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Bruselas.—Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) se comprometieron ayer a dejar atrás la etapa de aumento del gasto público iniciada con la pandemia y a dar paso a una estrategia “decidida, gradual y realista” de ajustes presupuestarios para sanear las cuentas.
En una declaración aprobada ayer, los titulares de Finanzas de la zona euro se muestran decididos a “evitar medidas permanentes que aumenten el déficit” con el objetivo de facilitar “una reducción duradera del déficit y la deuda”, al tiempo que siguen invirtiendo en las prioridades políticas del bloque, en especial la transición verde y la digitalización.
En esta línea, el documento dice que es “esencial” no perder de vista estos objetivos estratégicos de la UE, para las que cuenta también con las inversiones del sector privado y con las subvenciones y los créditos del fondo europeo de recuperación.
“Una estrategia de consolidación fiscal decidida, gradual y realista está justificada para reforzar la sostenibilidad fiscal, reconstruir colchones fiscales, conseguir un crecimiento sostenible más alto e impulsar la solidez de la eurozona ante futuros retos, incluida la equidad intergeneracional”, argumentan en el texto, en el que pactan la orientación de sus políticas presupuestarias para 2024.
El Eurogrupo deja así atrás una etapa iniciada en 2020, en el que “la posición fiscal de la zona euro fue expansionista para abordar los golpes externos (la pandemia y la guerra de Ucrania) y para proteger a los más vulnerables de las sociedades”.
Preocupados por la inflación
El despliegue de ayudas a familias y hogares, continúan, “ha supuesto una carga adicional para las finanzas públicas” y, aunque señalan que “la consolidación ya ha empezado", añaden que “el efecto persistente de la inflación y de los mayores costes de financiación tienen que ser resueltos para reducir los ratios de déficit y deuda”.
“Es esencial que la inflación se reduzca aún más y que las expectativas de inflación sigan bien ancladas”, añade la declaración, en la que el Eurogrupo también se reconoce “preocupado” por el impacto que el aumento de los precios tiene tanto sobre el crecimiento económico como para los ciudadanos y las empresas.
“El objetivo es muy claro: tenemos que trabajar de la mano con la política monetaria para bajar la inflación. Sabemos que no es algo que hayamos conseguido ya”, dijo a su llegada al encuentro el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.
El político italiano subrayó que Bruselas está recomendando a los Estados lograr el año próximo un “equilibrio” entre aplicar una política fiscal más restrictiva, empezando con la retirada de las medidas de apoyo ante los precios de la energía, y al mismo tiempo mantener el espacio suficiente para inversiones estratégicas.
Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno español y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, advirtió de que el Ejecutivo que salga de las elecciones del 23 de julio en España tendrá que mantener una política presupuestaria “prudente” para no minar la “confianza” de instituciones e inversores internacionales.
“Es fundamental evitar dar bandazos, abrir incertidumbres o deteriorar la confianza de los mercados y de las instituciones financieras que tanto hemos trabajado en estos cinco años”, dijo.
Calviño llamó asimismo a evitar “anuncios y orientaciones” de política económica que puedan “generar agujeros en las cuentas públicas y hacer imposible que España cumpla con las reglas fiscales europeas”.