La llegada de empresas extranjeras a México mediante el nearshoring continuará presentando retos a largo plazo debido a deficiencias en infraestructura local y a las políticas comerciales emergentes en Estados Unidos, señaló Moody’s Analytics.
De acuerdo con el análisis de la agencia, las compañías extranjeras se ven afectadas por la falta de conectividad terrestre y tecnológica en el país, lo que compromete sus operaciones futuras.
Además, la posibilidad de que surjan nuevas políticas proteccionistas en Estados Unidos podría complicar la atracción de más inversiones, sin importar el resultado de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
“El primer capítulo de la historia del nearshoring en México ha sido un éxito modesto, pero tangible. El próximo capítulo probablemente resulte más desafiante, ya que las brechas en la infraestructura energética y de transporte y la seguridad pública plantean desafíos para las empresas que buscan reubicarse o expandirse”, dijo Moody’s Analytics.
La agencia subrayó que si bien atender los problemas de infraestructura es crucial, estas mejoras por sí solas no garantizarán un mayor crecimiento en exportaciones e inversión.
“Más bien, los fabricantes mexicanos necesitarán consolidar su presencia en las etapas más sofisticadas de las cadenas de valor globales”, alertó Moody’s Analytics en su reporte “Nearshoring en México: el siguiente capítulo”.
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El informe también advierte que las políticas comerciales más estrictas en Estados Unidos podrían convertirse en otro obstáculo para el nearshoring. La preocupación de que México actúe como un conducto para las exportaciones chinas ha ganado relevancia tanto en los sectores demócratas como republicanos.
Biden ajusta aranceles al acero y aluminio, elimina excepciones para México y Canadá
Moody’s Analytics recordó que, en julio, el gobierno de Joe Biden ajustó los aranceles al acero y aluminio impuestos por Donald Trump, eliminando excepciones para México y Canadá.
Con esta medida, los aranceles ahora aplican al acero importado desde México si fue procesado fuera de América del Norte, así como al aluminio producido en China. Según la firma, estas restricciones reflejan inquietudes sobre el impacto del exceso de capacidad china en Estados Unidos.
La agencia advirtió que estas tensiones podrían extenderse rápidamente a las industrias automotriz y electrónica de México debido a su relevancia en el comercio regional y la complejidad de las cadenas de suministro.
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“El segundo desafío es cómo hacer frente a un Estados Unidos más proteccionista, independientemente del resultado de las elecciones presidenciales de noviembre. Las fricciones por el aumento del contenido chino incorporado a las exportaciones de México a Estados Unidos también podrían desencadenar rondas de aranceles de represalia”, alertó Moody’s Analytics.
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