Las pérdidas que enfrentan las por fraudes podrían alcanzar hasta 27 mil millones de pesos anuales, de acuerdo con el más reciente informe de Círculo de Crédito, donde detalla que una de cada cuatro cuentas morosas podría estar vinculada a actividades fraudulentas, una situación que preocupa a un sector que ya enfrenta crecientes retos en materia de seguridad digital y control de riesgos.

De acuerdo con la firma, la digitalización de los , si bien ha impulsado la inclusión financiera, también ha generado nuevas vías para que los fraudes evolucionen y se perfeccionen.

Así, el fraude de originación, el cual se oculta tras solicitudes aparentemente legítimas y opera silenciosamente hasta que la cuenta cae en mora, se ha convertido en una de las amenazas más complejas de identificar para los otorgantes de crédito.

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Según los datos recabados por la empresa entre más de mil entidades financieras, los usuarios con historial de pagos atrasados duplican la probabilidad de estar relacionados con fraudes.

En ese sentido, lo que resulta más alarmante es que las personas con más de 12 solicitudes de crédito en un mismo año incrementan hasta en 40% la probabilidad de cometer este tipo de prácticas.

Para mitigar estos riesgos, la empresa dijo que es indispensable que las instituciones incorporen herramientas basadas en inteligencia de datos y análisis de comportamiento que les permitan anticiparse a estas amenazas desde la etapa de originación del crédito.

En esa línea, la firma dijo que usa herramientas basadas en inteligencia artificial y aprendizaje automático, lo que permite analizar en tiempo real los patrones de comportamiento de los solicitantes, detectando desviaciones que podrían anticipar un intento de fraude.

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Explicó que a diferencia de los modelos tradicionales que se basan en datos estáticos y actualizaciones tardías, esta tecnología es capaz de evaluar dinámicamente el comportamiento del usuario, aprender de sus interacciones y distinguir entre un impago genuino y una acción dolosa. De este modo, se busca reducir no solo las pérdidas financieras, sino también el daño reputacional y operativo para las instituciones.

Los primeros resultados de la implementación de este tipo de herramientas ya muestran impactos positivos. Así, en 2022, un banco que evaluó 32 mil solicitudes de crédito personal con esta tecnología logró un retorno sobre inversión del 50% al reducir significativamente sus pérdidas por fraude.

En tanto, una fintech que aplicó la misma herramienta sobre una muestra de 85 mil solicitudes, consiguió disminuir en 11% los fraudes en su cartera de mayor riesgo.

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desa/bmc

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