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Los efectos del cambio climático provocaron un alza del precio del aceite de oliva, el cual se duplicó en el último año, lo que puede afectar el consumo, dijo la directora de la Interprofesional de Aceites de Oliva de España, Teresa Pérez.
En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que es difícil saber cómo se va a comportar el mercado el año que viene, ya que está muy influido por el alza de los precios a causa de la caída en la producción.
“Lo que de verdad está afectando a los precios es la crisis de producción por el cambio climático, que nos ha afectado en España en los dos últimos años”, comentó.
Este incremento tuvo que ver con sequías, porque a causa de la escasez de agua la producción de aceite de oliva de España, el primer productor mundial, se redujo en más de 55% en 2022, lo que hizo que los precios subieran en 100%.
Pérez añadió que actualmente “el producto en origen cuesta casi el doble que hace un año, y eso se va a dejar notar en los precios en los lineales de todo el mundo y podría provocar la disminución de volumen de compra”.
Esta alza de precios no se vio en años pasados porque “la crisis sanitaria (del Covid-19) apenas tuvo efectos sobre los precios. Nuestro producto siguió vendiéndose con bastante normalidad”, señaló.
“Consideramos que se trata de algo pasajero y que en breve volveremos a ver crecimiento en un mercado al que le auguramos un enorme futuro”, consideró.
Sin embargo, es difícil estimar si se incrementará la venta de aceite de oliva en México el próximo año, ya que se encuentra entre los países con bajo nivel de consumo. Por ejemplo, mientras en España se consumen 11.4 kilos al año por habitante, en Alemania es un kilo, en Brasil medio kilo, pero en los mexicanos es de apenas 100 gramos.
A pesar de ello, el mercado mexicano va en crecimiento, ya que las ventas de aceite de oliva crecieron 260% en las últimas dos décadas.
En el año 2000 España exportó a México 5 mil toneladas del aceite y en 2022 se llegó a 18 mil toneladas.
Dijo que con la pandemia creció el consumo de aceite de oliva porque la gente comenzó a comer con frecuencia en casa y buscó productos sanos; sin embargo, ahora comen fuera y el consumo bajó.
Mientras en 2021 se vendieron a México 23 mil 407 toneladas, en 2022 el volumen bajó a 18 mil, aunque este impacto tiene que ver con los crecientes precios del producto.