Ginebra.— Las inversiones extranjeras directas (IED) cayeron 11% el año pasado a nivel mundial y no se prevé una recuperación este año a causa de una combinación inédita de hechos que aumentan la ansiedad y la incertidumbre entre países y empresas, principalmente la guerra comercial y los conflictos armados, dijo ayer la secretaria general de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Rebeca Grynspan.
“La cifra principal corresponde a un aumento de 4% de las inversiones globales foráneas [hasta 1.5 billones de dólares], pero este incremento se debe a flujos financieros volátiles que circularon por unas pocas economías. Si corregimos esos flujos volátiles, lo que encontramos es un panorama desolador y que la inversión extranjera directa internacional productiva se está reduciendo”, aclaró.
La caída de ese tipo de inversiones, que movilizan los mayores volúmenes de financiación, ocurrió por segundo año seguido en 2024 y su efecto en la vida real son “empleos que no se crean, infraestructuras que no se construyen y un desarrollo sostenible que se rezaga”.
Analistas de ONU Comercio y Desarrollo han llegado a la conclusión de que esta caída no es cuestión de uno o dos años, sino que ya puede verse como “un patrón” de las inversiones, afectadas por las tensiones geopolíticas, el aumento de las barreras comerciales y de las medidas para filtrar las inversiones extranjeras, especialmente en países desarrollados.
“En conclusión, el panorama de las inversiones se ha vuelto más volátil, más selectivo y más incierto”, resumió Grynspan.
Y reconoció que la guerra que ha empezado entre Irán e Israel “agrega a la economía global otro elemento de incertidumbre. Tendremos que ver si también tendrá un impacto en la inflación y en el precio del petróleo”.
La jefa del organismo técnico de Naciones Unidas sostuvo que este nuevo conflicto introduce un elemento adicional de incertidumbre “que no es fácil prever. En la política arancelaria todos esperamos que llegue un momento en el que se decida lo que se va a hacer, pero en la guerra tenemos menos control de cómo se van a desarrollar los eventos”.
La inversión se redujo drásticamente en las economías desarrolladas, en particular las europeas, donde hubo una caída de 58%. Norteamérica se desmarcó de esa tendencia, con un aumento de 23%, liderado por Estados Unidos.
En Latinoamérica y el Caribe los flujos de inversiones registraron un descenso de 12% el año pasado.
“Estados Unidos es la principal economía del mundo, tiene resistencia y además tiene al dólar; y las decisiones de inversión de muchas compañías consideran el tema del riesgo de volatilidad. En Estados Unidos no tienes ese problema, así que de alguna manera el dólar les da una gran fortaleza”, comentó Grynspan. EFE