El fenómeno que generó el estreno de las películas Barbie y Oppenheimer benefició a la industria restaurantera, sobre todo a los establecimientos que se encuentran dentro de plazas comerciales donde hay cines.
“Se vio un efecto positivo en las plazas con cines...hay muchos restaurantes que tuvieron mejor afluencia de màs de 10% a 15%”, dijo a EL UNIVERSAL el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), Germán González Bernal.
El estreno de las películas Barbie y Oppenheimer, el 20 de julio pasado, generaron importantes ingresos no solamente a la industria del cine, sino que beneficiaron a otras industrias, como la industria textil, confección, accesorios decorativos, restaurantes, entre muchas otras más.
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Ello, gracias a que en todo el país se registró la movilización de 5 millones 346 mil personas que asistieron al cine a ver Barbie y 967 mil personas que acudieron a ver a Oppenheimer. Lo que solamente a la industria cinematográfica le representó ingresos acumulados de 384 millones y de 78 millones, respectivamente, de acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine).
González Bernal afirmó que ese movimiento de personas permitió que después o antes de ir al cine fueron a comer a algún establecimiento, “básicamente en todas las plazas con cines”.
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