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El Banco de México (Banxico) reconoció que, si bien se ha avanzado en el proceso de bajar la inflación, el panorama se tornaría más complejo por la expansión fiscal prevista para los siguientes años, con una tasa de interés de referencia elevada durante un periodo más prolongado.
Por ello, consideró necesaria una mayor coordinación entre las políticas monetaria y fiscal.
Incluso, advirtió que, de no cumplirse el proceso de consolidación fiscal previsto para 2025, las consecuencias sobre la dinámica inflacionaria podrían ser mayores ese año.
Así lo manifestaron en lo particular y en lo general los miembros de la Junta de Gobierno durante la reunión con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el pasado 28 de septiembre, en la cual se decidió por unanimidad dejar la tasa de referencia en 11.25%.
Con ello, Banxico se sumó a las voces de alerta sobre el tema del déficit propuesto por el Ejecutivo en el Paquete Económico para 2024, considerando los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) de 5.4% del Producto Interno Bruto.
La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también mostró inquietud sobre el tema en la evaluación anual que hace a la economía de México.
Analistas y organizaciones empresariales también han enfatizado ese punto, por representar un mayor endeudamiento, algo que va en contra de la disciplina fiscal.
Según la Minuta 103 de la reunión, un integrante de la Junta de Gobierno expresó que el paquete fiscal puede generar presiones sobre la demanda agregada, es decir, sobre la inversión y el consumo privado.
Añadió que, de no cumplirse el proceso de consolidación fiscal previsto para 2025 ante los retos que implican, las consecuencias sobre la dinámica inflacionaria podrían ser aún mayores en ese mismo año.
El integrante del órgano colegiado del banco central se refirió a los pronósticos de la Secretaría de Hacienda en el Paquete Económico, en los cuales se prevé que el déficit fiscal propuesto para 2024 será de una sola vez y que a partir de 2025 seguirá una trayectoria descendente.
Abundó que, en un escenario de mayores presiones, será necesario mantener el nivel de restricción monetaria por un periodo más prolongado de lo previsto en la reunión anterior y que a futuro podría requerirse ampliar dicha postura.
Otro integrante coincidió en que el proceso desinflacionario enfrenta presiones internas, provenientes del apretamiento del mercado laboral y del dinamismo de la demanda agregada, en adición a los efectos inciertos de una expansión fiscal.
Destacó que la falta de sincronización entre la política fiscal expansiva y una política monetaria restrictiva implica estar atentos a que tengan que compensarse los efectos que este estímulo pudiera tener en las presiones de demanda agregada.
También se deberá vigilar la posibilidad de que la postura fiscal dure más que lo anticipado, si la reducción del balance proyectado para 2025 no es de la magnitud prevista.