A pesar de un entorno global adverso y las presiones derivadas de la política arancelaria de Estados Unidos, México conservará ventajas estructurales que le permitirán sostener el crecimiento y la estabilidad macroeconómica hacia el cierre del año y con aceleración en 2026.
En su perspectiva económica correspondiente al cuarto trimestre de 2025, el grupo financiero mantuvo su perspectiva de crecimiento para 2025 en 0.5%, con una posible aceleración a 1.8% en 2026.
Destacó que el país sigue beneficiándose de su integración comercial con Estados Unidos y de la relocalización de cadenas de valor, lo que se traduce en una menor tasa efectiva de arancel y en un flujo constante de órdenes manufactureras anticipadas.
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“México conserva ventajas relativas, como una menor tasa efectiva de arancel, la reconfiguración de cadenas de valor y la anticipación de órdenes manufactureras, que podrían amortiguar parcialmente el impacto. Por ello, mantener una relación estrecha con su principal socio comercial será esencial para la continuidad del crecimiento logrado en las últimas tres décadas”, dijo.
La firma mantuvo la expectativa de que Banco de México reduzca la tasa de referencia a 7% al cierre del año y a 6.5% en 2026, apoyado en una menor inflación y una actividad económica más estable.
Además, prevé que el peso mexicano conserve su resiliencia en un entorno de debilitamiento del dólar, cerrando el año en 18.80 por unidad, mientras la política fiscal continúe orientada a la consolidación y sostenibilidad coherente con el grado de inversión del país.
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De acuerdo con Banorte, el cierre de 2025 será determinante para evaluar la aprobación del Presupuesto 2026 y los avances del Plan México, elementos que marcarán el rumbo económico del próximo ciclo.
En el plano internacional, el banco advirtió que el mundo enfrenta una fase de estanflación prolongada, caracterizada por bajo crecimiento y presiones inflacionarias persistentes. Este entorno se ha agravado por la creciente disonancia entre los factores políticos y las políticas públicas, particularmente en Estados Unidos.
“Los tomadores de decisiones enfrentan simultáneamente una reconfiguración del tablero geopolítico y cambios en el comercio internacional por los nuevos aranceles. Aunque la moderación de la actividad económica es generalizada, las diferencias regionales reflejan una preocupante falta de sincronía en las políticas económicas”, explicó Banorte.
La institución agregó que el comportamiento de la economía estadounidense, con señales de desaceleración pero mercados accionarios en máximos históricos, ilustra los efectos de una combinación de políticas expansivas y gasto en infraestructura tecnológica, que si bien sostienen la actividad en el corto plazo, representan riesgos crecientes.
es/bmc
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