El 22 de febrero se celebra el Día del Agrónomo en México, este día dedicado al profesional del campo mexicano, se estableció en la fecha en la que fundó en México la primera universidad dedicada a la agricultura, La Escuela Nacional de Agricultura, la hoy reconocida a nivel internacional Universidad Autónoma Chapingo.
La agronomía es una ciencia que se encarga de estudiar y gestionar los sistemas agrícolas que combina el conocimiento de la biología, la química y otras ciencias con el objetivo de aumentar la producción de alimentos de manera eficiente y sustentable para garantizar la seguridad alimentaria a nivel mundial.
Los agrónomos son las personas que aplican estos conocimientos contribuyendo notablemente para generar un campo más productivo y sustentable. Gracias a la investigación y estudio de la agronomía en México se ha podido tener una alimentación más sana y balanceada incrementando la oferta de alimentos producidos en el país.
Actualmente, uno de los desafíos más importantes en términos de sustentabilidad es la producción sostenible de alimentos debido al crecimiento de la población en las próximas décadas. Según datos de la ONU, se proyecta que la población humana crezca hasta alrededor de 9 mil 800 millones de personas para 2050. Tan solo en el último año, la población mundial creció en 75 millones de personas, reuniendo en total 8 mil millones de personas en el mundo.
Ante este escenario, es esencial preparar sistemas alimentarios capaces de sustentar a esta población creciente mediante el uso responsable de los recursos naturales.
La agronomía juega un papel fundamental en la conservación del suelo, la descarbonización de la agricultura y el cuidado del agua mediante el impulso de prácticas de agricultura regenerativa que contribuyen a reducir las emisiones agrícolas y la captura de carbono en el suelo, lo que en conjunto puede tener un impacto positivo en el cambio climático.
La agricultura regenerativa se considera una de las soluciones para la producción de alimentos sostenibles, un conjunto de prácticas agrícolas diseñadas para restaurar la salud del suelo degradado, mejorar la biodiversidad, la eficiencia en el uso de recursos y la captura de carbono. Esto se traduce en cultivos más resilientes, suelos más sanos y una reducción de la huella de carbono.
Estas prácticas generan múltiples beneficios agrícolas y ecológicos, como la reposición de carbono orgánico en los suelos, la eficiencia en el uso del agua, la reducción de la erosión del suelo por agua y viento, contribuyendo a un sistema alimentario más sostenible y resiliente; además incluyen la diversificación de cultivos, el mínimo movimiento del suelo y la cobertura con residuos orgánicos.
Los agrónomos son los expertos y profesionales que logran producir más con menos y son los encargados de cuidar la sostenibilidad de nuestros campos. Trabajamos con aliados como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), quienes son parte de un movimiento global para intensificar la agricultura de manera sostenible. La intensificación sostenible implica prácticas de agricultura de conservación que al mismo tiempo mantienen y aumentan los rendimientos, procura el bienestar de los agricultores y protegen el medio ambiente.
Ante los enormes desafíos que el mundo enfrenta debido al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación de los suelos, queremos asegurarnos de hacer nuestra parte para promover soluciones; por ello, nos hemos fijado una ambiciosa meta: que 100% de nuestros ingredientes clave provengan de tierras cultivadas utilizando prácticas de agricultura regenerativa para el año 2050.
Líder de agricultura regenerativa para Latinoamérica en Grupo Bimbo