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Durante la primera quincena del año la inflación aceleró su marcha a causa de las alzas en los precios de algunos bienes agropecuarios y también de servicios, de acuerdo con datos publicados por el Inegi.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor observó un aumento de 0.49% en la primera mitad de este mes respecto al periodo inmediato anterior, con lo que la inflación anual llegó a 4.9%, la tasa más alta desde la segunda quincena de julio de 2023.
El desempeño de la inflación estuvo parcialmente impactado por una estacionalidad desfavorable, con incrementos de principio de año afectando a varios rubros. En este sentido, el punto a destacar es que las presiones continuaron en frutas y verduras, hilando tres quincenas de alzas relevantes, comentaron analistas de Banorte en un reporte.
El aumento anual de los precios en el rubro de frutas y verduras fue de 20.69% en la primera quincena del año, la cifra más elevada desde la primera mitad de diciembre de 2021. Entre dichos bienes destacaron los aumentos de la cebolla, de 138.46%; chile poblano, 57.84%; tomate verde, 55.46%; jitomate, 54.24%, y nopales, 37.84%.
Este periodo también estuvo impactado por las actualizaciones a varios impuestos y tarifas gubernamentales, tal es el caso de cuotas de autopista, con un alza anual de 12.30%; estacionamiento, 12.15%; refrescos envasados 6.51%, así como los cigarros, con 4.98%.
Destacó el avance de 7.7% en los precios de loncherías, fondas, torterías y taquerías, así como de restaurantes, de 6.9%, impulsados tanto por mayores precios de insumos y por el ajuste de 20% al salario mínimo.
En el segmento de los servicios llamó la atención el caso de los relacionados con educación, que reportaron un incremento anual de 6.51% en la primera mitad de enero, entre los que sobresalen la cuota de los estudios universitarios y de la primaria, con alza de 7.04% en ambos casos; secundaria, 6.29%; preescolar, 6.22%, así como, guarderías y estancias infantiles, con 6.21%.
Los especialistas de Banorte estimaron que los riesgos prevalecen para el sector de servicios, derivados primordialmente de mayores presiones en costos, tanto del lado de los insumos, principalmente para los alimentos procesados, a pesar de energéticos más estables, como también de los salarios, anticipando un mayor traspaso del ajuste al salario mínimo que en años previos.
En su opinión, los retos hacia adelante también persisten para los productos agropecuarios, con condiciones climáticas adversas que seguirán pesando en los cultivos. En este contexto, la expectativa es que los precios de estos bienes continuarán presionados al menos a corto plazo.
Por el contrario, el panorama para los energéticos es más favorable en el margen, con una buena acumulación de inventarios en Estados Unidos y Europa, ayudando a hacer frente a algunas olas de frío, mientras que la expectativa de una desaceleración global también ha contribuido a mantener los precios relativamente contenidos a pesar de mayores tensiones geopolíticas, agregaron los expertos.