Autoridades y empresarios desdeñaron las recomendaciones que se generaron en los Estudios de Vulnerabilidad al Cambio Climático en el Sector Turístico, específicamente en el caso de .

Estas pudieron evitar o reducir los daños económicos, sociales y ambientales ocasionados por el huracán Otis, dijeron catedráticos a EL UNIVERSAL.

Los estudios se presentaron en septiembre de 2014 y fueron encabezados por la Secretaría de Turismo (Sectur), el Conacyt, el Centro de Estudios Superiores de Turismo y la Academia Nacional de Investigación y Desarrollo.

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En primer lugar, se pasaron por alto las recomendaciones de “actualizar permanentemente la información y estudios realizados en temas de cambio climático”.

Fuente: Estudio de Vulnerabilidad al Cambio Climático en el Sector Turístico, Acapulco, publicado por la Sectur en septiembre de 2014
Fuente: Estudio de Vulnerabilidad al Cambio Climático en el Sector Turístico, Acapulco, publicado por la Sectur en septiembre de 2014

Los documentos incluían una “matriz de medidas de adaptación al cambio climático para Acapulco”, para el caso de vientos extremos, olas de hasta siete metros, lluvias torrenciales y deslaves.

Dentro de esas encomiendas estaba el fortalecimiento de anclajes de infraestructuras, cuyo objetivo era evitar el derrumbe, por ejemplo, de anuncios espectaculares y daños en construcciones, pero hace una semana dentro de los destrozos se observó que, incluso, el bungee, que fue reabierto en 2021, se desplomó ante los vientos de más de 250 kilómetros por hora.

Los hoteles perdieron plafones, instalaciones eléctricas, de telecomunicación, cristalería, mobiliario, obras de arte, y aparatos tecnológicos ante su exposición directa a los vientos del meteoro categoría 5.

Un segundo aspecto fueron las recomendaciones para el establecimiento de redes eléctricas y telefónicas resistentes a los vientos huracanados para evitar la pérdida de los servicios, pero lo que se observó fue que se desprendieron 38 líneas de alta tensión y más de 10 mil postes, y se perdió la totalidad de las telecomunicaciones.

Tampoco se ejecutaron las sugerencias para implementar un sistema de alerta temprana que faculte a los tomadores de decisiones, individuos y comunidades que enfrentan una amenaza, a que actúen con suficiente tiempo y de modo adecuado para reducir lesiones personales, pérdidas de vidas y daños a los bienes y al medio ambiente.

Otra acción omitida fue la de realizar las obras de contención necesarias en laderas, para evitar derrumbes en carreteras.

“De acuerdo al Índice de Vulnerabilidad Costera que consideró tres variables geológicas [geomorfología, topografía de playa y tasa de erosión] y tres variables oceanográficas [elevación del nivel del mar, altura significativa del oleaje y rango mareal], los sitios de Veracruz, Cancún y la Riviera Maya son los más vulnerables por hallarse en zonas bajas y planas, mientras que los menos vulnerables son: Huatulco, Acapulco y Nuevo Vallarta que por estar en bahías están más protegidas”, indica el documento al que accedió EL UNIVERSAL.

Probabilidad nula de huracán categoría 5

En estos mismos estudios se exponía que Acapulco presentaba 0% de probabilidades de impacto de un huracán categoría 5, como fue el caso de Otis.

No obstante, para el caso de las categorías 2, 3 y 4, la probabilidad era de 4.8%; y en cuando a un huracán 1, tormenta tropical y una depresión tropical, las probabilidades subían a 31.7%. Los porcentajes de probabilidad tampoco se actualizaron en los últimos nueve años.

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“Es muy grave que los gobiernos locales y federal no hayan hecho nada, puede esto representarles cargos por irresponsabilidad, aunque sabemos que no admitirán ni se seguirán de oficio a los responsables, como sucedió con el caso del colegio Rebsamen en la Ciudad de México. Ahora la reconstrucción debe pensarse con infraestructura sustentable, pues Acapulco creció desordenadamente”, opinó Miguel González, catedrático de la UNAM.

“Otis fue un fenómeno que sorprendió incluso a científicos. Esto nos enseña a no menospreciar la llegada de cualquier fenómeno. Se tendrá que replantear toda la infraestructura, pues ya sucedió. Así como el sismo en 1985 dio lugar a un nuevo reglamento de construcción y alerta sísmica, se deben crear nuevas políticas de protección civil, no sólo en Acapulco, esto debe ser un parteaguas en todos los destinos. El cambio climático es real”, manifestó Manuel Valencia, catedrático del Tecnológico de Monterrey.

En esta administración, los recursos de la Sectur se redujeron 50% en comparación con la pasada, dejando algunos programas con recortes y otros sin recursos, indican las cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

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