El tema de la gentrificación aún tiene muchos encabezados que generar y lo idóneo es que todo este debate impulse la ejecución de acciones que resuelvan el problema de raíz. El asunto no es la gentrificación, no son los extranjeros, ni la vivienda de renta de corta estancia; la auténtica problemática es la falta de políticas públicas para el desarrollo de vivienda de todos los niveles socioeconómicos en la Ciudad de México.
Así lo hablamos en un texto anterior: ¿Gentrificación? Basta de mentiras sobre la escasez de vivienda.
Lo que está sucediendo en la CDMX no es gentrificación, ya que la Roma, la Condesa, la Cuauhtémoc y otras colonias de la alcaldía Benito Juárez y Cuauhtémoc nunca fueron planeadas para ser hogar de personas con menores ingresos; históricamente han sido el hogar de clases medias, medias altas y altas.
En estas demarcaciones hay una cantidad de edificios que eran y siguen siendo de familias que en su momento no los vieron como activos de gran valor; los sismos de 1985 y 2017 contribuyeron a reducir su atractivo. De ahí que poco a poco fueran habitadas por personas de niveles medios bajos, pero no populares.
Estas personas rentaban esos inmuebles por montos mucho menores a lo que valían porque los dueños no les veían el potencial que tienen. Lo que sucedió es que la zona fue ganando atractivo con el paso del tiempo. Muchos emprendedores comenzaron a mudarse, a abrir restaurantes muy exitosos y centros de entretenimiento atractivos.
Los inquilinos vieron cómo este cambio los dejó sin la posibilidad de ir a la par de este esplendor que motivó a los propietarios a rescatar y renovar sus propiedades, un ciclo natural del mercado inmobiliario.
Es importante no perder de vista que no estamos frente al desplazamiento de personas de escasos recursos; la infraestructura de estas zonas sexys de la ciudad siempre estuvo destinada para las clases con recursos más holgados. La apreciación de la zona trajo consigo un deseo de los dueños de esos edificios, casas y departamentos de aprovechar los beneficios que les da la propiedad privada. Esta es una realidad que tiene lugar en todas las ciudades del mundo.
En mi opinión, la gentrificación en la CDMX es una bandera que han utilizado los políticos sin escrúpulos para tratar de disfrazar el fondo del problema que no son los extranjeros o los nómadas digitales, tampoco que regresen a vivir ahí las personas de ingresos altos. El verdadero asunto es que no se ha construido la vivienda suficiente en zonas céntricas para todos los niveles socioeconómicos. Eso es responsabilidad y culpa de los gobiernos que no han permitido el desarrollo de vivienda en forma adecuada, al menos, en los últimos 20 años.
La Ciudad de México necesita al menos 50 mil viviendas nuevas anuales y no se están construyendo ni siquiera cinco mil. La causa de este problema son las autoridades ineficientes y corruptas. Muchos desarrolladores han dejado de construir porque no están de acuerdo en seguir pagando los sobrecostos derivados de la extorsión y la corrupción.
No se han desarrollado las políticas públicas adecuadas para fomentar la vivienda, ni el gobierno ha invertido en la infraestructura necesaria para soportar el crecimiento de las personas que viven en las ciudades (transporte, agua, seguridad, mantenimiento del activo urbano).
Como lo dije antes, las ciudades son organismos vivos, cuando hay un desbalance entre la vivienda existente y la que se debe construir, en esa medida se encarecen los precios de la compra y renta de los inmuebles. ¿Cómo solucionar esto? Hay varias formas y algunas de ellas son:
1. Reconocer la dimensión del problema de vivienda que tenemos en la capital del país.
2. También la urgencia de invertir en infraestructura (agua, equipamiento urbano, luz, seguridad), aspectos básicos en los que no se ha invertido desde hace muchos años.
3. Eliminar los procesos plagados de ineptitud y corrupción en la autorización, construcción y habitabilidad de proyectos inmobiliarios.
4. Reordenar el suelo intraurbano: se tiene que premiar a los desarrollos que tengan alto impacto por el número de viviendas construidas en una zona determinada donde prevalezca la verticalidad y los precios competitivos para hacerla accesible a todos los niveles socioeconómicos.
Cualquier propuesta para abaratar las rentas o encontrar una solución superficial no servirá de nada, se tiene que detonar la construcción de vivienda o seguirá habiendo un déficit importante en esta materia por mucho tiempo más.
*Fundador y director general de Tu Hipoteca Fácil, y cofundador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad
X: @FernandoSotoHay
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