
El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) explicó que el gravamen de 3.5% a las remesas, que aprobó la Cámara de Representantes de Estados Unidos, no se trata de una doble tributación, sino de un mecanismo de control en materia migratoria.
“Consideramos que técnicamente no es una doble tributación; es un ingreso para las familias que lo reciben en forma de ayuda, no para el Estado”, explicó el vicepresidente de Relaciones y Difusión del IMCP, Rodolfo Servín Gómez.
En conferencia, expuso que más que un impuesto, se trata de un gravamen y está enfocado a aquellos inmigrantes que están de manera ilegal y envían recursos a México desde Estados Unidos.
“No es generalizado”, dijo, al indicar que esa es una particularidad de lo que se aprobó, por lo que no hay que perder de vista ese punto.
Hizo énfasis en que en el sistema tributario existen dos premisas: los fines fiscales y los extrafiscales.
Los primeros tienen un propósito recaudatorio, pues se trata de incrementar los ingresos con cambios a las normas a través de subir o crear impuestos.
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Los extrafiscales no buscan captar mayores recursos sino más bien establecer un control, y por eso va dirigido a los que están en la Unión Americana de manera ilegal.
Así, la remesadora o institución financiera que preste el servicio de transferencia de dinero está obligada a poner un filtro que se debe compartir con la oficina de Servicio de Impuestos Internos, que es el equivalente al SAT en México, indicó Servín Gómez, al mencionar lo que contiene la iniciativa del gobierno de Donald Trump.
“Si una persona con residencia legal manda remesas, no las van a gravar”, aseguró.
Técnicamente, señaló, una doble tributación se da cuando un mismo ingreso o persona es gravada por dos o más jurisdicciones o país en materia del Impuesto Sobre la Renta (ISR), y para evitar eso existen los tratados.
Por eso, subrayó Servín Gómez, es un mecanismo de control en materia migratoria.
Aunque reconoció que la medida impedirá que sigan fluyendo los migradólares de la misma manera en que se había observado en los últimos años con montos históricos.
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Sin embargo, el directivo anticipó que el impacto no será tan relevante en México, porque no es un ingreso para el país.
Estimó que es probable que al paisano le cueste más el efecto del tipo de cambio que la nueva medida de control.
El año pasado, México recibió remesas por casi 65 mil millones de dólares, de los cuales 62 mil 500 millones provinieron de Estados Unidos y fueron enviados por 8 millones de personas nacidas en México con estatus legal, además de millones más de segunda generación.
México fue el segundo país que más remesas captó durante 2024, solamente por detrás de India y arriba de China, de acuerdo con información del Banco Mundial.
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