Tras la pandemia de Covid-19, los efectos del llegaron para quedarse, y a la par se encareció aún más el costo de la vida en países más vulnerables a fenómenos meteorológicos, como es el caso de México.

Huracanes como Otis en Guerrero, la sequía extrema en el norte del país, los fuertes vientos en San Pedro Garza García, Nuevo León, granizadas en Puebla, microsismos en alcaldías de la Ciudad de México, así como la ola de calor en todo el país y los apagones que generaron están impulsando el aumento de precios y complicando la lucha contra la inflación que ha emprendido el Banco de México (Banxico).

Especialistas y empresarios consultados por EL UNIVERSAL aseguran que los efectos por el impacto del calentamiento global en todas sus manifestaciones, definitivamente se están trasladando a los precios al consumidor.

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Después de Otis, los seguros contra daños ahora son más caros, y esto hace que las tarifas de servicios como hoteles y restaurantes se incrementen, comenta el director de Desarrollo de Negocios en THB México, Alfredo Careaga.

“Las aseguradoras ahora son más cuidadosas. Asegurar un inmueble cerca de la playa es más difícil y caro”, dice. Además, por los efectos del cambio climático, las primas de seguros subieron entre 25% y 50%.

Incluso hay instituciones que ya no están dispuestas a cotizar o renovar el seguro, luego de lo que pasó con Otis. Lo mismo sucede con los daños por los incendios y las sequías, enfatiza el ejecutivo.

Alfredo Careaga considera que el reto para la industria aseguradora es entender mejor el fenómeno para tarifar y modelar los cambios climáticos. De lo contrario, podrían caer en quiebra.

En pocas palabras, afirma que se deben “ajustar los productos a la realidad y que la gente esté consciente de los riesgos que hay”.

Inflación alimentos
Inflación alimentos

Factor de riesgo

Mientras tanto, en el banco central reconocen que el cambio climático es uno de los factores que generan incertidumbre.

La subgobernadora Galia Borja Gómez mencionó hace unos días a estudiantes de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que eso se está traduciendo en sequías o en huracanes como Otis.

A su vez, añadió, afecta la producción de ciertos insumos importantes de la canasta de consumo de los mexicanos, como son el jitomate y la cebolla. En el caso de la sequía, desde principios de este año, la disminución en el nivel de almacenamiento de agua en las presas del país se convirtió en una amenaza por la esperada reducción en el volumen de las cosechas y elevando los precios de productos agrícolas.

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Se trata de un problema complejo que impacta a diferentes actividades productivas, reflejándose, por ejemplo, en la fuerte alza en los precios del jitomate y la cebolla que se registraron en diciembre y enero pasados.

En un reporte previo, Bank of America (BofA) alertó que las localidades mexicanas que sufren sequías aumentan la inflación en unos 10 puntos base promedio con miras al inicio del segundo semestre de 2024, y hasta 75 puntos base en el largo plazo.

“Como se espera que la sequía continúe, esperamos que la inflación termine el año ligeramente por debajo de 5%”, indican las proyecciones de la institución.

BofA anticipó que las lluvias en el país estarán por debajo de su promedio histórico en los primeros meses del año.

A favor de la sostenibilidad

En el contexto del cambio climático, cada vez hay más exigencias de la ciudadanía a las empresas para que sean socialmente responsables.

Muestra de ello es el reciente surgimiento de las Normas de Información de Sostenibilidad (NIS), emitidas por el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (Cinif) que entrarán en vigor en 2025 y deberán ser aplicadas por las entidades que preparen estados financieros bajo las Normas de Información Financiera (NIF).

Las NIF prevén la revelación de 30 indicadores básicos de los tres pilares de sostenibilidad: ambiental, sociales y de gobernanza.

Se trata de un hito para la sostenibilidad y economías verdes que tendrá alcance en los sectores bursátil, bancario, las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y la sociedad en conjunto.

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Hay estimaciones que indican que las NIS tendrán un impacto en más de 3 millones de empresas, considera la compañía de estrategia y sostenibilidad ILUNKA.

Para la gerente de la empresa, Adriana Pulido, son importantes porque abarcan varias vertientes de la economía, como el efecto sobre la inflación, los tratados comerciales y decisiones de inversión.

“Si hacemos un zoom, se conecta con la sostenibilidad; hay que ir viendo tema por tema cómo afecta a la economía”, afirma.

Reconoce que la implementación de dichas normas será todo un reto para las pequeñas y medianas empresas, pero los resultados serán innegables.

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