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Punta Cana.— En una histórica decisión unánime, las asambleas de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de su brazo de inversión en el sector privado, conocido como BID Invest, aprobaron una ambiciosa reforma vinculada a una capitalización por 3 mil 500 millones de dólares.
Con ello, el organismo que preside el brasileño Ilan Goldfajn contará con el doble de lo que tiene actualmente para operar, que son 3 mil 229 millones de dólares. Los recursos fortalecerán al BID Invest para financiar proyectos para abatir la pobreza, así como de energía para enfrentar el cambio climático, en tanto que para el laboratorio de innovación, el BID Lab, se autorizaron 400 millones de dólares; la mitad lo aportará el organismo.
Es un modelo que tiene el potencial de aumentar significativamente el apoyo del Grupo BID al sector privado de la región, desarrollando una agenda ambiciosa desde el punto de vista social, medioambiental y la diversidad e inclusión.
Funcionarios de alto nivel explicaron en este balneario dominicano que lo que aprobaron las asambleas se relaciona con un aumento de capital vinculado a un paquete, que permitirá al BID Invest manejar activos de mayor riesgo para hacer operaciones en todas las monedas de los 48 países miembros, pues ahora se hace sólo en 15 divisas.
Lo anterior, cuidando en todo momento la salud financiera de la institución: “La capacidad de absorber mayor riesgo está respaldada ahora con mayor capital”, ponderó un funcionario. De ahí que hay tranquilidad al establecer que, si bien es un modelo más ambicioso, no pondrá en peligro la estabilidad financiera. Al mismo tiempo, serán más selectivos en la elección de proyectos que garanticen mayor impacto. “Es un mandato asociado a un aumento de capital con un objetivo de desarrollo para poder implementar instrumentos financieros que permitan llegar al objetivo de impacto”, dijo el BID.
El nuevo modelo de negocios será originar los recursos para compartir, pues, si bien multilateralmente los préstamos son respaldados por el capital de la institución, esa capacidad estaba limitada.
Es decir, que ahora liberarán capital para volverlo a prestar a la región para generar un círculo virtuoso que va a requerir un cambio sobre la forma en que la institución hace negocios, así como un cambio cultural interior, la generación de nuevos productos innovación fuerte tanto en el sector financiero como en el no financiero.
Por ejemplo, antes de la reforma para un proyecto de 150 millones de dólares, el BID financiaba 100 millones y se buscaba entre 190 instituciones como bancos u organismos multilaterales para invitarlos a apoyar el plan.
En el pasado podía movilizar en promedio 60 centavos por cada dólar, y el BID aportaba 100 millones de su balance, para lo cual necesitaba capital para poder mantener esos activos por siete o nueve años hasta que el proyecto madurara y se pagara, y el resto quedaba entre los inversionistas.
Ahora, con la reforma al BID, no es necesario que esos 100 millones de dólares se mantengan en el balance.