosa.
En su opinión, el bajo crecimiento económico ejercerá presión a la baja sobre todo en los precios de los servicios, aunque tendrá un aumento superior a su promedio histórico debido al incremento acumulado en los últimos años de los costos laborales, que no han sido acompañados por mejoras en la productividad laboral.
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Desde su punto de vista, el precio de las mercancías también va a reflejar los posibles efectos de las tensiones comerciales, aunque la recuperación paulatina del tipo de cambio puede aliviar parte de las presiones. Tampoco descartó nuevos impactos en la inflación a raíz de las tensiones geopolíticas y condiciones climáticas imprevistas, concluyó Saldaña.
Analistas de Banamex calculan que la inflación nacional despedirá este año en 4%, ya que prevén un alza gradual en los precios agropecuarios toda vez que se han disipado gran parte de los choques de oferta adversos de meses previos en algunos productos.
Al mismo tiempo, los de energéticos se mantendrían relativamente estables, en particular los de la gasolina debido al acuerdo de un precio máximo para la de bajo octanaje, finalizaron.