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Mi reciente visita a la vibrante Ciudad de México reforzó una idea clave en la que estuve pensando: México tiene una oportunidad histórica para posicionarse como líder en la adopción de la Inteligencia Artificial (IA) en Latinoamérica. Esta no es una visión futurista, sino una realidad palpable, especialmente para el sector público de México. Cuando la IA funciona para los gobiernos, funciona para todas las personas, creando un dominó a lo largo de toda la economía.
Los gobiernos a nivel mundial enfrentan una presión constante: mejorar los servicios públicos con presupuestos ajustados. La IA ofrece una respuesta que cambia las reglas del juego. Y aquí radica la ventaja de México, y de muchos países en desarrollo: la ausencia de sistemas heredados. A diferencia de las economías maduras, encadenadas a infraestructuras de TI obsoletas y software gubernamental costoso, México puede optar por construir sistemas nuevos, optimizados para IA, desde cero.
Esta capacidad de evitar la costosa modernización y saltar directamente a la tecnología de punta es una ventaja estratégica inmensa. Esta oportunidad nacional se enfoca en transformar los pilares clave de la economía, empezando por el sector público.
EL TRIPLE DIVIDENDO DE LA IA EN EL SECTOR PÚBLICO
Nuestra investigación más reciente con PwC, ‘La IA funciona para los gobiernos’, cuantifica el potencial de esta tecnología. Para 2035, la adopción amplia de la IA en el sector público en países en desarrollo puede generar un “triple dividendo” que impactará directamente en el bienestar de la nación:
1. Fortalecimiento fiscal: La IA puede ayudar a reducir los déficits federales hasta 22% al optimizar la eficiencia y la recaudación.
2. Mejores servicios públicos: Desde los procedimientos burocráticos hasta el cuidado médico remoto, la IA puede mejorar la eficiencia del sector público hasta 3%, lo que se traduce en servicios más rápidos, justos y accesibles.
3. Crecimiento económico: Contribuyendo directamente al crecimiento del PIB, la productividad y el ingreso familiar al impulsar la eficiencia, crear nuevos empleos y liderar con el ejemplo la adopción por parte del sector privado.
Esta transformación del sector público crea un cimiento fuerte en una economía amplia como es la mexicana. Como el estudio Velocistas de la IA en México señala, la Inteligencia Artificial ofrece un camino claro para reforzar el papel de México como un hub manufacturero y comercial. Sólo el sector manufacturero, que representa 20% del PIB de México, se beneficiaría inmensamente, con un impacto potencial estimado de hasta 34.5 millones de dólares anualmente. Esta ganancia de eficiencia es crucial para capitalizar las oportunidades de nearshoring, y se proyecta que la manufactura vinculada al nearshoring por sí sola agregue entre 11 y 20 millones de dólares anualmente a la economía.
Más allá de las grandes industrias, la IA es clave para asegurar que el crecimiento sea inclusivo. Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) son la columna vertebral de la economía nacional, representando el 99.8% de todas las empresas, el 68.4% del empleo total y el 52.2% del ingreso nacional. Con apoyo de servicios gubernamentales digitales más responsivos y eficientes, las herramientas de IA ofrecen a estas empresas una forma de superar la brecha de digitalización, automatizando procesos rutinarios y mejorando la productividad sin grandes costos iniciales de infraestructura.
EL CAMINO POR SEGUIR: POLÍTICAS, PERSONAS Y PROYECTOS
Esta transformación no es automática. Exigirá una implementación intencional e inmediata por parte del gobierno en colaboración con todos los sectores. El éxito de México en esta era dependerá de tres pilares interconectados:
1. Un entorno normativo habilitador: Un entorno político favorable es esencial para una adopción de IA segura, inclusiva y generalizada, especialmente en los mercados emergentes donde el potencial es significativo. Entornos de trabajo, como la Política Gold de Google, ayudan a las naciones a balancear la innovación con el manejo de riesgos al fomentar una regulación habilitadora, garantizar el uso responsable y la alineación con los estándares internacionales.
2. Inversión en talento: El recurso más valioso de México es su gente. Para desbloquear todo el potencial de la IA, los gobiernos deben invertir en Inteligencia Artificial enfocada en educación y entrenamiento. Generar una fuerza de trabajo con habilidades de IA requiere un esfuerzo colaborativo de toda la sociedad destinado a fomentar tres niveles de fluidez en IA: estudiantes de IA con conocimientos básicos; implementadores de IA, capaces de utilizar y adaptar las herramientas en sus capacidades profesionales; e innovadores de la IA, quienes poseen experiencia avanzada para dar forma a la evolución de la tecnología.
Para apoyar el entrenamiento local en IA, Google.org apoyó con 2 millones de dólares adicionales al programa Experience AI, el cual en su fase piloto en Veracruz capacitó a más de 200 maestros y benefició a 5 mil alumnos. Además, ampliará el acceso a la capacitación en habilidades digitales de alta demanda (como Inteligencia Artificial y Ciberseguridad) al otorgar 89 mil becas para sus Certificados de Carrera, en una alianza estratégica con la Secretaría de Educación Pública (SEP) y organizaciones de la sociedad civil. Esta iniciativa dará continuidad al esfuerzo que desde 2019 ya ha beneficiado a miles de personas en México.
3. Priorizar las “victorias rápidas”: El éxito de la IA empieza al priorizar los Catalizadores Fundamentales –o “victorias rápidas”– que nos otorgan entregables tangibles, demostrando el valor de esta tecnología.
La adopción masiva de IA en el sector público mexicano podría llevar al país a la disminución más significativa en el déficit gubernamental o incrementar los ingresos. El gobierno debe priorizar el inicio de su despliegue de IA mediante la identificación y ejecución de aplicaciones de bajo riesgo y alto impacto –como el uso de la IA para fortalecer la administración fiscal, así como el esfuerzo de la Auditoría Superior de la Federación para mejorar la auditoría del gasto federalizado–, a su vez que se prepara para despliegues más complejos en el futuro.
México está en un momento decisivo. Al adoptar la IA con audacia y responsabilidad, no solo mejorará su gestión interna, sino que asegurará que el progreso digital beneficie a todos sus ciudadanos.
Cuando la IA funciona para los gobiernos, la IA funciona para todos. Nos entusiasma ser parte de esta misión, apoyando a México en la construcción de su futuro con inteligencia y optimismo.
Vicepresidente de Asuntos Públicos y Relaciones con Gobierno para Mercados Emergentes de Google
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